Capítulo 85

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Ya siendo pasada de la medianoche, donde comúnmente todos se encontrarían descansando, Hiroshi se levantó de su cama con la intención de ir al sanitario.

Sin embargo, cuando este abrió la puerta de su cuarto, sintió como algo cayó a sus pies.

El joven adulto suspiró al ver el pequeño cuerpo de una infante que estaba enrollada en una sabana, junto a un canino.

La pequeña de manera somnolienta se frotó los ojos y miro a la persona que había interrumpido su sueño.

— Chifuyu, ya lo habíamos hablado.

La niña no pareció reaccionar ante eso. Hiroshi se froto los ojos para despejar su vista y replicó.

—No me iré a ningún lado.

La niña desvío la mirada un tanto apenada y negó con la cabeza de manera consecutiva.

—¿Vas al baño?

Hiroshi asintió mientras soltó un suspiro para así comenzar a caminar hacia su destino, después de dar unos pocos pasos este se volteo con indiferencia para ver la infante enrollada con manta.

—Solo voy al trono , no me iré ... — Un tanto avergonzado, el adulto habló, pero este sabía que era intento inútil convencer a la pequeña. Desde aquel día, Chifuyu ha estado comportándose extraño. 

Ya era fácil saber quién era quién, el comportamiento entre ambas personalidades de la infante llegaba a ser contradictorio, y también se  podría decir que Chifuyu tiene un gran  grado de dependencia hacia Hiroshi inclusive más que Yun, llegando al punto de no querer perderlo de vista.

—Solo ve a dormir— De mala gana, el joven adulto mencionó eso y entró al pequeño cuarto privado.

—Yo espero— Diciendo eso, Chifuyu de sentó en el suelo a un costado de la puerta del baño, hasta que finalmente el joven adulto terminará.

Hiroshi miro a la niña que estaba a sus pies algo irritado.

—Bien, puedes dormir conmigo

Chifuyu sonrió y corrió a la habitación, esta antes de entrar al cuarto, tomo al cachorro de nombre "Hoshi" y lo llevó consigo al cuarto del dueño de casa.

Hiroshi al entrar a su habitación, observó a la infante que se estaba acomodando y el cachorro a los pies de la cama.

— Yo te deje a ti, no a ese — El joven adulto apuntó al perro quien al notar las vistas, Hoshi dio unas vueltas para luego volver a acostarse, era como si el perro se burlara de él.

El joven adulto molesto miro a la supuesta dueña de la mascota, quien se veía claramente agotada y comenzaba a bostezar de manera consecutiva.

Hiroshi suspiro y se acostó a un lado de la pequeña.

Ambos se miraron de frente por unos minutos, Chifuyu en aquel momento se río y tomó el brazo del joven adulto para abrazarlo.

—¿No te da vergüenza? aunque... no se como funciona tu mente...

Hiroshi en ese momento comprendió, ellos habían sido amantes, de eso no había duda.

Pero ninguo de los dos parece tomarle importacia o más bien saben muy bien las posición en la que se encuentran

—¿Cuantos años crees que tienes?

Chifuyu se quedo en blanco por unos segundos y de manera incociente comenzó a mirar su manos mientras contaba.

Hiroshi no esperaba eso, más bien era no pregunta retórica pero la pequeña niña no logró comprender eso.

Para la sorpresa, la niña se detuvo y mostró una sorpresa.

— Ah... — al notar como Hiroshi se estaba aguantando la risa de ese detalle, ella no evito hacer un puchero.

— ¿Aún te molesta ser pequeña?

La niña no contestó, ella levantó la vista ligeramente para ver los ojos del joven adulto y  luego hacer una débil sonrisa mientras se apego más al adulto.

Hiroshi observó como Chifuyu se acurruco en él y poco a poco comenzaba a dormirse.

Cuando este volvió a mirar a la niña dormida a su lado, no pudo buscar entre debajo de la almohada su teléfono celular y sacarle una foto al rostro dormido de la pequeña a su lado.

Quizás el tenga un pensamiento de burla o fraternal, de un padre que le gusta presumir a sus retoños.

Este de igual modo enfoco la cámara hacia la niña dormida en su cama y que tenía parte de su dedo pulgar metido en la boca.

Una vez que el adulto tomó la foto se quedó observando a Chifuyu que  inconscientemente tomó parte de la ropa de Hiroshi y entre los típicos balbuceos que ella solía hacer, había una palabra que fue pronunciada de manera clara.

—Papá

Hiroshi al oír eso trago saliva y coloco su mano sobre el cabello de la infante para acariciarla suavemente.

—Lo siento.

Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora