Abre los ojos.

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HEART OF STONE

Cap.:#10 "Abre los ojos"

"Sometimes I feel like I'm drowning and you're there to save me

And I wanna thank you with all of my heart.... Malibu"

POV: Edward.

¿Qué estaba haciendo? Cerré su puerta detrás de mí. ¿Por qué había actuado de tal manera? ¿Por que le había pedido a la pecosa verla al día siguiente? Quizás sus lágrimas habían tocado algo dentro de mí y necesitaba hacerle saber que aquel beso con su hermana no había significado nada para mí.

Salí de casa de Isabella a toda prisa y me dirigí a la mía, como si no tuviera ya suficiente con los asuntos de mi "hogar" me había sumado uno más. El cumpleaños de mi hermanito menor seria el lunes de la semana entrante y el seguía llorando constantemente, los demás tampoco sabían que hacer, incluso su niñera con cabellera morada no podía controlarlo.

-¿En dónde has estado hijo?- me preguntó mi padre en cuanto entre a casa. Todos estaban sentados a la mesa cenando.

-Estaba con una amiga- le dije sin siquiera pensarlo pero fue demasiado tarde para desmentirlo. Puse los ojos en blanco para mí mismo.-Excelente, ven, siéntate a comer

-Estoy bien- iba a retirarme a mi habitación, necesitaba un buen regaderazo.

Pero antes de salir de la cocina le anuncie que tal vez al día siguiente estaría un poco ocupado.

-No te preocupes- me dijo sonriendo -¿A dónde vas?

-Quiero ir al agua- le hice unas cuantas señas porque si mis hermanos se enteraban de mis planes tal vez se pegaría como mocos, aunque si bien ellos merecían ir al nuevo lugar secreto, no me apetecía cuidarlos ese día, luego los llevaría conmigo.

-¿Solo?-negué esperando que no pensará tonterías. -Te prepárate algo para que comas allá.

-No es necesario.

-Me da gusto que salgas de nuevo Edward y quiero que con quien sea que vayas vea que tu padre puede hacer algo bueno, al menos la comida- asentí.

-Gracias- pero como quería pedirle una cosa más, o más bien avisarle, no me puse a renegar. -Es por eso que mañana quiero usar la camioneta.

-Oh, claro, claro Edward, llévala.

-Ok- él me sonrió y yo trate de hacer lo mismo.

Esa noche solo fui a mi cuarto después de dormir a mis hermanos, me acosté sobre mi cama y observe el techo de mi habitación y simplemente se repitió en mi cabeza aquella imagen de Bella la pecosa, riendo, sonrojada, mojada por la lluvia, llorando... Por mi... Y su imagen fue la última que vi antes de quedar profundamente dormido.

Al bajar a la cocina la mañana siguiente encontré sobre la mesa unas vasijas llenas de lo que parecía ensalada de frutas y unos cuantos sándwiches. Papá había madrugado y se encontraba afuera regando nuestro pasto que al parecer era lo único que le daba vida a la fachada de la casa. Serian a penas las 8 de la mañana cuando decidí ir por Isabella, ni siquiera le había avisado a qué hora nos veríamos o que haríamos pues no tenía como comunicarme con ella, de igual forma eso estaba bien, quería molestarla.

Me despedí de papá ya habiendo subido toallas y las bolsas que él me había dado con la comida. Había metido dos botellas de agua y ropa extra en mi mochila.

-Diviértete- me animó moviendo la mano de un lado a otro cuando me fui por la calle. Por ese pequeño momento parecía tranquilo, sin ansiedad y la tristeza en sus ojos no estaba.

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