26-¿Que es eso?

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Lo que tenía ante mis ojos, era un paisaje completamente distinto al que se veía por la ventana de la habitación.

Ahora nos encontrábamos frente a una especie de bosque, solo que menos espeso.

-Solo hay que tratar de no correr en círculos ¿Entendido?- la cercanía de Gonzalo me había empezado a incomodar y parecía que a él también, pero si queríamos salir de esto, debíamos trabajar en grupo.

-Entendido- confirme y luego corrí para adentrarme en el bosque, sin esperar otra señal.

Era un lugar que aparentaba ser bastante extenso y tal vez nos llevaría varias horas o incluso días en encontrar la salida, pero estábamos en grupo y eso era algo más tranquilizante.

En ese momento me empecé a sentir cada vez mas aliviada. 

Corría libre, sin importarme que las ramas lastimaran mis brazos y rostro; tropezaba alguna que otra vez con algún tronco que no alcanzaba a ver, mientras que los pasos de Gonzalo se sentían detrás de mí, pero sin poder alcanzarme.

Me sentía atrevida, osada, fresca, independiente, libertada...pero también esta esa sensación de odio, rencor, sed de venganza, repudio...me prometí dejar lo mejor de mí, solo para salir libre y hundir a todos los que estuvieran envueltos en este horror.

Tal vez nunca encontraría a la persona que realmente buscaba en el principio del viaje, pero en su honor, ayudaría a toda esa gente que había quedado atrás.

Pensar que todo había empezado a causa de una llamada al viento, resultaba algo increíble. Tal vez cualquier persona común la hubiese ignorado, pero acá esta yo, Brenda Robinson, la chica que no le importo seguir su instinto, aunque resultara ser fallido, acá estaba la chica que había zafado de dos secuestro y estaba en vías de evadir un tercero, acá estaba la chica que había perdido a su hermano y tuvo que mudarse para superarlo, la chica que había sido engañada por la persona que mas confiaba, la chica que pesar de todos esos días grises, se seguía manteniendo en pie y con más ganas de vivir que nunca. 

Acá estaba yo

Ya llevábamos como media hora corriendo y caminando alternadamente, cuando decidí romper el silencio

-Crees que logremos salir antes de...- no había terminado de hablar, cuando una mano cubrió mi boca, a la vez que un fuerte brazo me rodeaba y me obligaba a caer sobre un arbusto, primero me desespere, pero cuando su olor varonil filtro por mi nariz, me volví a tranquilizar, hasta que hablo

-No hables ni te muevas- su mano no se movía de su lugar, al igual que su brazo, y su aliento chocando contra mi oreja y cuello no me ayudaban mucho, y si a eso le sumábamos que había quedado sentada sobre sus piernas, definitivamente terminaba restando el doble.

Asentí como pude, y nos mantuvimos así por un tiempo más.

Mi corazón latía cada vez más acelerado y podía jurar que nuestra posición no era necesaria, sin embargo él parecía a gusto y eso hacía que mis nervios aumentaran.

-Mmm...mmm- la verdad la posición era cómoda, pero mis nervios ya no la soportaban, por lo que empecé a removerme incomoda para liberarme de su agarre, pero él me apretó más contra su cuerpo

-No no señorita, usted se burlo de mi dos veces y yo solo una, asique es hora de acomodar eso- no comprendía sus palabras y seguí forcejeando -Ya dije que no, asique no intentes nada, nos quedaremos así hasta que yo lo decida, los guardias pueden estar cerca y me gusta la posición por lo tanto nos quedamos así y punto, tu sin hablar y yo abrazándote, es el peor castigo que te puedo dar, lo sé- ¿Y a este que bicho le había picado?¿acaso el golpe había sido muy fuerte? Obviamente no nos íbamos a quedar haciendo tontería, cuando deberíamos estar corriendo lejos de ese lugar.

Volví a forcejear con más fuerza, pero tal como él había dicho, solo logre que me ajustara más.

Está bien, ya lo había soportado el mayor tiempo posible, pero todo tiene un límite. Sin pensarlo dos veces le mordí la mano

-¡¿Pero qué te pasa?!¿Acaso eres caníbal?- grito en un susurro mientras masajeaba la zona adolorida. Aproveche su distracción para alejarme de él.

-Acá la pregunta seria ¿Qué rayos te pasa a ti? ¿Acaso esperas que nos quedemos en este lugar hasta que nos encuentren? porque yo...- no me había dejado terminar, cuando volvió a tomarme de la misma forma de hacia unos segundos

-Ya vez porque te tapo la boca, pareces un loro y ellos siguen rondando cerca- volvió a susurrar contra mi oído, haciendo que mi enojo aumentar por mi poca habilidad, pero antes que pudiese protestar, el ruido de las hojas secas siendo pisadas, me puso alerta.

-Sí, ya estamos registrando, pero no hay rastro, seguramente tomaron para otro lado...sí....no, ya los tenemos cargados...sí todos...no quédate tranquilo que esos mocosos no salen de acá...ya está toda la patrulla movilizada...tendrían que tener una inteligencia de oro para poder burlar todo el operativo...- sentía las ganas de salir de mi escondite y demostrarle el golpe que le podía dar esta "mocosa" pero el agarre de Gonzalo me lo impidió -...listo entonces, adiós- el sujeto finalizo la llamada y empezó a inspeccionar su alrededor.

Nosotros nos encontrábamos a pocos pasos de él, pero un arbusto no refugiaba de ser vistos y eso me hacía sentir aliviada, sin embargo, cuando creía que ya nada podría salir mal, Gonzalo hizo un movimiento mal calculado y una rama se quebró bajo nosotros, provocando un sonido casi imperceptible en otra situación, pero que en la quietud del bosque había sonado como una pisada.

El sujeto, empezó a mirar para todos lados, hasta que su atención cayó sobre el arbusto en el que nos encontrábamos y sonrisa se dibujó en sus labios.

De un momento a otro, me encentro libre y Gonzalo frente al sujeto peleando cuerpo a cuerpo.

Sin pensarlo demasiado busque en el suelo hasta que encontré un trozo de madera y me dirigí hasta el sujeto, para dejarlo noqueado del golpe que le di en la cabeza.

Cuando volví la mirada hasta Gonzalo para gritarle que empezara a correr, sentí que mi corazón detenía su ritmo, para después retomarlo a un ritmo acelerado.

-Gonza- lo llame en un susurro ahogado y él me miro confundido, ya que nunca había usado ese apodo -Tu...tu brazo ¿Qué es lo que tienes en tu brazo?- pregunte mientras señalaba el extraño objeto que tenia clavado, deseando que me respondiera algo positivo, pero por la expresión de terror que puso al verlo, supe que no sería posible

-No puede ser- dijo mientras se lo extraía de un tiro, aunque ambos sabíamos que ya era demasiado tarde: el líquido del dardo tranquilizante ya corría por sus venas



¡¡No olviden dejar su estrelluela y comentario!! Ahora estoy subiendo más seguido y en el anterior cap. solo vi uno de cada uno  :'(

Mi locura, tu salvación|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora