37- Él es...

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Probablemente cualquier otra persona en mi lugar se hubiese abalanzado sobre él para golpearlo o le estaría gritando, culpándolo de todo, pero yo no hice nada de eso. Solo me limite a caminar hasta la ventana y mirar el paisaje desolado, mientras analizaba sus palabras.

Luego me voltee lentamente y me volví a sentar en el suelo

-¿Y cuál es tu historia? ¿Cómo terminarte en este lugar?- le pregunte después de unos minutos en silencio.

Gonzalo pareció sorprendido.

-¿Solo me dirás eso después de que te confesé mi culpabilidad?- pregunto incrédulo.

Me encogí de hombros y negué con la cabeza.

-Hacer un berrinche no me hará volver mágicamente a casa-

-Pero es mi culpa, Brenda- casi podía tocar su desesperación

-No lo es, tu solo hiciste esa llamada en un intento desesperado, yo fui la que se encargo del resto- dije con indiferencia -¿Cuál es tu historia?- volví a repetir queriendo dar por terminada la discusión, pero Gonzalo siguió insistiendo

-Es mi culpa, se que lo es, si yo no hacia esa llamada, hoy tu no estarías en este lugar-

Mi paciencia se estaba agotando, pero respire profundo y hable lo más calmada posible

-No es tu culpa ¿Si?, fue el destino, ya estaba escrito que nosotros nos debíamos encontrar sin importar como y si tu no podías venir a mí, entonces debía ser yo la que diera el paso- Gonzalo pareció algo sorprendido con mis palabras, pero luego sacudió la cabeza y siguió con su expresión preocupada

-No trates de justificarme, yo soy el culpable y eso nadie lo puede cambiar- esas palabras hicieron que llegara al límite de mi paciencia

-Okey, ya estuvo bien- dije mientras golpeaba mis palmas contra el piso y me levante -No podemos cambiar el pasado. No podemos regresar todas las lagrimas que derrame, ni puedes volver al momento en el que marcaste esa llamada. No puedo volver al preciso instante en el que detuve ese autobús y decidir no arribarlo, eso es imposible asique no tenemos que conformar con lo que tenemos en el presente ¿entendido? Ahora empieza a contarme la razón por la cual estas en este lugar, porque si no te das cuenta, ya estamos cerca de cumplir el mes desde esa llamada y debemos empezar a crear un plan de escape si no queremos que todos mis esfuerzos hayan sido en vano-

Gonzalo entreabrió los labios para replicar algo, pero al ver mi cara, inmediatamente la cerro y se mantuvo y en silencio

-Y bien…- dije para incitarlo a hablar.

Él se mantuvo callado por unos minutos con la mirada perdida en el paisaje que se veía a través de los barrotes de la ventana.

Parecía perdido en sus más profundos pensamientos, sus facciones se ceñían y se relajaban con cada recuerdo y parecía tener una lucha interna entre confesarse o no.

Luego de unos minutos más en silencio, finalmente suspiro con cansancio y negó con la cabeza.

Al parecer el resultado de la batalla había sido negativo.

Aunque primero sentí las ganas de gritarle un par de cosas por ser tan cerrado, me contuve porque en el fondo lo comprendía bien.

Hay partes de nuestro pasado que son nuestras y solo nuestras. No importa quién tengamos enfrente, siempre habrá algo que no nos atrevemos a rebelar ni a nuestra propia sombra. En mi caso, esa puerta que siempre estaría cerrada con llave al exterior, era la de Thomas. Nadie sabría lo de mi hermano a través de mí. Era la parte tabú de mi pasado, la parte que no tenía intenciones que nadie descubriera, la que nadie alteraría. Estaba decidido, se quedaría para siempre ahí, en ese lugar oculto, siempre encerrado en mi memoria, en mi pasado.

Mi locura, tu salvación|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora