Heart of Stone

Lo que no pude decirte.

Heart of Stone.

Cap: # 22. " Lo que no pude decirte "

"Y ese reloj ya no andaba

de mañana a tarde siempre se paraba

como yo él te miraba... No me lo puedo explicar "

Pov. Edward.

Mi situacion no podia empeorar, parecía que mi vida se desmoronaba poco a poco, pero me lo merecía ¿verdad?.

El lunes no pude presentarme a clases, mis hermanos aún se encontraban en conmoción por lo ya sucedido; mi papá había tomado de nuevo, incluso yo lo había hecho para tratar de entender qué era lo que él encontraba en el alcohol, pero no pude, no había significado ahí para mí más que dolor. Ese dia Carlisle durmió hasta medio día, lo evite cuando despertó e intentó hablarme por la tarde, fue cuando tomé mi oportunidad y lleve a los niños al parque e intente hablar nuevamente con ellos.

-Las cosas estarán bien - eso parecía lo más fácil de decir; ya otras personas habían usado esa frase conmigo; supe que ellos habían escuchado todas mis palabras, pero solo intentaron no mirarme, como si esa fuera su solución.

Corrieron en el parque, gritaron y se rieron, se cuidaron unos a los otros, intentaron ser muy felices, como debía de ser, por ese instante pude dar un respiro.

Mire mi celular, específicamente las llamadas perdidas de Isabella y los mensajes acumulados que no podía responderle. La tarde había sido fresca, el frío aun no se marchaba y en mi tonto pecho aún quedaban rastros de grueso hielo.

Al anochecer verifique que todos estuvieran cobijados, cerré su puerta, suspire cansado de esa situación, estaba enojado, triste, frustrado pero mis hermanitos descansaban como ángeles y eso me reconfortaba.

Justo antes de entrar a mi habitación otra puerta se abrió, era papá.

En aquel momento recordé todas las cosas que le había dicho hacía tiempo, que me iría con mis hermanos si volvía a tomar, me había encargado de recalcar tantas veces que era su culpa el que estuviéramos así, él sin esposa, yo sin una madre.

-Edward- su voz no era la misma, porque sabía que no estaba bien, jamás lo estaría, era un enfermo, era un alcohólico. -Hijo- pero ni siquiera podía escucharlo, probablemente tenía los ojos rojos y temblaba por que el licor lo dejaba mal, después de tanto tiempo, había sido un cobarde y el coraje no me dejaba siquiera verlo de frente, un cobarde hablando de otro.

-No quiero hablar contigo- mis palabras no eran menos inmaduras que sus acciones pero prefería no comenzar otra discusión interminable, mire la manija de mi puerta -Tomare un baño.

-Por favor- me rogó.

-Deberías hacer lo mismo, porque aun apestas- era mi padre pero quería que sintiera ese dolor igual que el mío, ¿se sentía mal? pues yo me sentía peor.

No lo deje continuar, si es que ese era su plan, entonces entre a mi habitación frustrado, cansado.

Tome un baño, estuve sin algún pensamiento hasta que me recoste en la cama y mire aquella sombra en el techo de mi habitación, la misma de todos los dias, parecia que era la unica que no se iba, luego mire mi pared que aún continuaba vacía, los recuerdos que había quitado y que no volverían a ese lugar.

Esa noche aun comenzaba.

Imagine la silueta de la sirena pecosa, pintada a lápiz frente a mi...

En algún punto, tratando de conciliar el sueño, escuche un ruido, como cuando algo se cae y se quiebra, pensé que era parte del sueño y que no debía preocuparme porque sabía que era ya muy tarde, no habia razon para que sucediera algo, pero aquello no terminó ahí, al instante escuche un grito, me levanté de la cama lo más rápido posible, preocupado pues aquel llanto era de uno de mis hermanos.