Capítulo 86

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—¡Despierta! ¡Despierta! Es de mañana.

Una niña de unos cuatro años de edad repetía incontables veces esas palabras, mientras, esta se encontraba sentada sobre el adulto y le daba unos pequeños golpes.

— Dejame —Hiroshi de mala gana hablo y se volteo para luego colocar su cojín sobre su cabeza

La niña no se veía satisfecha con eso y tomo una de las almohadas para comenzar a golpearlo.

—¿Que... hora.. es? — con una voz zombie, Hiroshi hablo mientras seguía con su cabeza bajo un almohada

Chifuyu miro un reloj que había en la pared, para su desgracia, por más que intentará recodar como funcionaba la lógica de ese artefactos, solo sería algo que la frustraria aun más.

— No sé ver la hora...

Otra habilidad básica para la vida adulta que ella había perdido.

—¿La manesilla chica hacia donde apunta? — mostrando claramente su poco interés, el joven adulto sugirió una pequeña alternativa.

—¡Siete!

— Y la... — En ese instante Hiroshi se quito la almohada del rostro y se incorporo rápidamente, mientras por tal movimiento la pequeña niña perdió el equilibrio y se fue hacia atrás, llegando al borde de la cama.

—Maldición

El joven adulto fue al baño, y como era costumbre, Chifuyu le seguía el paso, este se lavo la cara para despertar por completo y camino hacia donde debería ser el cuarto de la infante.

—¿Puedes vestirte sola, verdad? —Hiroshi tenía fe de eso, o al menos deseaba eso para aligerar el trabajo.

— ¡Espera! No te vayas — Chifuyu se quedo inmóvil al ver como el adulto se alejo de su campo de visión y entraba a un cuarto para así cerrar la puerta.

La pequeña niña cayó sobre sus rodilla con la cabeza agachas mientras, unas gotas se veían caer al suelo.

—No... — el cuerpo de la niña comenzó a temblar mientras trataba de aguantar el llanto sin esfuerzo.

Hiroshi había comenzado a arreglarse para comenzar el día laboral de la manera más rápida posible, él podía escuchar perfectamente como la niña pequeña se encontraba en plena crisis.

Este al estar listo abrió puerta del cuarto y corrió a donde estaba la habitación de la niña que se encontraba sentada en el suelo.

Hiroshi tomó a Chifuyu de las axilas para sentarla sobre la cama y comenzar a buscar algo de ropa en el armario.

La niña solo se dedicaba a sollozar mientras el supuesto animal que debía servir de terapia, se trataba de poner entre los brazos de la infante.

Hiroshi eligió un conjunto sencillo perfecto para el clima en que se encuentran, a esas alturas del año, ya se estaba siendo notable la llegada de la primavera.

— ¿Sabes que tu hablas dormida? — Entre risas debido de acordarse de ese momento de la noche anterior y también en un tono burlesco, Hiroshi mencionó eso y terminó de vestir a Chifuyu.

La pequeña estaba más centrada en ver que era con lo que era lo que le había puesto, ella no tenía noción de lo que había pasado en el último tiempo, pero la ropa como los juguetes o incluso el mismo Hoshi mostraban una diferencia en comparación con su "primera" niñez.

La niñita no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, no le faltaba nada, pero aún así, todas esas cosas no eran "suyas"

—Además ayer me dijiste papá y te aferrabas a mi... — El joven adulto se detuvo al sentirse observado, efectivamente la pequeña se veía un tanto molesta.

Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora