Opacadoras: The Killer.

Capítulo 2

En su proceso hay niños que quedan prácticamente locos por la cantidad de homicidios que se presentan a diario, los cuáles usan para experimentos, básicamente todos luchan para no ser ratas de laboratorio que por cierto, no funciona.

A pesar de que cede seas, en un momento te hacen matar a una persona por tus propias manos y bueno, ¿quién no lo haría, si te darán una recompensa al final de ésto?.

Esté lugar no se puede decir que los explotan ya que les dan cosas a cambio pero si los trauman y hace de ellos nuevas personas los cuáles desde la primera generación no han podido salir de su cede.

Un chico ya se le hace común el olor a sangre, ni ellos mismos saben a cuántas personas han matado alrededor de su estancia, pero cada muerte la van perfeccionando para qué sea un mejor asesino.

Restos de cuerpos esparcidos en el suelo, sus órganos en los refrigeradores, hasta los mismos niños saben que al menos una vez ya comieron carne humana, pero, ¿cómo saben? Simple, la carne humana es la más deliciosa de todas y cuando hacen excelente su trabajo les dan de comer una exquisita comida.

Como van pasando las generaciones, las más recientes son las más traumadas, quién no quedaría así si cuando llega a un lugar donde su olor es a carne podrida y cuando finalmente abre una puerta se encuentra con cuerpos colgados como si fuesen cortes de carnes en una carnicería y sus órganos abajo de ellos... Sale y abre otra puerta, ¡vaya!, abrió donde los descuartizan.