37. ¿Esto es real?

4.8K 445 65
                                    

37. ¿Esto es real?

Dedicado a Only1Sacha (disculpá, no sé por qué no se puso tu nombre)


No, no debo dejarles entrar.

Ellos deben estar afuera.

Todos ellos.

No tienen que entrar.

Hay que dejarles afuera.


Sentía que corría. Pero no sé muy bien por dónde estoy corriendo. Siento pasos detrás de mí. Alguien me está persiguiendo. Mi parte racional del cerebro me pide que me detenga, que vea quién me sigue y qué quieren de mí. Que tal vez no es alguien que quiera hacerme daño. Pero la otra parte de mi cerebro, la que guía mi instinto, me dice que no debo detenerme. Que debo continuar hasta no poder más. Que si me agarran... No, no pueden agarrarme. Tengo que seguir corriendo.

Y eso hice. No sentía nada más que una completa sensación de miedo. Todo se siente muy real. Como si verdaderamente estuviera corriendo en un lugar completamente oscuro. Pero sé que es un sueño. Debe serlo.

No sentía mis piernas, pero eso no me detuvo. Ni el hecho de que apenas veía en el lugar. Mi nariz captaba el aroma fresco de los pinos. Tal vez si no estuviera todo tan oscuro, podría identificar que estoy en un bosque. Tal vez la reserva de Beacon Hills.

Seguí corriendo. Los pasos se hicieron más pesados. Sentía que quien me seguía estaba detrás de mí. La vista se fue aclarando lentamente, como si fuera un amanecer. Podía ver largos troncos de marrón oscuro. Árboles que no parecían tener final, que tocaban el cielo oscuro. Un cielo sin estrellas.

Bajé mi mirada al ver que casi me tropezaba con un tronco caído. Salté de repente, evitándolo. Continué corriendo. Ahora sentía mis piernas, lo cansada que estaba, el ardor de la adrenalina en mis venas, el miedo recorriendo cada rincón de mi cuerpo. No podía detenerme. Si lo hacía, cosas malas ocurrirían.

Escuchaba un zumbido. Seguido de cantos de pájaros. No, de pájaros no. De cuervos. Alcé la vista una vez más. El cielo se estaba aclarando un poco. Podía ver aves encima de mí. Cuervos, dando vueltas encima mío. Escondiéndose entre las interminables y largas ramas de los pinos. Dejándose ver lo suficiente para ponerme nerviosa.

Tenía ganas de llorar. Esta huida era interminable. Lo que sea que me siguiera estaba cerca y no importaba cuánto corría, ellos me alcanzarían. No podría dejarles afuera. Me atraparían. No puedo dejar que me atrapen.

Miré hacia atrás, sucumbiendo ante la curiosidad. Pero no vi nada más que sombras de los árboles. Antes de poder enfocar bien, mis pies tropezaron con algo y caí al suelo. Mi cabeza chocó contra una rama cercana, dejándome algo desorientada. Puse ambas palmas de mis manos sobre la tierra húmeda y me levanté de a poco. Sentía el dolor de la caída en el cuerpo, pero eso no me detuvo. Tenía que seguir corriendo antes de que me atraparan.

Al levantarme, algo llamó la atención de mis ojos. De repente, la necesidad de huir se desvaneció. No sé por qué, si ya no me seguían, si les perdí o si era muy tarde y ya estaban ahí. Sólo sé que lo que estaba mirando era más importante que huir.

El Nemeton cortado. De oscuro color y con pequeñas plantas verdes alrededor de sus raíces y sobre, los anillos que alguna vez pertenecieron al tronco que sostenían. Sentía la presencia de su poder. Un calor que emanaba. Pero lo sentía distinto. Lo que alguna vez fue una sensación cálida, ahora parecían llamas que pronto se alzarían contra de mí. Había algo diferente a la última vez que le vi, la vez que morimos y le encontramos. Parecía más... Peligroso.

Paranoia [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora