Capítulo 78

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La mujer abrió los ojos ante las palabras del muchacho.

—¿Qué estas diciendo, Souta?

El vhcio hizo una cara de asombro y sonrió con cierta burla.

— ¿Acaso le importa? ¿Lo que le sucedió a Chifuyu? —

La mujer sólo trago saliva y se apreciaba como sus hombros se tensaban.

El chico mostraba determinación y este sabía que lo que estaba haciendo era prácticamente una declaración de guerra.

— ¡Pero!— Shizuko dio un golpe a la mesa mientras se levantaba, sin embargo, eso no fue suficiente para romper la compostura de confiado muchacho.

—Chifuyu no volvió a casa ese día y no lo ha hecho hasta la fecha— Souta sabía que estaba mintiendo, sentía como una gota fría de sudor recorría su frente, pero aún así, no se podía permetir perder la compostura y que sus emociones intervinieran en su plan.

La mujer al escuchar eso comenzó temblar y se volvió a sentar un rostro de incomprensión, además de una sensación de un aire frío que estaba recorriendo su cuerpo.

— ¿Ella... desaparecio...?

—¿Sabes? dejar a un ebrio por su cuenta en la calle no es muy seguro, por no decir que es como si hubieras querido deshacerte de ella.

La mujer no podía creer lo que escuchaba, su sobrino estaba muy metido en el papel de "detective" o mejor dicho, ya lo tenía todo preparado.

Esta apretó los dientes al sentír como debería retenerse.

Era ella quien le pidió al chico venir para interrogarlo, y estaba quedando completamente acorralada.

Souta terminó de tomar el último sorbo de la gaseosa y se puso la mano sobre el mentón.

—Aunque, no es conveniente... pero veamos... sería lo suficientemente factible para decir que es un intento de homicidio... Claro no sabemos si sigue viva.

Shizuko sabía que esa no era la razón de lo que había hecho ese día, aún así no tenía alguna manera de rebatir a Souta.

—Además que por dinero se hace muchas cosas...

Souta se detuvo a ver la expresión de su tía. Esta finalmente tomó un aire profundo y se digno a hablar.

—¿Cuál es el propósito de todo esto?

—Al ver que Chifuyu dejó de responderte los mensajes, suspendiste los fondos de la cuenta bancaria— Eso ya era improvisado, no habia manera de comprobar las cuentas bancarias de Chifuyu con su laptop bloqueada y ni hablar del celular o algo por el, pero era algo que estuvo reflexionando.

El dinero no se había acabado y era por que se seguía depositando. O eso es lo que él cree y lo animaba a tirar esas palabras al fuego.

La señora no dijo nada, solo se limitó a ver con que atacaria el muchacho.

—No era mi obligación.

—Si lo es, después de todo... Tu tienes mi custodia—

— Pero... ¿No hiciste nada con la desaparición de tu hermana? ¿Reportar a un desaparecido?

Souta guardo silencio por unos segundos y sonrió.

— ¿Cree que soy idiota?  Es más ahora tendria a la persona perfecta para culpar.

La mujer comenzó a mover los dedos sus manos con impaciencia, estaba bailando en la mano del adolescente.

Souta se alejó un poco de la mesa y con unr tanto de indiferencia prosiguió:

— Puedo estar relajado ante la situación ¿no es suficiente evidencia de mis actos?

Al finalizar con eso, no se volvió a pronunciar palabras por ninguno de los dos lados.

Si, Shizuko decía algo contraproducente, era un juego en contra, Souta estaba dispuesto a presentar una querrela ante la justicia, y lo dio a entender a la perfección.

—Entiendo... me ganaste, no te llevare conmigo ni nada, y abriré el fondo de ahorros bancarios otra vez.

Souta asintió levemente.

— Solo dime algo más ¿Estas bien con eso?

— ¿Y usted, Tía? —La mujer de avanzada edad no dijo nada, en cambio solo coloco dinero sobre la mesa y se retiro.

Souta se le quedo observando como se iba del restaurante familiar y cuando finalmente está había salido su rango de vista. El muchacho soltó un gran suspiro y se relajo por completo.

Este cerró los ojos y se apoyo en el respaldo de la silla.

—No pensé que resultaría... —

Luego de estar un buen tiempo ah, finalmente, el muchacho pagó por lo bebido y salió del local.

Al caminar por un buen tiempo por la calle se detuvo a un costado de un solitario parque. En ese momento el celular del muchacho había vibrado producto a que había llegado un recado nuevo.

Souta sonrió al leer el mensaje, este estaba dispuesto a responderlo cuando un grito llamó su atención.

Una chica comiendo un trozo de pan mientras intentaba espantar a una pequeña bandada de pájaros.

Souta al ver esa escena no pudo evitar reír, haciendo que la ya molesta chica desviara su vista hacia el, esta trago el trozo de pan y se acerco al muchacho que aún se reía de su desgracia.

—¡Oye! — Una vez que estuvo la muchacha frente a Souta, se le quedó mirando de forma sorpresiva y dio unos pasos hacia atrás.

Souta también tuvo la oportunidad de ver mejor a la supuesta desconocida, a juzgar por su apariencia debería tener diecisiete años, cabello largo negro hasta la cintura y un tanto desordenado y unos ojos oscuros que brillaban con simpatía.

El muchacho sabía a la perfección quién era, se veía distinta a la última vez que la vio como también eso había sido hace bastante tiempo.

— ¿Hotaru?.

Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora