Yoonji estaba furiosa.
Después de haber el berrinche más grande de su vida con sus padres y haber dado buenas excusas para que la regresaran a su antigua escuela, su madre se negó rotundamente a aceptar sus caprichos. Según ella, decía que toda escuela nueva tenía sus problemas y sus arreglos, que por lo menos debía pasar ahí tres meses para que pudiera tener voz y voto para pedir su regreso.
Lo que más la había puesto furiosa, es que estaba a punto de convencer a su padre para que la cambiara, cuando llegó la arruina todo de su madre, e hiciera cambiar de parecer a su padre.
Era todo tan injusto.
Yoonji estaba bajando a regañadientes de el auto de su madre, cuando vio a el presidente de la clase, bajar de un auto casi a lado suyo. Notó como se despedía de un hombre alto, posiblemente norteamericano o europeo de piel semi bronceada y cabello rubio.
- ¡Adiós Appa! - gritó Jimin antes de salir corriendo.
Yoonji comprendía ahora algunas cosas. Aunque seguía sin entender como Jimin tenía tan baja estatura si tenía un padre tan alto.
La madre, tal vez.
Yoonji se fue hacia la entrada de la escuela sin despedirse de su madre, y tapo su rostro y encogiéndose de hombros al pasar por donde estaba Hoseok y los chicos. Ahora se sentía humillada por su despedida de el día anterior. ¿Que le diría ahora? ¿No pude convencer a mis padres de dejar esta pocilga de escuela?
No sonaba bien.
Para cuando llegó al salón, pudo relajarse por completo e inclusive cambiar de actitud al encontrar solamente al pobre de Jin rodeado de unas cuantas colegialas. El chico palideció al verla e hizo puño sus manos.
- Hola Jin - la niña dejo su mochila en los pies de este y se cruzó de brazos -. ¿Me puedo sentar a tu lado?
- C-Claro.
- Pero que grosero eres Jin - ella le sonrió -. Un niño debería ayudar a una niña con su mochila.
- Claro - dijo Jin para después recoger la mochila y ponerla en una silla a lado de su asiento -. ¿Chicas, podrían dejarnos solos?
Todas las niñas miraban la escena asombradas e hirviendo de celos. ¿Como la nueva le hablaba así a su Jinnie? ¿Porque Jin hacia caso? ¿Acaso a él le gustaba?
- ¿Están sordas? - dijo la pelinegra -. Shu, shu.
Las niñas bufaron pero después de hacer una reverencia al mayor, se fueron cada una a su asiento, no sin antes mirar a Yoonji de pies a cabeza. Esta sólo se sentó, pegando aun más la silla con la de Jin.
- ¿Que tal? - dijo con una gran sonrisa, una muy traviesa sonrisa.
- Bien, creo - él hizo una mueca -. ¿Ser tu esclavo, significa que tengo que hacer aseo y mandados?
- Aseos no, torpe - ella rodo los ojos -. Pero si quiero que investigues algo, mandes mensajes o mandes a las zombis con falda, lo harás.
- ¿Eso no es malo?
- ¿Y a tí que? Mientras sigas mis instrucciones, no te pasara nada malo - ella se agarro con fuerza de su brazo y recargando su cabeza en su hombro. Las niñas al rincón hicieron un ruido y empezaron a cuchichear más alto.
- ¿Que pretendes? ¿Hacerlas enojar?
- Algo así. Quiero su respeto.
- Solo ganaras odio.
- Yo tengo mis métodos, niño bonito - ella lo pellizco y él tuvo que morderse la lengua para no gritar. Ella sólo rió levemente ante su expresión y contagio al mayor con su risa, hasta que todo el salón empezó a llenarse de la risa extraña del chico.
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Soy Min Yoonji.
FanfictionMin Yoonji es todo menos una chica común. Sus ojos de gato, su cabello negro y lacio, su pálida piel y sus labios finos y delicados, hacen ver a Min Yoonji como la chica más linda y hermosa que los alumnos de la clase de matemáticas hayan visto. Pe...