Capítulo doce.

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—No puedo creer que pelearon —dijo Daph limpiando mi mejilla, Christie me había rasguñado.

Cuando mi “enemiga” entró al baño, después de sus palabras se abalanzó encima mío para pegarme. Como logró enojarme, yo también llegué a pegarle, dejándole el ojo morado. Daphne y Fressy querían evitar esto, sabían que Christie se había dirigido al baño así que no estuvimos mucho, porque llegaron mis salvadoras. En realidad de mi contraria porque yo sé defenderme.

—Me amenazó y me golpeó, debía defender... ¡Ay! —me quejé.

—Me pregunto donde estaba Nash en el momento que se peleaban —Fressy frunció el ceño.

—Está claro que en algun momento ella me va a matar —me referí a Christie, mientras suspiraba.

Sentía que iba a aparecer en algún momento cuando estuviera sola, con un arma y me dispararía sin piedad alguna. Sin pensar que alguna vez tuvimos algo en común.

—Está loca —comentó, Fressy. Daph y yo asentimos, luego reimos juntas.

—Ya está, deberíamos irnos —dijo, Daph. Se levantó, al igual que yo.

—Alguien vino a hablar con ____ —entró Cameron con una sonrisa pícara.

—¿Quién? —pregunté confundida.

—Pasa Nash, Daph y Fressy vamos.

—¿Pasó algo? —lo miré cuando las chicas se fueron y mientras Nash se sentaba en la cama.

—Solo quería disculparme —dijo.

—¿Por qué?

—Por lo que hizo Christie. Sé que ella empezó la pelea en el baño y no vendría a disculparse contigo, asi que vine por ella...

—Oh, no hay problema Nash. Solo fue una pelea, no me importa.

—Creo que por mi pelearon, debería terminar con ella —murmuró cabizbaja.

—Estás loco, Nash. Es otra cosa.

En estos momentos si él terminaba con su novia, ella se volvería más loca todavía y querría pelear más conmigo. No, no. Más problemas no quiero.

—_____ —escuché el grito de Daph—. Vamos, hay que buscar helados.

—Amo comer helado en tiempos de frío —festeje y sali corriendo, olvidandome de Nash. Antes de bajar las escaleras volví—. Adiós, Nash. Gracias por las disculpas —seguido besé su mejilla.

{...}

Estaba perdida, todo era blanco, brilloso. Miré mis manos, una pequeña rosa, alguien aparecio delante mío con una gran sonrisa. No pude distinguirlo bien, ya que no podía ver casi nada y eso me molestaba.

Apareció otra persona, empujándome a un vacio. Giraba y no paraba, hasta que me golpeé y me desperté.

Un sueño raro.

Me levanté y fui a ducharme, me vestí y baje a la cocina. Me encontré con dos personas, mis padres.

—Hola, mamá. Hola, papá —besé la mejilla de los dos—. ¿Qué hacen aquí?

—Nos ha dicho Christie que nuestra bebé nos necesitaba —respondió mi madre acariciando mi mejilla.

—Peleé con Christie, ella ya no es mi amiga —dije confundida.

—No juegues, hija. Ya nos has hecho esa broma —mi padre me observó.

—Pe...

—Sh, sh. Basta de bromas, debes ir a el instituto —me interrumpió mi madre—. A la tarde vamos a su casa.

Bufé frustrada, Christie quiere hacerme sufrir. Y yo, quiero morir. Bueno, no en verdad pero estoy cansada de ella. No puedo estar tranquila por ella, siempre está para molestarme. Y también debería yo de tener algo de culpa, pero ella es más culpable. Desearía nunca haberla conocido.

Caminé al instituto, ya que tenía más de una hora para llegar solo que la exagerada de mi madre me manda antes. Al llegar, todos corrían, hablaban, reían. Menos yo, estoy algo apagada y eso no es común.

Lo admito, me siento mal. Pero es mejor no decir nada a que dar lástima, ¿no?

Daph se acercó a mi con una sonrisa, yo intenté hacer que no la había visto pero gritó mi nombre.

—¿Estás bien? —me observó.

—Si, sí —sonreí falsamente—. ¿Pasó algo?

—Mañana es sábado y haré una fiesta —sonrió.

—Genial, que te vaya bien.

—¿No irás?

—No lo sé, ni sabía que hoy era viernes.

Mire hacia el frente, encontrándome con Christie y Nash comiéndose —eso no es besarse—. Volvi mi mirada hacia Daphne y sonreí, le susurré “Iré” y camine a la clase de Química. 

Llegué a la clase, el profesor ya estaba allí y no me dejaría pasar. Mierda.

Agarré mi Iphone, suspirando y le mandé a Daph:

¿No quieres salir? El profesor entró y no puedo entrar

“Tengo exámen y si no apruebo, no hay fiesta)': Igual, alguien salió” contestó

Escuché unos pasos que cada vez se acercaban a mi, pensé que sería la hora de mi muerte, que alguien está por asesinarme. Pero, no. Mi mente va más allá de la imaginación común.

Apareció Nash, sentándose a mi lado en el suelo.

Con una gran sonrisa.

She's perfect » Nash Grier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora