¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
●◇●◇●◇●◇●◇●◇●
HAUNTED CAPÍTULO UNO ; PARTE TRES
Savannah y Jenna estaban sentadas en el pequeño almacén al lado de la sala de curas, la castaña con la niña en brazos esta vez, observándola. Necesitaba cualquier distracción para olvidar lo ocurrido con su hermana y su sobrina. Trataba de fingir que no les prestaba atención mientras Jenna a su lado tenía la mirada puesta sobre ambos hermanos, sin ninguna intención de ocultarse.
—No podemos ayudar a Cas si nos quedamos en un hospital— se quejó el mayor de los Winchester preocupado por el ángel.
Al fin y al cabo se había puesto en peligro por él, al igual que su hermano, y por cómo se había despedido estaba seguro de que no estaba en una situación mejor a la suya.
Savannah levantó la mirada de la niña al escuchar de nuevo el nombre de aquel tío. ¿Qué clase de persona le ponía Cas a su hijo? Estaba segura de que ni si quiera era considerado un nombre como tal.
Sin embargo, aquello no era lo que más le había llamado la atención. Estaba preocupada, preocupada por una persona a la que ni si quiera había visto, sólo había escuchado su voz a través del altavoz de un teléfono. Y no podía evitar querer averiguar dónde estaba. Tal y como Dean pensaba, ella también estaba segura de que aquel hombre no estaba bien.
—Igual que yo no puedo coger una máquina del tiempo, volver atrás y decirle a Caín que se meta la Marca por el culo...— "¿Qué cojones?"— ¿Hemos cometido errores? Sí. Joder, sí. ¡Y podemos analizar todos y cada uno de ellos con un par de helados cuando seamos viejos y pedorros y salgamos de esta habitación— sentenció el rubio. Savannah había dejado de pretender que no los oía y ahora les observaba al igual que lo hacía Jenna, sin ningún descaro—. Ahora mismo, todo lo que puedo hacer es prepararme, largarme, y salvar a ese jodido bebé, que es exactamente lo que voy a hacer— terminó señalando a la niña que Savannah tenía entre sus brazos y dándose cuenta de que ambas les estaban viendo.
Se dio la vuelta y comenzó a andar en dirección opuesta a su hermano mientras este se quedaba allí parado, sopesando todo lo que el rubio le acababa de soltar.
—¿Cuándo nos olvidamos de cómo hacerlo?— Savannah torció el gesto al oír al menor de los Winchester, sin entender a qué se refería.
—¿Qué?— espetó con furia Dean al oírle.
Su hermano no estaba actuando como se suponía que debía hacerlo. Tenían que actuar, y cada vez que tomaba una decisión, Sam parecía plantarse delante de él, entorpeciéndoles.
—Dean, si no cambiamos... ahora mismo... seguiremos metiéndonos en la misma mierda.
—Oye, yo ni siquiera... ¿qué?— inquirió el mayor de los Winchester, confuso.
