Al otro día me desperté con los primeros rayos de sol.
Al parecer, en algún momento de la madrugada, había logrado conciliar el sueño y lo agradecía enormemente, de otra manera, estaría cansada el resto del día.
De inmediato me senté en el lugar y busque en mi mochila, la manzana, para comer solo una mitad. No sabía cuánto tiempo pasaría hasta que pudiese conseguir más comida.
Cuando ya estaba guardando la mitad restante de la fruta, alcance a divisar mi móvil el fondo de la mochila, y decidí prenderlo.
Al hacerlo, me encontré con un mensaje de Hannah:
"Hola Heroína, ¿Como estas? Yo bien. Quería avisarte que mis vacaciones se van a extender un poco, asique no nos veremos hasta dentro de dos semanas, no me odies :'("
El texto me había causado cierta melancolía, porque sabía que mi mejor amiga vendría una semana después de lo acordado, pero también sentí alegría por ella.
Seguí leyendo el mensaje de mamá:
"Hola Bren, con papá ya planeamos las vacaciones ¡y serán dentro de dos semanas!
PD: No te diré el lugar, para que sea una sorpresa"
Okey, esa noticia no me la esperaba y fue entonces cuando una duda llego a mi mente ¿Y si no alcanzaba con la investigación? Antes de entrar en crisis, procesé la información: aun tenía dos semanas completas para hacerlo, y sabía que no permanecería más de ese tiempo, en un lugar como ese, bajo ninguna circunstancia.
Luego había tres llamadas pérdidas de Megan, las cuales me parecieron algo extrañas e iba a corresponderlas, cuando de repente la pantalla se ilumina con el nombre Engreída en verde. Si, todavía no lo había renombrado.
-Hola, Megan- respondí al descolgar
-Brenda- dijo con tono aliviado -¿Estás bien? Ayer no volviste en el autobús y tu celular marcaba como apagado- su voz sonaba realmente inquietada
-Mmm si estoy bien- respondí algo confundida ante su preocupación -Y el celular marcaba apagado porque realmente estaba así, no lo tengo prendido porque si no...-
-¡¿Acaso tienes el celular apagado?!- aparté el celular de mi oído, al escuchar el grito ensordecedor que soltó Megan -¿Estas en el lugar más peligroso que conozco y ni siquiera llevas el celular encendido?-
Debía admitir que ella tenía un punto, pero yo también tenía el mío.
-Si lo tengo todo el tiempo encendido, se le terminara la batería-respondí como justificación
-Estás loca-
-Eso ya me lo habías dicho-
-Nunca esta demás repetirlo, por si alguna vez lo dudas- dijo con claro enfado
No pude evitarlo, y solté una risa
-¿Se puede saber que te causa tanta gracia? ¿Acaso ves que la situación lo amerite?- pregunto con irritación
-Nada- dije levantado los hombros, aunque sabía que no me podía ver a través del parlante
Por un momento se hizo un silencio, hasta que un suspiro de frustración, se escucho del otro lado.
-Promete que llamaras todo el tiempo que estés ahí- dijo con tono suplicante
-Te prometo que enviare mensajes- propuse.
Las llamadas no era no lo mío
-Está bien- accedió después de pensarlo unos momentos
-Megan, me gustaría seguir hablando, pero tengo varias pistas que encontrar, asique ¿adiós?- dije divertida para romper la tensión
-Brenda- me llamo antes de que alcanzara a cortar
-¿Si?-
-Cuídate- dijo en un susurro
-Lo hare, no te preocupes, adiós-
-Adiós-
Al finalizar la llamada, le mande un mensaje a mamá y a Hannah, para decirle que estaba todo bien y luego lo apague.
Termine de acomodar todo nuevamente en la mochila y luego la ajuste a mis hombros para continuar con la investigación.
Antes de salir de mi escondite, inspeccione los alrededores con la mirada, pero no había nada más que botellas de alcohol vacías, dispersas por todas partes y el manchón rojo oscuro, junto a los pedazos de cristal, aunque el cuerpo del novato ya no estaba.
Seguramente lo habían retirado durante la noche.
Me prepare mentalmente para cualquier situación, y me arme de valor para salir a la calle.
Una vez fuera, mire hacia él lado en el que se encontraba la Calle Siete y respire profundo, antes de empezar a caminar hacia allí.
La Calle Siete, no era específicamente una calle, si no que más bien un barrio.
En él, no había casas, si no que su lugar era ocupado por grandes galpones repletos de chatarra; las calles, en su mayoría, estaban manchadas del rojo oscuro de la sangre, debido a los constantes enfrentamiento, y no había un solo lugar que no tuviera una marca de bala.
El lugar que estaba ante mis ojos, parecía irreal, terrorífico, imponente; todo al mismo tiempo.
Fue ahí cuando me di cuenta de algo: lo que estaba haciendo, había sido una total y completa locura desde el primer momento. Sin embargo, al igual que la primera vez que la duda se había despertado en mi sistema, decidí ignorar a mi subconsciente.
Di dos pasos más, para internarme en el lugar, pero un olor nauseabundo me invadió por completo, provocándome un leve mareo.
Al recupéreme y buscar el origen de la peste con la mirada, me encontré que un cuerpo, todo ensangrentado, yacía a metros de mí.
Era el novato.
Estaba todo lleno de tierra y con la ropa mas rota de lo que recordaba; era más que notorio, que había sido arrastrado por todo el suelo.
Al registrar más el lugar, descubrí el horror en su representación más grafica.
A pocos metros del cuerpo, se encontraba una pila inmensa de cadáveres, en las mismas condiciones que el primero.
Habría cerca de veinte o tal vez más, no lo sabría decir con exactitud. Todos unos arriba de otros, sin un orden ni patrón, y se notaba que los de abajo llevaban varios días en ese terreno.
Al ver esa imagen, me lleve las manos a la cara para cubrir mi boca, mientras que inconscientemente había empezado a retroceder.
Ya no tenía ningún interés de permanecer en ese sitio. Ya no podía seguir con esto.
En esos casi dos días, había visto más sangre y muertes, que a lo largo de mis dieciocho años y no podía seguir soportándolo.
Yo no estaba hecha para esto.
En mi interior, lamentaba no poder ayudar a esa persona que había depositado su confianza en mí, pero sabía que si no salía urgente de ese lugar, era probable que acabara haciéndole compañía al novato, y realmente no quería que eso ocurriera, bajo ningún punto de vista.
De repente mis pasos se detuvieron, al sentir que mi espalda chocaba contra algo firme y cálido a la vez, al mismo tiempo que unas manos se ajustaban a mis hombros.
-Vaya, vaya, pero mira que tenemos aquí- dijo contra mi oído, una voz ronca y escalofriante.
Oh no, algo me decía que estaba en graves problemas.
No olviden dejar su estrellita ;p
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Mi locura, tu salvación|✔
AksiDi dos pasos más, para internarme en el lugar, cuando un olor nauseabundo me invadió por completo, provocándome un leve mareo. Al recupéreme y buscar con la mirada el origen de la peste, me encontré que un cuerpo todo ensangrentado, yacía a metros...