53. Una llamada a medianoche

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53. Una llamada a medianoche (1ra parte)

Lentamente, mi conciencia volvió a mi cuerpo. Lo primero que mis sentidos captaron es que estaba tirada sobre algo duro, un piso de cemento tal vez, y el frío alrededor de mí. Abrí los ojos pero no vi nada. Todo estaba oscuro. Entraba poca luz por una pequeña ventana en la pared más cercana.

¿Dónde estoy?

El pánico me empezó a invadir. Respiré hondo y me di órdenes de pensar mis últimos recuerdos. Tal vez caí dormida y caminé sonámbula hasta aquí. Ya ha pasado antes, Derek me había encontrado cerca de su casa. Sólo tengo que recordar qué pasó antes.

Sé que salí del hospital con mi hermano. La estadía ahí dentro se me hace complicada de recordar, como si una niebla se interpusiera en mi mente cuando pienso en ello. Recuerdo haber hablado unas palabras con Derek, él me informó sobre lo que eran las sombras (él las llamó oni) y lo que buscaban. Aparentemente un kitsune malvado, también conocido como nogitsune.

Después de eso... Ah, sí, volvimos a casa. Scott se quedó para acompañar a su madre. Me contaron que los oni les analizaron, marcándoles con el mismo símbolo detrás de la oreja. Ese símbolo, el cinco dado vuelta, quería decir que eran ellos mismos. Que el nogitsune no habitaba en ellos. Entendí que el agente McCall salió herido cuando los oni se presentaron en su casa y por eso mi amigo y su madre preferían esperar en el hospital. Scott puede no querer demasiado a su padre, pero no le dejaría solo cuando está herido.

Después de eso, ¿qué pasó? Cerré los ojos para intentar concentrarme. Volví a casa... ¿Volví a casa? ¿Me dormí?

Escuché una respiración entre cortada. Mi vista todavía no se adecuaba al oscuro lugar. Pero podía escuchar que no estaba sola. Había un bulto en el cemento, a un metro y medio de mí. Podía notar que se movía y respiraba. Pero no parecía del todo despierto o despierta. Deseé tener una linterna o algo similar.

De repente, como si mis deseos se hicieran realidad, la pantalla de mi celular se prendió. Ni siquiera me había dado cuenta de que lo tenía al lado mío. Un cartel en él decía: BATERÍA BAJA. Lo tomé y usé la luz de la pantalla para ver con más detenimiento el bulto.

Parecía una persona. Noté que su pie estaba atrapado en una trampa para osos y sangraba... Mucha sangre. Intenté que eso no me revolviera el estómago. Fruncí el ceño al reconocer el pantalón cuadriculado y la remera celeste clara. Podía ver la nuca del chico. Estaba muy segura de que era mi hermano.

No sé qué pasó, pero al menos Stiles estaba conmigo. Miré alrededor tratando de conseguir alguna pista del lugar en el que estábamos. Estaba muy oscuro. El piso era de cemento. Hacía mucho frío. Eso era lo único que podía saber con exactitud.

No quise levantarme y alertar a nuestro posible captor. Así que tomé fuerza y me empecé a arrastrar. Coloqué la mano que no sostenía el celular contra el frío pavimento. No me di cuenta de que no fue una buena idea, tuve que haber chequeado el lugar primero. Una trampa de osos, similar a la que dañaba el pie de mi hermano, me atrapó la mano.

Grité de dolor y lloré un poco cuando vi la sangre cayendo de mi antebrazo. Intenté no vomitar e ignorar el dolor. Moverla no era una opción, perdería aún más sangre. Alcé mi vista hacia mi hermano, él seguía durmiendo, ausente a lo que pasa su alrededor. Intenté no entrar en pánico.

Tenía mi celular. Tenía poca batería pero servía. Sin pensarlo dos veces, llamé a alguien que podía ayudarme. Él atendió al instante.

Paranoia [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora