Capítulo 84

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Souta levantó ligeramente la mirada, en su casa habían dos chicas y una niña.

La chica con la niña se veían bastante parecidas, naturalmente uno pensaría que son hermanas, sin embargo, Souta lo sabe.

Ellas son madre e hija.

Él suspiro y observó Sora trataba de despertar a la infante que se había quedado dormida apoyada contra su joven madre.

La relación de esas dos era extraña, al igual que su parentesco.

Souta volvió su vista a la otra chica que estaba en la sala de su casa, una chica que se veía confundída.

No era de extrañar sabiendo por su boca que había estado en "una cada de locos" , pero era una historia que el quería oír.

Algo que podía agradecer el chico era que después de todo el ajetreo, ninguna de las otras personas además de él se habían llevado mal.

Hotaru estaba aguantando la risa al ver como Sora movía incomoda a Aoi sin mucho éxito dado que esta solo seguía apegándose a ella.

— Souta, dime algo ¿Enserio ella es tu novia? — Hotaru finalmente había hecho una pregunta sobre la relación de los dos mayores que vivian en aquella casa.

Souta miro a Sora y sonrió con satisfacción.

—Sí, lo es.

Hotaru movió levemente la cabeza de un lado a otro como si pensara en algo o le molestara y luego apuntó al muchacho.

— Te gustan menores.

Sora al ver la mueca hecha por el chico desvío levemente la mirada, solo faltaba que fingiera inocencia poniéndose a silbar.

El chico prefirió ignorar eso, no era importante.

— ¿Me vas a contar?

Hotaru miro a Sora y sonrió levemente con cierta disilucion en su mirada.

— Creo que si ella supiera eso se pondría triste.

Souta inclino ligeramente la cabeza hacia un costado ante ese confuso comentario, sin embargo, Hotaru se río levemente y volvió a fijar su vista hacia él.

—¿Sabes algo? Dicen que el ser humano usa el 10% del cerebro, aunque ese mito es falso— Cuando la chica de cabello alborotado mencionó eso, había comenzado a temblar y se aferraba a sus ropas.

Sora en cambio inmediatamente dejó de mover a la niña para fijarse plenamente en la conversación — ¿Por qué dices eso? — Esta acotó.

— Albert Einstein dijo eso, pero no esta comprobado científicamente.

— Ahora dime Souta ¿cuanto crees que usa en verdad el ser humano?

—¿Cincuenta?

—Error.

La chica se rio un tanto burlesca pero a la vez desprendía un aire de melancolía.

— Estar en un psiquiátrico es prácticamente una clase de psico.... — Hotaru se detuvo y se quedo mirando en blanco hacia una esquina de la sala, esta trago saliva y bajo la vista para no ver "eso" y su voz se coloco temblorosa mientras movía ligeramente la boca para seguir hablando.

— ¿Como... sería controlar
... dos cuerpos con una... sola mente ?

—No se puede — En ese momento, no había sido el chico quien había entrado su opinión. Hotaru levantó la vista un tanto sorprendida para ver a Sora y asintió levemente.

—El área sensitiva es distinta... por lo que..— Sora finalmente había llegado a una conclusión, esta vio aterrada a Hotaru, o más bien con compasión.

Hotaru no se extraño por eso, no era la primera vez, estuvo unos meses soportando eso, esta tomó aire para calmarse y continuó :

— No se puede.

Souta al escuchar eso se quedó en blanco, el ya tenía sospechas de donde iba todo, este solo espero que la invitada continuará con su explicación.

—Según los médicos
.. yo tengo... esquizofrenia.

Souta trago saliva, eso quería decir que todo lo que había dicho podría ser un simple dilirio, no obstante, Sora también le había seguido la conversación.

Sora había estado leyendo libros de psicología, la razón el chico no lo sabe y su poco interés era lo suficiente para no haberle preguntado nunca.

Hotaru suspiro y bajo la vista.

— Desear que alguien esté en tus zapatos...

Otro deseo egoísta.

Souta ya lo sabía, el detonante de todo era ese sentimiento.

Hotaru se comenzó a jugar con sus manos de manera inquieta.

— Akemi esta en un hospital... un día se me fue imposible controlar su cuerpo. Por no decir que ella ya no me dejaba menajes... —

La muchacha guardo silencio por unos segundos y se rasco la mollera.

—Akemi dejo de aparecer.

Souta desvío su visión a la ventana, las cortinas eran lo único que interrumpían la clara vista al cielo nocturno, el chico se veía un tanto decepcionado.

—Más que irse... esta en coma ¿quizás?

Hotaru se detuvo y miro a su alrededor para luego suspirar.

— Si conectas dos mentes y una está soñando el resultado es...

—Alucinaciones — Al responder Souta apretó los dientes ante esa impotencia, estaba bien que las otras chicas malditas, que Chifuyu, Rin y Sora sean niñas, fue lo más grave.

Pero lo que Hotaru contó, sólo era en sencillas y omitidas partes un infierno.

Una está en coma y la otra en un psiquiatrico.

—Bingo — Al decir eso Hotaru rápidamente dejó de señalar al muchacho para luego frotarse un ojo con molestia.

Souta como  Sora esperaron pacientemente a que ella continuará con su historia.

— Ahora trata de explicarle a una familia porque su hija está en coma y que tu repentinamente veas los sueños de esta.

Hotaru se rio y vio de manera desafiante al chico.

— ¿Eso querías oír?

Souta no fue capaz de responder, no se sentía en el derecho de hacerlo, este asintió levemente.

Hotaru se levantó del sofá se acomodo la ropa y miro a los dos jóvenes que vivían en ese lugar.

— Me voy a casa.

—Pero... — Con una voz temblorosa, Souta intento detener a la chica de cabello desordenado.

— Tranquilo, ya logre sobrevivir hasta ahora— Tratando de demostrar algo de confianza, Hotaru golpeo suavemente su pecho.

Souta ante eso asintió sin ánimo y se levantó con cierta inseguridad miro hacia su novia quien hizo una mueca al tener el mismo vago presentimiento.

Pero por más que ambos habían intentado, se percataron de lo terca que podía llegar a ser Hotaru o más bien confiada.

Souta después de su rendición, decidió p acompañar a su invitada a la entrada principal de su morada.

—Oye Sora... — El chico no fue capaz de terminar la oración, la persona a la cual este tenía la intención de hablarle al igual que la niña que dormía apoyada en su hombro, había caído al rendida.

—¿Como te duermes tan rápido?— Souta mencionó eso mientras sacaba una sabana de un pequeño cajón y la colocaba sobre las chicas.

—Buenas noches — Este apago la luz de la sala y las dejo durmiendo en el sofá, pensamiento de que una de ellas haría un escándalo si este las llevara a su habitación fue más fuerte que su nulo esfuerzo por una buena acción.

Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora