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RETURN TO THE BEGINNING CAPÍTULO CATORCE; PARTE TRES
Se encontró frente a una pared, aquellos azulejos le eran familiares. Giró su rostro encontrándose a Crowley a su derecha, igual de confuso que ella. Ambos se dieron la vuelta, al escuchar unas voces distorsionadas, y Savannah soltó un grito ahogado de asombro.
Estaban en la cocina del búnker. Pero, ¿cómo habían llegado hasta allí? Hasta un momento antes habían estado en el almacén, delante de Lucifer que se reía de ellos por lo inútiles que habían sido.
—¿Qué estamos haciendo aquí? — preguntó a Crowley que echó andar curioseando la habitación delante de ella—. ¿Dónde están Dean y Sam?
—No quedaba otra opción — resolvió el británico —. Estamos dentro de la cabeza de tu cupido.
—¿Castiel? — inquirió Savannah, aún en shock por el cambio de escenario, sin acabar de entender lo que ocurría a su alrededor.
—Sí, se supone que debería estar por — se silenció de repente, deteniéndose delante de una figura sentada frente a ellos, delante de una televisión antigua con antenas metálicas. El hombre intentaba cuadrarlas para obtener una mejor imagen —... aquí.
—Castiel — repitió ahora más como una llamada de reconocimiento que como una pregunta.
—Ah, Crowley, Savannah, ¿qué hacéis vosotros aquí? — preguntó con indiferencia el ángel.
Savannah se arrepintió de sus deseos de unos minutos atrás, cuando lo único que había querido era volver a escuchar la voz del ángel. Aquel tampoco era él, casi parecía alienado.
—¿Es la cocina de los Winchester? — preguntó el demonio, acercándose a la mesa de madera a la que estaba sentado el de la gabardina.
—¿Eres tú? ¿Realmente eres tú? — Savannah no se atrevía a acercarse, por miedo a que fuera una trampa, por miedo a él. Últimamente su imagen aparecía en todas sus pesadillas.
—¿A qué te refieres? — cuestionó Castiel, terminando de colocar la antena —. Claro que soy yo.
—¿Qué estas haciendo aquí? — la impotencia estaba comenzando a gobernar sobre el resto de sentimientos que habían aflorado a lo largo de esa última hora en ella. ¿Cómo podía estar "viendo la tele" mientras fuera de su cabeza se estaba prácticamente librando una guerra?
—A veces me retiro aquí en mi mente — contestó, observándola —. No sé por qué , pero hay una recepción estupenda.
—¿Qué te ocurre? — esta vez fue el demonio el que hizo la pregunta, detectando también lo raro que se estaba comportando el ángel.
Y entonces Savannah lo comprendió. No podía culparlo por haberla metido allí, Crowley había puesto todas las cartas sobre la mesa y para él la castaña era el último recurso que tenían para hacer que Castiel echase a Lucifer de su cuerpo. Y ahora le estaba saliendo el tiro por la culata. Castiel permanecía impasible ante ella, como si su presencia allí fuese algo de poca importancia.
