La música en el piso de Kendall empezó a escucharse con un poco de fuerza. Aparté mis manos de ella e hizo lo mismo, realmente no sabía qué era lo que hacía o lo que estaba pensando, solo la miré, la miré como si hubiera sido lo más preciado de este mundo.
—Ya empezó la fiesta de Kendall, ¿quieres ir? —pregunté.
—No, prefiero quedarme aquí y mirar las imágenes de mi bebé, además quiero contarle a mi mejor amiga como estuvo el ultrasonido. Si quieres ve tú.
—No quiero dejarte sola.
—Tranquilo, estaré bien, si ocurre algo yo te aviso, al fin y al cabo, estarás en el piso de abajo, además Kendall te invitó y sería de mala cortesía no ir.
—Nos invitó a los dos —recalqué.
—Sí, pero no creo que sea un buen lugar para mí.
—De acuerdo... —intenté dejar así las cosas—, le marcaré a Ethan, quizás quiera ir.
Saqué mi teléfono de mi bolsillo, busqué en contactos y marqué al número de Ethan, sonaba con el mismo tono de espera de siempre. Xime tomó las imágenes que había dejado a un lado.
—Hola —dije al teléfono.
—¿Qué sucede, Sebas?
—Kendall hizo una fiesta, ¿quieres ir?
—No quiero y no puedo, recuerda que te dije que saldría a ver a mi familia.
Cierto, se me olvidó que hace una semana me dijo que iría a ver a su familia en San Diego, California, por lo que no estaría todo el fin de semana. Por estar pensando en Xime se me había olvidado.
—De acuerdo, le mandas saludos a tu mamá de mi parte.
—Sí, yo le mando tus saludos. Por cierto, Eva quiere hablar contigo.
—Dile que estoy ocupado —dije a sangre fría.
—Sabes que mi hermana no se cansará hasta hablar contigo. En serio necesitan aclarar todo de una vez, y más teniendo a Ximena contigo.
—Dile que estoy ocupado —insistí.
—Entiendo, está bien, ya te dije, nos vemos el lunes, bye.
Inmediatamente colgué. Ethan podía ser un tanto insistente en ese aspecto, pero aún tenía que arreglar unas cosas antes de hablar con su hermana. Volteé hacia Xime mientras miraba las imágenes del bebé sentada en el sofá.
—¿Qué te dijo? —preguntó.
—Estará el fin de semana fuera de la ciudad para ver a su familia.
—Oh, comprendo, que bien que vea a su familia.
—Sí... —intenté cambiar de tema— ¿me veo bien así o necesito cambiarme para la fiesta?
—Te ves perfecto —dijo con una sonrisa.
Cuando dijo eso me extrañé un poco. Se volteó a las imágenes de inmediato y evitó mirarme, por lo que no quise tocar el tema.
Fui a mi habitación, me puse más guapo de lo que estaba, noté que se hacía de noche y bajé a la sala para buscar mis llaves. Vi a Xime sentada en el sillón hablando por teléfono y vi mis llaves a un lado de ella, me acerqué a tomarlas y cuando estuve a punto ella las agarró.
—Espérame un momento —dijo al teléfono.
Se levantó del sillón y me arregló la ropa, acomodando la camisa, la desabotonó y la volvió a abotonar, sentí algo totalmente diferente cuando ella tocó mi abdomen descubierto por un instante, también me acomodó el peinado, cada toque de ella se sentía diferente.
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Mi mejor promesa (SAGA: Esperanza) #1
RomansSebastián Flores es un profesor que vive en un pent-house en Los Ángeles (California), tiene un pasado que lo atormenta, pero en una noche sin consuelo, llega a su hogar una chica embarazada justo a media noche. ¿Podrá Ximena Díaz hacerlo recuperar...