Mi locura, tu salvación|✔

33 -La caja "misteriosa"

Todo este tiempo había estado odiándolo a raíz de un comentario, sin tomar en cuenta que se podía tratar de un engaño.

Lo había ignorado, cuando el había perdido su libertad en un intento de salvar la mía, ese pensamiento me hacía sentir la peor persona del mundo.

-Lo siento- fue lo único que salió de mis labios después de procesar toda esa confesión, por lo que me sentí insatisfecha y lo envolví en un abrazo. Espere unos segundos en esa posición, pero Bruno no me correspondía, se sentía como abrazar a una roca que emanaba calor.

La situación se volvió incomoda y ya pensaba en separarme, cuando sus fuertes brazos rodearon mi cuerpo ajustándome contra su pecho, mientras su mentón descansaba en mi hombro.

-¡Dios! Creí que te había perdido- dijo ajustando mas su agarre -Ese día, cuando desperté todo golpeado y no te encontré en la habitación, me sentí desesperado, no te imaginas la cantidad de situaciones espantosas que se me venían a la mente en ese momento- sorbió su nariz y las lagrimas empezaron a humedecer mi remera -Empecé a golpear todo y mis heridas se duplicaban pero no me importo, tu estaba en otro lugar y me odiaba por no haber sido más fuerte para defenderte, pero días después, cuando crucé esa puerta y te vi sana y salva, quise correr hasta ti y envolverte en un abraso, sin embargo me contuve cuando me miraste. Tu mirada era distinta, guardaba odio, rencor y no entendía el porqué- dijo con desesperación, mientras se separaba un poco de mi, para mirarme con esos ojos azules que hipnotizaban

-Lo lamento, es que Titán había dicho esas cosas horribles de…-

-Titán me odia y sabia que si nos mantenía separados nuestra resistencia se reducía a la mitad- solo asentí e inconscientemente corrí mi vista hasta Gonzalo que, como era de esperarse, aun permanecía dormido.

¿Qué pensaría de Bruno? ¿Nuestro trato seguiría igual? Si bien aun no nos conocíamos muy bien y hacia pocos días de nuestra relación, no quería que las cosas cambiaran.

-Se llevan muy bien ¿Verdad?- el tono de Bruno sonaba dolido, pero cuando lo mire trato de disimular con una sonrisa algo tambaleante

Asentí con la cabeza.

-No habíamos empezado con el pie derecho, pero después nuestra relación fue mejorando y en pocas horas nos convertimos en esto- dije mientras señalaba a Gonzalo y a mí de forma alternada.

Note como Bruno fruncía el ceño algo confuso y enojado, lo que me hizo analizar mis palabras

-Amigos- aclare de modo apresurado, cuando encontré el error -Gonzalo y yo somos amigos- Bruno pareció soltar el aire contenido -No lo aclare porque lo considere lógico, hace menos de cuatro días que lo conozco- señale con obviedad mientras me cruzaba de brazos.

-Sí, ya lo sé, es solo que…- un quejido por parte de Gonzalo corto la respuesta de Bruno.

Al escucharlo, la incertidumbre me empezó a consumir ¿Recordaría lo de la noche anterior? Por instinto, casi llevo mis manos hasta mi boca para empezar a morder mis uñas, pero cuando vi la suciedad que tenia debajo de ellas, descarte la idea y me conforme con jugar con mis dedos de forma nerviosa.

Gonzalo se empezó a remover incomodo y aun con los ojos cerrados, tanteo la cama, pero al no encontrar nada, rápidamente los abrió y reviso el lugar con la mirada, hasta que detuvo su atención en mi.

Mantuve mi pose despreocupada para disimular. Sabía muy bien lo que Gonzalo había estado buscando a su lado, pero ahora parecía algo confundido, tal vez tenía suerte después de todo.

Me miro indeciso por unos segundos, como si tuviese una lucha interior, pero rápidamente le quite la mirada.

-¿Qué haremos hoy?- sabia que la intención de Bruno había sido alivianar la tensión pero ¿enserio pudo hacer esa pregunta?