Prohibido Enamorarse ©

Capítulo 22

Ahí estaba Adrián poniendo sobre Angela una rosa con sus manos sucias. -¡Maldito!- grité enfurecida. - Tadeo me detuvo. - ¿Sofia que pasa?- ¡Ese maldito! - Dije con rabia.

Tadeo no reconocía de quien hablaba, miraba a todos lados sin entender.

- ¿De quien hablas Sofia? - De Adrián. ¡¿Como se atreve a estar aqui?! Después de tanto daño que hizo.

Había llegado tarde al funeral de Ángela pero aun así llegaría.
Nos acercamos a la familia de Ángela a darle el pésame y Adrián volteó su mirada hacia mi.

- Tadeo tomó de mi mano y Adrián se acercó a nosotros. - Sofi tanto tiempo. - Dijo Adrián sorprendido.

- ¿Como te atreves a venir? ¡Después de todo el daño que le hiciste!- Dije ardiendo en llamas.

- Solo quería disculparme con ella y despedirme. - dijo con cara arrepentida.

- ¿Disculparte?- ¿Cuándo ella ya no está? - Calma Sofi. - dijo Tadeo, colocando sus manos en mis hombros.

- ¡Eres un maldito perro! Vete de aqui! - salieron mis lágrimas.

- ¡ Adrián! Tu no eres bienvenido aquí, hazme el favor y vete, le hiciste mucho daño a mi nieta. - Dijo la abuela de Ángela alterada.

- Adrián rio por lo bajo. Y se acercó hacia mi ignorando a la abuela de Ángela. - A ella si la pude llegar a querer más de lo que te imaginas
- Me solté de la mano de Tadeo y le propicie una bofetada.

- No te atrevas a decir que la querías Adrián. ¡Lo se todo!

Adrián me miró con ojos de furia, esos mismos ojos con los que me miró cuando no acepté acostarme con él.

- Te vas a arrepentir preciosa.

- susurró cerca de mi. - Tadeo se colocó delante mío y miró furioso a Adrián.

Adrián se soltó a reír y dio la vuelta desapareciendo entre los demás.

- Sofi tranquila, no angusties más a la famila de Ángela. - Tadeo intento calmarme.

- Tenéis razón Tadeo. -Espera aquí.

Fui directo donde estaba enterrada Ángela para darle el último a dios.

Le llevaba su flor favorita. Tulipanes.

Tocando la tierra donde ella ya descansaba , coloqué los tulipanes.

- Ángela se que estas en un mejor lugar, lejos de toda esta basura que te lastima, solo quiero que sepas que jamás me olvidaré de ti, ni de nuestra amistad.
Con lágrimas en los ojos, dije finalmente. -Te quiero.

Y salí de ese triste lugar abrazada a Tadeo.

De camino a casa no podía dejar de recordar todos los bonitos momentos que pasé con Ángela. No aguantaba este nudo en mi garganta. Llegué a casa y Tadeo entró conmigo, caminé rápido a mi habitación y me eché a llorar a mi cama. Tadeo llegó y se arrecosto junto a mi.

- Llora mi niña, llora y saca todo el dolor de tu alma. Llora hasta dormir que yo estaré aquí. Alivia ese bello corazón. - Me acerqué a Tadeo y apoyé mi rostro en su pecho.

Lloré a más no poder, hasta sacar todo lo que tenia por dentro y me quedé dormida.

Al despertar escuché unas voces fuera de la habitación, bajé a ver quien era y estaban Max, mamá, papá y Tadeo platicando.

-¡Max!- Grité y corrí a abrazarlo.

- Lo lamento Sofi. Mamá y papá también me abrazaron y dieron las gracias a Tadeo por haberme cuidado.

- Estamos en deuda contigo Tadeo. - Dijo mamá con una sonrisa.
-Tranquila señora Meyer, yo cuido a su hija con gusto.

- Gracias nuevamente. -¿Tadeo quieres quedarte a cenar?- preguntó mi papá. - Me gustaría Señor Meyer pero mi mamá espera por mi en casa.

- Esta bien. - dijo papá. - Pero en otra te quedáis, ¿vale?

- Claro señor Meyer. ¡Es un trato! Tadeo se despidió de mis padres y lo acompañé a la salida.

- Gracias Tadeo eres un gran amigo.
Tadeo sonrió y besó mi mejilla, Sentí un cosquilleo por mi cuerpo y quise abrazarlo, pero me detuve.

- Siempre para ti y por ti, recuerda. - asentí para luego dejarlo ir.

- Subí a mi habitación y cerré mi puerta. - ¿Qué pasa conmigo? - Dije con el corazón latiente. Volví a mi habitación y me quedé dormida nuevamente.