13. Demasiados pensamientos

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13. Demasiados pensamientos

Intenté enfocar mi vista en el horizonte. Solo era pasto y el cielo cubierto de nubes grises, como si pronto se viniese una tormenta. La vista se me empezó a nublar en un momento. Incluso sentí cómo una lágrima caía de una de mis mejillas. La limpié con rapidez.

Podía escuchar a Stiles y a Scott hablando a unos asientos detrás de mí. No sé de qué hablaban y tampoco me importaba. Sigo en shock. Porque sigo sin poder creérmelo...

Sigo sin poder creer que Derek esté muerto.

•••

Unas horas antes...

Ni bien se fueron Deucalion y su sirvienta Kali, tomé mi bicicleta y pedaleé lo más rápido que pude hasta el departamento de Derek. Ya le he dado tiempo y espacio, es hora de volver a la realidad antes de que algo malo ocurra.

No quise pensar en lo que me dijo el Alfa. Eso de que yo debo matar al darach. No sé quién es y si sus historias sobre la magia de las hamingjas o Guardianas o lo que sea es verdad, tampoco sé usarla. No sirvo como una guerrera. Ni siquiera sé usar mi habilidad telepática al cien por cien.

Al llegar, tiré la bicicleta a un lado del edificio y corrí hasta el departamento. La puerta estaba abierta, lo cual me extrañaba un poco. Cuando yo quise entrar, alguien salía de ahí. Peter Hale. Me sonrió de costado — Un gusto, Sarah —no le respondí, ni pensé qué rayos hacía él ahí. Rodé los ojos y seguí mi camino. Antes de largar la información que tenía me sorprendí al ver a otra persona. Otra persona que no esperaba verle ahí.

—¿Scott? —pregunté. Él alzó su rostro con sorpresa también al verme. Al lado de Scott estaba Cora envolviendo algunos papeles y Boyd guardando unas cosas en la pequeña biblioteca que Derek tiene. Y el mencionado, estaba detrás de la mesa, palmas sobre ésta y cabeza agachada.

—¿Sarah? ¿Qué haces aquí? —interrogó mi amigo mientras me acercaba a la mesa para lograr ver qué era lo que estaban guardando. Noté un plano pero no sé qué eran el resto de las hojas. Miré los ojos café de mi amigo.

—Sé dónde están los Alfas...

—En el edificio de los Argent —respondió con dureza la hermana de Derek mientras dejaba los papeles doblados en una esquina de la mesa. Cora me miró con una mirada seria—. Boyd y yo seguimos a los gemelos ayer, sabemos que están ahí.

—Y ya hicimos todo un plan para dar el primer golpe antes de que ellos nos lo den a nosotros —agregó Boyd con una extraña emoción. Asentí. Claro que ellos ya lo sabían, que estúpida.

—Así que, si has venido sólo a decirnos eso...

—Cora —advirtió el hombre lobo gruñón. Lo primero que dijo desde que llegué. Le miré, su cabeza seguía agachada, inclinada levemente hacia un costado, mirando a Cora con sus ojos verdes. Su hermana alzó los hombros sin que le importara y se fue de la sala. Boyd le siguió.

Scott miró la situación y luego a mí — ¿Quieres que te acompañe a tu casa? —preguntó. Negué con la cabeza. No iba a desperdiciar esa oportunidad de tener a Derek ahí y no preguntarle sobre el plan o lo que ocurrió ayer. Scott asintió, tal vez ya sabiendo que me negaría. Me saludó y caminó hacia la puerta. Unos segundos más tarde, solo quedábamos Derek y yo.

Paranoia [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora