Capitulo 31

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Souta que iba recorriendo los pasillos de la escuela con un pan y un refresco entre sus manos, el cual caminaba a un paso relativamente lento ya que no había ningún motivo de apuro. Souta que había ido a comprar su comida a la cafetería de la escuela, para así volver luego al salón de clases.

-Al final no he podido hablar con Rin-murmurando eso para sí mismo, este se había detenido enfrente de lo que era la sala del consejo estudiantil, de igual modo, aunque él encontrará a Rin no había manera de que pudiera hablarle, dado que está por la ausencia de ayer, ella estaría ocupada el día de hoy por" ponerse al día".

Dando un suspiro Souta continúo caminando hasta llegar al salón de clases, este hecho un vistazo a las pocas personas que al igual que él habían preferido quedarse en el salón de clases y comer ahí, extrañamente su amigo, Kaito no se encontraba dentro del aula.

El chico que estaba dispuesto a comer en su pupitre observo como "otro problema" se acercaba a él.

Souta ya había visto como la vida en su hogar se estaba viniendo abajo, algo que ni sabe si fue para bien o para mal, sin embargo, la persona que se acerca él es una de esas de las que provocó que su vida escolar también se fuera abajo.

-Akemi-Secamente Souta nombro a la chica que se acercó a él con cierto aire de timidez.

Souta al ver a Akemi infirió inmediatamente que Hotaru debía estar cerca y comenzó a observar nuevamente el aula para averiguar su pensamiento.

- ¿Y Hotaru? - bebiendo un poco de soda, el chico noto como no estaba la chica que debía estar controlado a este "títere", la chica lo miro y realizo una leve e casi inexistente sonrisa

-Hotaru está durmiendo en la azotea-Lo que acaba de decir la chica de pelo corto puede haber sonado completamente normal, no obstante, si Hotaru está durmiendo significa que tanto su cuerpo como cerebro están en modo reposo.

Souta sabiendo eso, miro estupefacto a la chica que le había dirigido la palabra.

- ¿Akemi? - Él miro como esa chica sonrió y asintió.

-Si, soy yo.

Souta observo a esa chica por un momento, era ella la auténtica "Akemi" no la persona falsa que había creado la conciencia de Hotaru.

-Aunque...... es solo.... hasta que Hotaru despierte - como si hablara algo natural y a la vez triste, ella bajo la cabeza.

-¡Souta! - llamando al chico por su nombre, ella volvió su vista a los ojos del chico que se veía ligeramente feliz, como si hubiera recobrado un poco esperanza.

-Akemi- el muchacho abalanzándose contra la chica y tomándole los hombros, la miro y sonrió.

- ¡Aún hay esperanza! - Souta no podía ocultar la felicidad que estaba sintiendo, aunque sea por un breve momento ellas lograron "volver
atrás" , aunque la maldición que posee a Akemi es distinta a la de Chifuyu, no tenía duda que lo que lo provoco fuera el mismo hecho.

Las estrellas fugaces.

- ¿Sou...? -Akemi que había movido ligeramente sus labios dejaron de pronunciar palabras cuando repentinamente sus ojos perdieron su brillo y esta repentinamente comenzó a perder el equilibrio.

Souta al percatarse de eso, la tomó antes que cayera al suelo y vio esa expresión apagada que solía tener a menudo.

-Así que... Hotaru despertó.... - Souta que hace poco había sentido alegría, vio como esta se desaparecía de su interior. Dio un gran suspiro y soltó el cuerpo de Akemi que había recuperado su compostura.

-Nos vemos Akemi, saluda a Hotaru - diciendo eso, el chico tomó su pan y refresco que había dejado caer al piso al tomar a Akemi y salió corriendo del lugar.

-¡Maldición!, ¡¿Por qué... estamos malditos...?! - Souta se detuvo y miro a su costado para ver un muro, el chico que sentía una gran impotencia en su ser, del por qué todo su mundo se vino abajo y él no era capaz de soportarlo o ni siquiera aceptarlo, aunque Souta no sea un afectado directo de dichas maldiciones, de igual modo tenía que lidiar con eso.

Sin embargo, ver como Akemi perdía su "ser" y volvía a ser ese títere le había afectado, o simplemente le hizo recobrar el miedo que tenía en un principio.

"Lo perderé todo, Prefiero mi miserable vida "

Souta que observo el muro mientras unas cuantas lágrimas recorrían sus mejillas por la impotencia, alzó su brazo para empuñar su mano y así dirigirla contra la pared.

-No seas tonto, Souta - Sujetando la mano del chico de apellido Kabuchi antes que esta impactará contra el concreto del muro, un muchacho se interpuso antes de que esa acción se realizara.

-Kaito.... - Souta observo como su amigo, aun sujetaba su muñeca y él miro el muro nuevamente.

-¿Qué tal si hablamos?-con un tono calmado, y una expresión seria en su rostro, Kaito habló.

-Conozco una heladería, se llama "Amaame" ¿te parece si vamos? - El chico coloco una sonrisa mientras observaba al impotente de Souta que aún no reaccionaba como se debía.

-OK.... - Sin mucho ánimo, Souta acepto y ambos chicos se retiraron de las clases antes de los debido. 



Mi Pequeña Hermana Mayor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora