• La Leona y La Serpiente, El hermano Perfecto y La Carta de Hagrid •

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El pobre de Neville fue castigado excesivamente para mi gusto, obviamente momentos después de que su mano sobresaliese entre toda nuestra casa le había explicado a McGonagall cómo yo le había dado la idea pero aún así Neville admitió que ya lo había pensado anteriormente por si solo y yo salí impune.

A excepción de eso, pasaron unos días bastante tranquilos en los cuales intentamos calmar las tensiones que nos rodeaban.

Hagrid—No se que hacer, chicas.—concluyó una de las noches en las que habíamos ido a visitarlo por lo nervioso que se encontraba.

Emma—Se que estaría moralmente mal, pero ¿Estáis seguros que no podríamos contratar a un asesino profesional para que acabe con Lucius?—intenté bromear.

Ginny—Yo estoy con ella, Buckbeak no merece ser juzgado por algo que ni siquiera ha hecho, Malfoy es el que debería ir.—la señalé para obviar que pensábamos igual.

Izzy—No, no vamos a matar a nadie.—puso los ojos en blanco cansada de nosotras.

Emma—¿Y una paliza?—Izzy negó—¿Y..?

Izzy—No Mía, no le vamos a hacer nada a Lucius Malfoy.

Dejé a Izzy y Ginny discutir sobre ello mientras pensaba en lo que significaría matar a Lucius, nos ayudaría en nuestro plan, no es que sea un gran peligro en una batalla, pero nos la podría convertiría en una guerra.

Hagrid—¿Tú qué piensas Hermione?—sorbió de su taza de té.

Hermione le miró sorprendida, aparentemente llevaba un rato mirando a la nada pensando en sus cosas.

Ginny—¿Estás bien Hermione?—preguntó al ver que sus ojos estaban cristalinos.

Hermione—Sí, sí, claro, perdón ¿qué me habías preguntado, Hagrid?—ignoró su estado.

Nos quedamos en silencio, más o menos Ginny, Izzy y yo sabíamos lo que estaba sucendiendo entre ella, Harry y Ron, pero el pobre de Hagrid no tenía ni idea y nos miraba por ayuda.

Hagrid—Yo... Emm ¿Estás bien?—se atrevió a preguntar al ver cómo se limpiaba una lagrima.

La castaña no respondió, solo se quedó mirando al suelo.

Izzy—Sabes que nos lo puedes contar Hermione.—la miramos para ver si sucedía algo, pero se quedó igual.

Ginny—No te vamos a judgar Herms.—casi nunca se la oía llamarla por su mote, principalmente porque a la castaña no le agradaba, aún así no hubo reacción.

Aún que nos quedamos más de hora y media en la casa de Hagrid, Hermione no volvió a hablar ni a mostrar interés en hacerlo, así que, cuando Hagrid la pidió que se quedase a la hora de marcharnos, no hicimos nada.

Aún no era el toque de queda y algunos alumnos se paseaban por el castillo, por eso no nos sorpredió ver a Astoria y Daphne hablar por los pasillos.

Astoria—Bonita camiseta, Weasley.—la sonrió cuando pasamos cerca y Ginny la guiñó el ojo.

Izzy y yo nos quedamos quietas en el sitio, con los ojos abiertos y sin saber exactamente qué decir.

Emma—¿Que..?

Izzy—¿Era ella de verdad..?

Emma—¿Tú camiseta..?

Izzy—¿De verdad lo ha..?

Ginny, después de haber dado unos pasos y darse cuenta de que nos dejaba atrás volvió a nuestro lado sin entenderlo.—¿Chicas? ¿Estáis bien?—la miramos incrédulas.

Izzy—Astoria...—señaló al pasillo—Tu... Tu camiseta.

Emma—Creo que no dormí lo suficiente, sí, debe ser eso.

Hogwarts Scars   [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora