Capítulo 17

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Martes, otro día de la semana doloroso y odioso. Las materias que me tocaban eran de maestros estrictos. Así que en ninguna clase podías estar hablando a menos que te arriesgues a que te borren de la lista y le envíen un correo a tus padres. Hoy no sufrí de miradas amenazantes en clases. Solo faltaban minutos para salir a receso. Kendall estaba afuera de mi salón con el teléfono en manos. El sonido de la chicharra nos distrajo a todos, todos tomamos la mochila y salimos.

- ¿Qué comeremos hoy? - pregunte.

- No lo sé, ¿alguna propuesta?

- ¿Café?

- Será café.

Tomamos asientos en la cafetería hasta la ultima mesa. Quizás, hoy sería tranquilo, no íbamos almorzar aquí, solo tomaríamos café y esperaríamos hasta finalizar las clases para ir a comer en un restaurante cerca de la playa.

- Tn_. -no otra vez. Eso susurro mi conciencia, pero si, aquí estaba otra vez. James. El chico al que había amado y al que sigo amando a pesar de lo que hizo. Tonta. Volvió a susurrar mi conciencia.

Lo era, quizás sólo tenía rencor pero yo quería odiarlo, quería odiarlo por lo que me había hecho. Pero no podía.

Los chicos que estaban sólo nos miraban. Otra vez el centro de atención.

- No quiero hablar.

- De verdad lo siento, yo no quería terminar las cosas así.

- Vete.

- Lo siento mucho.

- Sólo vete.

- Lamento hacerte esto. -dicho esto se fue.

Después de eso no tuve ganas de hacer nada. Kendall trato de animarme pero no lo logro.
Pase toda la tarde después de clases escuchando música, mientras trataba de cocinar.

Llegó tan rápido la noche. Acostada en la cama medite las conversaciones que tuve con James, durante la relación. Y no había un inicio que significará que yo era un juego para el. Pero claro estaba que no te lo iba a ir diciendo como si nada y tampoco te iba a mostrar un comportamiento diferente. Quizás sólo no contestaba los mensajes rápido, también evitaba mirarte a los ojos seguido y otro punto que no logre darme cuenta fue su distanciamiento, se alejaba de mi, y su manera de contestar los mensajes eran de manera seca.

En estos momentos el reproductor de música señalaba el inicio de una nueva canción Passing Time de Heffron Drive. Lágrimas resbalaron por mis mejillas sin permiso alguno. Mis pensamientos ya no eran consumidos por James, ahora eran por alguien mas importante para mi, alguien que si merecía llorar su muerte, alguien que era todo para mi. Mi mamá. Su rostro, inundó mis pensamientos, su sonrisa, sus pequeños hoyuelos que se formaban aún lado de sus labios. Su largas pestañas así como también su risa tan delicada. La extrañaba, realmente lo hacía.

No tener el apoyo de una chica afectaba mucho, la amaba y la sigo amando. La vida me había robado lo más preciado para mi, el único cariño que necesitaba, una gran parte de mi había fallecido igual que ella. Habían días en los que me levantaba, cuando aún era reciente su muerte, y lloraba todo el día. No comía, no dormía, no hacía nada.

Después de esa etapa vino una mejor, comencé a comer, regrese a las clases, entre a cuatro cursos, uno de canto, otro de ingles, el siguiente de matematicas y el último de natación. Todo el día estaba ocupada, conforme salía de la escuela iba directo a natación, después de ello entraba a canto y al rededor de las 7:00 pm tenía que estar en mi curso de matemáticas hasta esperar que dieran las 9:00 pm para poder llegar a casa terminar mi tarea y recostarme. Los jueves y viernes solo iba a coro e ingles. Todo iba bien en el día pero la parte difícil llegaba en la noche, donde no podía tener ocupada mi mente para dejar de pensar en ella, donde no podía hacer nada para que su recuerdo me llenará y terminara llorando. E creído y vivido en carne propia que por mucho que intentes realizar actividades todo el día, no te puedes librar de la soledad que te acompaña  cada noche al estar acostada en tu cama mirando el techo. Mientras recuerdas el porque tienes una vida muy dinámica, es ahí en donde tu mundo se desploma y te das cuenta que por mas que hagas Muchas cosas a la vez no podrás librarte de eso que te atormenta hasta que lo superas.

No estoy dispuesto a perderte una vez más. -James Maslow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora