Capítulo 15

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Recibí un mensaje de ella, una típica amenaza. El día paso tan rápido, la semana por igual. Era viernes y el clima era caluroso, en la mañana mi padre me había avisado que viajaría a Los Angeles por asuntos del trabajo. Todo el fin de semana estaría sola, había quedado con James en una cita mañana en la noche. Las  clases habían culminado antes, Kendall me había traído apenas salimos de la escuela.

- Sigo opinando que no es buena idea de ir a la cita con James mañana.-Mi amigo hablo estando en la sala.

- ¿Por qué no? -Estaba en la cocina preparando malteadas.
- Porque hacerlo mañana cuando puedes hacerlo hoy.

- No creo que sea buena idea.-Con los vasos en mano me senté.

- Es tu novio, ¿A que chica no le emociona ver a su novio?

- Me emociona pero quiero esperar hasta mañana.

- Yo digo que vayamos hoy, es mas te espero, si esta ocupado como te dijo nos regresamos.

- No lo sé Kendall, tengo que darle espacio.-bebí un poco de la malteada.

- Vamos Tn_ no pasará nada, además no eres una chica empalagosa.

- No creo que sea justo.

- Míralo de diferente forma, solo le darás una sorpresa.

- Si lo veo así, no suena mal.

- No es nada malo, de hecho es tener iniciativa.-colocó el vaso en la mesa.

- Me iré a cambiar ahora vuelvo.

- No te preocupes, también toma un baño, no quieres asustar a James con tu horrible olor.-encendió la televisión. Su respuesta me hizo soltar una carcajada.

- Ya quisieras Kendall, ya quisieras.

Después de haberme bañado, me vestí con un vestido acampanado color vino acompañado de unas converse blancas, seque un poco mi cabello con la toalla y lo peine en un moño recogido con un listón enredado, no faltaron mis lentes.

- ¡Lista!-anuncie al bajar las escaleras.

- ¡Qué hermosa! Estoy seguro que cuando James te reciba se sorprenderá y te va a querer besar como nunca.

- Gracias.-baje la mirada sonrojada.- Vamonos.

Salimos de la casa, lo cierto era que ya estaba atardeciendo, si James no tomaba mal mi arrebato y rogaba a Dios que no lo hiciera, podríamos salir a caminar por toda la playa hasta el anochecer. En un antojo desesperado de Kendall habíamos parado a comprar donas.

- Están muy ricas.-susurre terminando de masticar.

- ¡Te lo dije! Pero tu no me querías creer.

- No me imagine que estuvieran verdaderamente buenas.-Kendall se llevó la mano que no tenia en el volante a su corazón.

- Insinuas que no me crees del todo.

- No dije eso.

- Pero lo quisiste dar a entender.

- No.

- Si

- No.

- Por supuesto que sí Tn_.

- Claro que no.

- Claro que si, ya llegamos.

- Eso veo, parece que tiene visitas.-dije al asomarme por la ventana del auto.

- Puede que sean sus tíos.-le resto importancia Kendall.

- Dijo que no tendría visitas el fin de semana.-conteste mirando aún la casa y el auto estacionado.

No estoy dispuesto a perderte una vez más. -James Maslow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora