Capítulo 5

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Una vez que se llegaron las cinco de la mañana, las chicas fueron despertadas abruptamente por ruidos y voces en aquella casa, una vez que meditaron los ruidos, decidieron salir de sus habitaciones, al llegar al piso de abajo, en aquel lugar había empleadas de limpieza y comida, había todo tipo de comida por así decirlo.

-¿Qué acaso, no tienen hambre? - Dijo Ian con voz áspera.

Algunas chicas corrieron hacía la mesa, y otras aún permanecían de pie con una expresión aturdida, después de asimilar fueron a comer, una vez que devoraron aquél sabroso desayuno, era hora de tomar el baño y vestirse para el entrenamiento.

Al salir de los baños traían el traje negro con la franja en el hombro derecho, las botas militares, estaban por así decirlo formadas en tres líneas rectas, enfrente de los hermanos Kim.

-Hoy será su primer entrenamiento oficial, cómo el escuadrón Opacador, espero no desobedezcan no queremos castigarlas. - Habló Levi caminando tal cuál un sargento.

Nos indicó que saliéramos afuera de la casa esa, a un pequeño jardín, que era mitad arena mitad césped, pronto llegaron varios hombres, altos vestidos de color rojo, que tomaron posición de ataque.

Esto parecía ser la guerra, las chicas luchaban con aquellos fuertes hombres, que las golpeaban cómo saco de boxeo, algunas con armas y otras a mano libre, se podía oler la fragancia a sangre que caía, por los cuerpos de los que iban muriendo, poco a poco quedaban cada vez más trajes negros que rojos, la última chica peleaba con aquel fuerte hombre, los hermanos Kim habían dado la orden que nadie le ayudase, la chica fue tirada al suelo varias veces pero volvía a levantarse, aún cuando sangraba su labio, el hombre se distrajo y la chica aprovecho para cortar su garganta. Con manos temblorosas soltó aquel cuchillo, ignorando las miradas de las demás y de los hermanos Kim.

-Felicidades, ¿Cuál es tú nombre? - Preguntó Levi.

-Valeria. -Respondió la chica que mantenía la vista en la sangre de los muertos.

-Bien Valeria, sigue así. -Volvió a decir Levi.

-Esto no es nada a comparación de los siguientes entrenamientos, duerman, coman bien, recuerden tomar mucha agua- Dijo Ian con actitud cortante.

Después de eso las chicas volvieron a adentro de esa casa, los hermanos Kim ya se habían marchado, algunas aprovecharon la tarde para entrenar entre sí, otras simplemente dormían o leían. Hasta que cayó la noche, era la hora de la cena.

¿Qué comerían si no sabían cocinar?

Abrieron el refrigerador con la esperanza de encontrar comida hecha a lo que sólo encontraron latas, carne congelada y algunas verduras y frutas, cada chica fueron tomando cosas de su alcance, pedazos de esa carne cruda y congelada, latas de verduras y sopas que comieron con simples devoradas, tal cuál un cachorro hambriento hubiese hecho.

Después de eso tomar la ducha a nocturna y se dirigieron a dormir.

Opacadoras: The Killer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora