Capítulo 97

70 12 22
                                    

Yun miro un tanto dudosa el plato de comida, y tomo el servicio, que de manera inmediata se resbaló de sus manos.

La pequeña niña miro confundída lo que acababa de suceder y volvió a intentar sin mucho éxito.

Yun levantó la vista y sintió cierto piquete en la cabeza donde tenía un chichón, esta miro su mano como se encontraba tiritando y miro con cierto nerviosismo al adulto.

Este la había estado observando durante varios momentos , era cierto que la niña ya había tenido problemas durante unosndias atrás, por lo mismo que esta impidiendo que haga algo tan simple como tomar un servicio de comida.

Yun estaba presentando problemas motores.

Este sintió como una gota fría caía por su frente, ya le bastaba con que Chifuyu presentará problemas aunque fuera de dislalias, pero incluso que se haya visto afectada de manera preocupante Yun solo por un golpe en la cabeza.

Era signo de pánico.

Yun asustada miro a Hiroshi mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

El joven adulto sabía que no tenia mucha opción, en primera instancias este se había negado muchas veces, pero ya era algo que superaba su entendimiento.

Yun se levantó de la mesa y miro al cachorro que se veía claramente como éste estaba esperando que la niña le pasara algo de comer por debajo de la mesa.

La pequeña niña observó al cachorro que había comenzando a hacer una supuesta gracia y daba vueltas en círculos.

- No tengo comida... - Ella bajo la mirada y se toco el estomago al sentir como este gruñia, ella ni había sido capaz de comer como correspondia.

Hiroshi dejó todo de lado, se coloco una chaqueta y tomo de la mano pequeña niña quien se veía deprimida.

- No quie'o caminar...

-Lo siento, pero no te voy a cargar.

Yun miro de reojo al adulto y asintió sin ánimo mientras comenzaba a caminar más lento.

Aún así, por más cruel que pareciera, Hiroshi trataba de analizar a la pequeña niña. Era una forma de comprobar si su siguiente movimiento sería seguro.

Hiroshi deja a la infante en donde la cuidarían todo el día, ya era común dejarla en aquel jardín infantil.

Este se encaminó a su trabajo para quedar esclavizado el resto del día, pero, había algo que estaba perturbando al joven adulto, que evitaba su concentración laboral.

Hiroshi se quedó por un momento mirando la pantalla del ordenador mientras que de manera inquieta movía los de dedos en un compás contra la mesa.

Era una manera de mostrar su inquietud y nerviosismo.

Este vio de reojo la pila de hojas que estaban a un costado de su escritorio, el tomo su cabeza ente sus manos y se revolvía el cabello por un momento hasta volver a ver el papeleo.

-Si terminó esto...

Hiroshi se apoyo en el resbaldo de la silla, un tanto abrumado, este observó a su alrededor y solo vio como el resto de la oficina se veía como cualquier día, cada uno en lo suyo. Este sacó del cajón lo que era un pequeño calendario. Este se puedo a contar unos días.

Así paso de manera la tarde el joven adulto, terminando lo que sería la mayor parte de sus deberes, sin embargo, este no llegó al final de la pila de hojas ; en cambio agarro lo que sería un sobre vacío y comenzó a escribir lo que sería una carta.

Una vez finalizado eso, este se levantó y se encaminó en donde se encontraba la oficina principal de la empresa.

-Disculpe, Jefe.

El hombre de mediana edad observó a Hiroshi que había tocado la puerta de la oficina y quedado parada mi en la entrada esperando.

-¿Que sucede? - Respondió de manera cortante el hombre sin apartar la vista del computador.

Hiroshi miro hacia atrás y comenzó a acercarse para colocar lo que parecía ser un sobre sobre la mesa de su jefe.

El amargado hombre, dejó el teclado de lado y miro extrañado la carta para ver al responsable de esta.

El abrió lentamente el sobre y lo leyó de manera paciente, este se veía un poco confundido, pero para la sorpresa del joven adulto se notaba bastante calmado.

-¿Estas pidiendo vacaciones?

El joven adulto bajo la vista mientras asentia.

-Así es, señor.

El hombre leyó nuevamente la solicitud mientras se rascaba el bigote y cruzo sus manos sobre el escritorio

- Sí tu estas pidiendo eso, no es un caso muy extremo.

Hiroshi se quedo callado, generalmente el estaría de acuerdo, pero sentía que si se inquietaba arruinaría su plan.

Era verdad que él no optaba por pedir unos días libres cuando no correspondían, pero en esta ocasión había algo que en verdad lo preocupaba más, que ha estado impidiendo su funcionamiento laboral en lo que había sido todo el día.

El hombre de bigote, tomó un bolígrafo y firmó el documento para entregárselo al joven.

Este al leer lo que había puesto, y tratando de aguantar la cierta alegría, se inclino en manera de respeto.

-Muchas gracias.

Una ves dicho eso, Hiroshi camino de manera calmada a su sección y su lugar laboral.

Este se quedó por un momento sin hacer nada, en verdad él no pensaba que iba a ser tan sencillo, pareciera más que había sido el día excepcional donde ese viejo desgraciado estaba de un sorpresivo buen humor.

Inmediatamente, abrió la página de una clínica y con el mouse se dirigió al área pediátrica.


Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora