Te invito a leer mi novela Mi corazón aun siente, me gustaría saber tu opinión acerca de la novela, espero y puedas darte una vuelta por ahí.
El primer día fue dinámico, muchos se acercaron a nosotros por ser nuevos. Después tuvieron curiosidad por el yeso de mi pierna, los siguientes días fueron tranquilos. Las semanas pasaban tan rápido que cada vez se hacia mas fácil vivir en una ciudad como lo es Nueva York. Comienzas acostumbrarte al ruido que realizan los carros en las grandes avenidas, al clima de una ciudad tan influyente tanto en comunicaciones como en arte y cultura, observar desde puntos estratégicos el puente de Brooklyn que une con el estado de Manhattan y así como también cruza el grandioso East River. Toda una aventura en esta parte del país.
¿Tenia ganas de regresar? No
¿Extrañaba algo? Si, la comida.
¿Me sentía feliz? La felicidad es solo un sentimiento subjectivo, pero puedo decir que si.
¿Como es mi vida ahora? La vida suele llegar a ser monótona, te cansas de vivir lo mismo todos los días de la semana, de la casa a la escuela y viceversa. Pero en estos momentos puedo decir que me siento por primera vez segura, puedo pasar por lugares como Central Park y ser una chica normal. Me siento orgullosa de lo que e logrado y avanzado conmigo misma, agradezco tanto la ayuda que e tenido de parte de mi papá, Kendall y mi psicólogo.
En las pocas semanas que eh estado aquí la e pasado increíble, la vibra que emana la gente es cálida e inspira seguridad.
Tengo amigos nuevos, ellos son divertidos y tranquilos. No puedo decir que salimos de fiesta porque preferimos salir a comer e ir al cine. Mientras que Kendall...
Él, sin duda se ah convertido en lo más importante de mi día a día; logra sacarme demasiadas sonrisas que incluso al llegar la noche suelo tener dolor de mejillas, el tiempo pasa tan rápido con sus ocurrencias, solo una vez peleamos pero logramos estar enojados solamente diez minutos.
Con mi papá a mejorado mucho nuestra relación, en la primera semana estuvo muy atento; preguntaba cada rato como seguía mi pierna, si me faltaba algo o si necesitaba algo, incluso al llegar de la escuela nos preguntaba como nos había ido, o al llegar la noche dado que fuera el caso, preguntaba que habíamos comido y cuestionaba sucesos que pasábamos en el día. Sin embargo él tuvo que regresar dos semanas después a Hawaii por asuntos de trabajo, a pesar de la distancia seguíamos hablando por videollamadas. En las ultimas conversaciones había tocado el tema de James y su familia, por lo que él había escuchado, James había cambiado y no me refiero a cambio tan malo pero tampoco era tan bueno.
- Lastimada, traje comida china.-Kendall entró con una bolsa de comida a la sala. Por cierto, desde el accidente él no a dejado de llamarme de esa manera y a pesar de que no es un sobrenombre muy bueno, estoy tratando de acostumbrarme.
- No olvidaste la bebida ¿cierto?, porque de una vez te digo que no bajare a comprar. -separe la vista de la laptop que tenia en la mesa justo en frente de mi.
- No la olvide, aunque por poco lo hacia. -se sentó aun lado de mí, dejando las bolsas en la mesa.- ¿Sigues estudiando?
- Si, no puedo creer que tu no lo estés haciendo. A veces me asombra tu falta de interés, incluso sabes que el siguiente examen es importante y no te veo estudiando.
- Yo puedo decir lo mismo, me asombra que puedas estar cuatro horas seguidas sin comer y sin levantarte de ese sillón, incluso apostaría que al levantarte te dolerá la espalda y me pedirás darte un masaje. -se acercó y cerro la laptop. Suspire y solté un pequeño gruñido, no me gustaba que viera las cosas así de fáciles.- Por favor lastimada, apenas es viernes y el lunes no tenemos clases. Tienes que comenzar a relajarte y tomar las cosas con calma, la escuela no pagara una futura enfermedad que padezcas por el estrés al que te sometes tu sólita.
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No estoy dispuesto a perderte una vez más. -James Maslow.
FanfictionMe enamore de la única persona que estuvo ahí para mi, para protegerme, para cuidarme, para salvarme, pero después de que se burló de mi, me hizo creer que en verdad me quería, cuando sólo fui una mas, de los nombres de su lista de conquistas. Cuan...