• Snape sale del armario •

67 3 1
                                    

Estábamos en la última clase mañanera del jueves junto a las serpientes en las mazmorras. La luz tenue hacía difícil poder leer los libros que teníamos apoyados en las altas mesas junto con los calderos, y las dos horas en las que debíamos realizar una de las pociones que Snape nos había mandado se empezaban a se sentir pesadas cuando Draco entro por la puerta. Miré de reojo al rubio intentado no cortarme un dedo.

Draco se sentó delante de mi, al lado de Ron, y en la misma mesa que compartían él y Harry, sobrecargó sus pies en ella y sin intención de hacer nada dijo—Profesor, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, con el brazo así no puedo.

Snape sin mirar le respondió—Weasley, cortárselas tu.

Resoplé y sabiendo lo que ocurriría junto con el mal humor con el que ayer Ron se fue a dormir sentí la responsabilidad de ayudar.—Lo haré yo profesor, de todas maneras ya he terminado—contesté sonriendo inocentemente mientras me levantaba de mi silla.

Snape—Quédese donde está señorita Rowling, he dicho que lo haga Weasley.

Emma—Y yo he dicho que ya he terminado.

Snape—10 puntos menos para Gryffindor.

Emma—¿Acaso cree que me van a importar unos puntos que nos dan tal y como ustedes desean y que solamente sirven para clasificarnos y hacernos sentir peor con nosotros mismos por no llegar a ser suficientemente buenos en la escuela?—Snape se giró para mirarme amenazadoramente y sonreí intentando quitarle importancia a mis palabras.

No sabía cómo tratar a Snape. Sentía temor por su presencia, ya que el hombre emanaba un tipo de sentimiento espectral que demostraba por todo el dolor por el que debía haber pasado durante su juventud, pero a la vez sentía que estaba siendo probada para demostrar su verdadero ser. Para demostrarme a mi misma si de verdad podía confiar en él como el propio Dumbledore había hecho.

Izzy—Claro que te importan Mía, anda ven, se te ha olvidado... Algo—dijo mientras me cogía del brazo haciéndome volver a mi silla.

Emma—¿Por qué has hecho eso?—la pregunté en voz baja una vez Snape volvió a su mesa.

Izzy—Porque te estaba matando con la mirada y necesitamos los puntos para ganar la copa de las casas.

Emma—Pfff, por favor, Dumbledore nos daría 1000 puntos si fuese necesario para ganar, tenemos a Harry Potter.

La clase pasó muy lenta para mi gusto, mi poción ya estaba terminada y no tenía nada que hacer así que me levanté unas cuentas veces para ayudar a Neville que se veía un poco nervioso por la presencia de las serpientes y el profesor.

Tras haber pasado la mayoría de las dos horas el profesor por fin dio final a la clase—....y probaremos la poción de Longbottom—.Todos empezaron a recoger y Hermione que compartía mesa con Neville le empezó a dar algunas instrucciones para finalizar.

Emma—Odio que las clases duren tanto tiempo, es estupido.—dije mirando a mi amiga mientras limpiaba el caldero en la pila haciendo salir de su varita un chorro de agua.

Izzy—No se, a mí me gusta las clases de pociones.

X—Normal, tus padres se sobrepasaron demasiado con tu cerebro obligándote a leer tantos libros de pequeña.—Ambas nos dimos la vuelta de un salto por el repentino susto y para nuestra sorpresa se trató de un chico con el que antes no había tenido al oportunidad de hablar, con uniforme de Slytherin, la piel muy oscura y una sonrisa perfectamente alineada.

Izzy—¡Qué susto, Blaise!—exclamó susurrando con una gran sonrisa—. Se supone que no deberíamos estar hablando.

Blaise—Ya lo sé, pero tú hermano me ha mandado a preguntarte si estabas bien, hace días que no sabe nada de ti.

Hogwarts Scars   [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora