-Gonza, sabes que ahora tu...- no había terminado cuando me interrumpió
-Sí, lo sé, y por eso es mejor que pensemos con tranquilidad y no perdamos la cabeza- su actitud serena me inquietaba -Ahora haremos lo siguiente: como ya es lógico, yo no podre seguir asique...- oh no, ya me imaginaba el rumbo de esta conversación y no me gustaba nada
-¡No!, tu vendrás conmigo, no te dejare- me plante con decisión.
El tomo el puente de su nariz y bufo con frustración
-¿Es que acaso no lo ves? Yo quedare inconsciente dentro momento ¡Solo seré una carga!-
-Tal vez... tal vez solo sean para asustarnos y no tengan nada...- trataba de buscarle el lado positivo, aunque sonaba bastante imposible
-No es la primera vez que intento escapar y fallo en el intento, asique debes creerme cuando te digo que estas cosas no son nada indefensas- su confesión me sorprendió un poco -Ahora escúchame bien, empezarás a correr sin mirar atrás y buscarás apoyo- me negaba a tomar en cuenta su idea -Si nos quedamos los dos, solo lograremos que nos vuelvan a encerrar y no sabremos cuanto tendremos que esperar para que se nos vuelva a presentar una oportunidad así ¿Entiendes? -no estaba muy convencida pero asentí -Piensa que no solo me ayudaras a mí, sino que también a todas esas personas que dejamos atrás-
Al escuchar sus palabras, entrecerré los ojos y lo mire acusadoramente
-Usaste un chantaje muy chantajeante ¿Sabias?- dije con fingida indignación y el rio -Sabes que deseo con todas mis fuerza ayudar a esas persona y lo usas en mi contra ¡Traidor!- rio más fuerte, pero luego se torno serio.
Estábamos frente a frente y sin darnos cuenta habíamos empezado a acercarnos. Inconscientemente cerré los ojos esperando que sucediera, pero una decepción me inundo cuando sentí sus labios sobre mi frente ¿Por qué sentía ese vacío dentro de mí? ¡Me había hecho una promesa que estuve a punto de romper por segunda vez! sin duda tendría que replantearme alguno puntos.
-Sé que lo deseas al igual que yo, pero no te lo daré hasta que vuelvas con ayuda para que tengas una motivación, asique te recomiendo que empieces a correr- dijo a la vez que se separaba
¿Quién se creía?, yo no deseaba nada de él y aunque lo hiciera, no lo admitiría
-Sí, bueno, ¿soñar es gratis, no?- dije con indiferencia mientras volteaba hacia el bosque y empezaba a correr, ignorando la carcajada que escapaba de sus labios.
"Piensa que no solo me ayudaras a mí, sino que también a todas esas personas que dejamos atrás" sus palabras volvieron a mi mente: tenía razón yo era su única esperanza por el momento.
Empecé a correr de Gonzalo e intente no pensar demasiado las cosas para no dar lugar a un arrepentimiento que me obligara a volver.
"Busca ayuda" aun no sabía cómo lo lograría, teniendo en cuenta que hacía dos semanas atrás me la había negado por falta de pruebas y ahora seguía sin conseguirlas, pero valía la pena el intento.
Mis brazos ardían al igual que mis mejillas debido a los cortes que me había hecho, primeramente con los cristales y luego con las ramas, pero no me quería parar a examinarlo, para no perder tiempo.
Iba tan concentrada en llevar mis pensamientos a otro lugar, que no había notado la carretera frente a mí, la cual, para mi mala suerte, se encontraba desértica.
Era una ruta algo deteriorada, el monte se alzaba espeso de ambos lados y varios papeles, aparentemente recientes, volaban de acá para allá dándome un alivio. Era un lugar transitado.
Seguí caminando por la orilla, no me podía quedar en un lugar fijo, para evitar que dieran conmigo.
Era cerca del mediodía, el sol estaba por alcanzar su punto máximo y la vista de la naturaleza era realmente hermosa, pero con cada minuto que corría, sentía que mi ansiedad iba aumentando. No podía saberlo con precisión, pero haría cerca de una hora que estaba caminando por la orilla de la carretera y aun no había cruzado ni un solo automóvil.
Los pies me dolían y el cansancio se hacía notar, pero me obligaba a caminar, debía encontrar refuerzos.
Después de unos quince minutos más de caminata, un cartel verde algo torcido justo a la ruta, apareció en mi campo de visión para darme una noticia que me derrumbo las esperanzas: el pueblo más cercano se encontraba a cinco kilómetros, lo que significaba varias horas de caminata y más riesgo de ser descubierta.
-Mi móvil- mi lamento corto el silencio.
El ambiente estaba inundado por el alegre cantar de las aves, la brisa leve chocando contra las hojas, el golpetear de mis zapatillas contra el pavimento y mi respiración acelerada, después nada más.
Era un lugar que invitaba a la reflexión. Y así fue.
Mis pensamientos me recordaron a mis padres, el viaje que supuestamente seria en esta semana, pero ahora resultaba que cuando me fuesen a buscar, se encontrarían con que su única hija, se había ido, había desaparecido.
Pensé en mamá.
Me imagine su tristeza, sus ojos azules enrojecidos, las ojeras, los llantos a todo horario, su negación a comer...tal cual ocurrió cuando Thomas falleció.
Pensé en papá.
Su esfuerzo por aparentar ser fuerte, aunque por las noches, cuando mamá no lo veía, se lamentara en silencio, su expresión ida, su dolor...
Esa imagen me hizo ajustar mi paso, no podía dejar que volvieran a caer, no me lo perdonaría.
El canto de los pájaros pareció enmudecer, lo que me llamo la atención y me activo las alarmas.
Me detuve a la vez que agudizaba mi oído, y a lo lejos se distinguió un sonido, que al parecer más cercano, reconocí como el rugir de un motor. La alegría y el alivio me inundaron, pero entonces algo apareció en mi mente
"...ya está toda la patrulla movilizada...tendrían que tener una inteligencia de oro para poder burlar todo el operativo..."
Las palabras del sujeto que le había disparado a Gonzalo, volvieron a mi mente como un flash, logrando que una duda creciera dentro de mí ¿Y si los que venían eran más de ellos? Podía correr al bosque y esconderme pero ¿Qué tal si se trataba de mi salvación? Termine decidiendo por refugiarme en el bosque y si el automóvil que se acercaba aparentaba ser confiable, saldría justo a tiempo para lograr detenerlo.
Sin pensarlo más, corrí hasta el árbol más cercano.
Una vez al resguardo, esperé con impaciencia que el automóvil se hiciera presente por unos segundos que me parecieron eternos, pero cuando al fin apareció, di gracias haber tomado esa decisión.
El motor que rugía ferozmente, sin duda pertenecía a la "patrulla" que había mencionado el sujeto.
Era una camioneta color negra de gran porte, en la parte superior del parabrisas se leía algo que no alcanzaba a distinguir con claridad, pero parecia decir Oviedo, y en la parte trasera se veía que varios sujetos armados que registraban el lugar con la mirada.
Si me llegaban a ver, estaba muerta.
¡No olviden dejar su estrelluela y comentario!
ESTÁS LEYENDO
Mi locura, tu salvación|✔
حركة (أكشن)Di dos pasos más, para internarme en el lugar, cuando un olor nauseabundo me invadió por completo, provocándome un leve mareo. Al recupéreme y buscar con la mirada el origen de la peste, me encontré que un cuerpo todo ensangrentado, yacía a metros...