37 FINAL.

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Yoonji sabia que huir de los problemas, no siempre era la mejor solución. Había faltado aproposito 4 días desde el beso con Hoseok, y desde que este la había dejado aun más confundida de lo que ya estaba.

Sus padres, en especial su madre, no había insistido en que fuera a estudiar ya que reconocía que no era capricho. Era algo más fuerte y eso le preocupaba. Ver llorar a su pequeña casi todo el día sin que saliera del cuarto, le daba mucho de que hablar.

La Sra Min y el Sr Min, discutían sobre la condición de su pequeña con la directora, quien también parecía sorprendida por el hecho de la pequeña. Tanto la directora como la maestra, entendieron que la niña estaba un poco mal y que podían darle un día extra. Aunque no más allá del siguiente lunes.

Yoonji no quería estar más allá.

Después de hablar mucho con ella y de ver como no avanzaba, el Sr Min hablo con su jefe, para que lo pudiera remover a su antigua ciudad y a su antiguo empleo.

La familia Min se mudaría.

Moonie fue la primera en enterarse, cuando fue a casa de Yoonji por 5ta vez en esa semana, y por fin ella la había recibido.

— ¡Pero no puedes mudarte! ¡Eres mi única amiga! ¡Me sentiré muy mal si te vas y me sentiré terriblemente sola, Noona!

— Tienes a Jin — Yoonji estaba guardando sus libros —. Tienes a los chicos. Tienes amigos.

— Pero no una amiga... — Moonie se veía demasiado triste. Yoonji prefirió no verla.

— Encontraras una.

— No lo haré. Tu eres especial, Yoonji — Moonie se le avento encima y abrazándola con la fuerza descomunal que la caracterizaba, empezó a llorar en su pecho —. ¡No me dejes, Noona!

— Moonie... — Yoonji suspiro y le devolvió el abrazo. Ella no quería separarse de nadie, pero no quería ver la expresión tan triste de Hoseok, o ver el rostro de Jimin sin esa bella sonrisa. Ella no quería ver eso nunca y prefería irse con el recuerdo de sus sonrisas.

— No puedes irte... No puedes dejarme... — Moonie seguía llorando en su pecho —. Somos mejores amigas, Noona...

— Claro que lo somos — Ella acaricio su cabello y la sostuvo en su regazo —. Te quiero mucho, Moonie... Pero debo irme.

Moonie no había cesado ningún momento hasta que Yoonji le pidió a su mamá que llamará a un amigo. Jin vino y después de enterarse y de tratar de persuadirla, se llevo a Moonie a rastras fuera de la casa. Yoonji sintió como una parte de ella se iba con Moonie. Ella jamás había tenido una amiga tampoco... Y posiblemente jamás la tendría de nuevo.

— ¿Segura que quieres irte?

— Si Appa... — Yoonji seguía empacando —. Perdón por lo de tu empleo... Pero bien sabias que podías enviarme con mi abue...

— Pero no quiero que vivas lejos de nosotros. Prefiero cambiarme nuevamente a verte cada vacaciones...  — el padre de Yoonji fue hacia ella para abrazarla. En su punto de vista, su hija había cambiado mucho desde la mudanza, y todo iba excelente, hasta hace una semana.

— ¡Yoonji!

El padre de Yoonji se separó y frunció el ceño. Ella hizo lo mismo. Apenas se oía esa pequeña voz, pero ahí seguía gritando.

— ¡Noona!

— ¡Yoonji-Noona!

— ¡Yoonji!

Más y más voces. Variaban de todo, y Yoonji sabia que Moonie no se rendiría. Había ido con los demás.

— Si no quieres bajar, no lo hagas. — dijo su padre —. Pero les debes una explicación y una despedida.

Soy Min Yoonji. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora