Capítulo 23: Contando la verdad

4K 237 10
                                    

Los días pasaron y yo todavía no le había dicho a Dhasia sobre mi trabajo verdadero. Las ganas me rebosaban. No podía soportar que su cínico padre nos dirigiera la palabra de lo más campante como si nada estuviese pasando. Pero, por sobre todas las cosas, no podía soportar verlo dando entrevistas para los medios y recibiendo halagos como si fuese una persona digna de admirar. Ansiaba con fervor que llegara la hora de quitarle la máscara y para eso necesitaba la ayuda de mi novia. El problema era que cada vez que intentaba retomar la conversación sobre sus golpes, me sacaba el cuerpo hablando de cualquier cosa.

En esa ocasión, estábamos en una tienda buscando disfraces para la fiesta de Noche de Brujas que sus amigos iban a realizar. A esa misma hora, el senador confirmó la asistencia de su hija a una gala de disfraces organizada por uno de los principales socios de su campaña. Dhasia no quería asistir al evento y yo no podía estar más de acuerdo. Para que la inasistencia no fuese notada, decidimos buscar disfraces comunes y que cubrieran el rostro. Nos paseamos por los pasillos bajo ese criterio.

-¿Jason o Freddy? -preguntó sosteniendo máscaras de ambos.

-Freddy, ¡por supuesto!

-¿Qué me estás diciendo? -replicó casi que indignada-. Jason es más violento, fuerte y sanguinario.

-Le falta inteligencia. Además, Freddy no es un asesino común y corriente; es un depredador -expliqué emocionada-. Juega con sus víctimas de manera psicológica hasta hacer que quieran morir.

Hizo una mueca.

-Pero para hacerlo necesita que sus víctimas crean en él. Eso sin mencionar su extraña obsesión con niños... Se parece más bien a una versión retorcida de Papa Noel.

Solté una carcajada al imaginar eso.

-Como sea... Sabes que no puedes poner ni un solo pie fuera de casa con alguno de estos disfraces.

-Lo sé -dejó las máscaras en su puesto y nos dirigimos al pasillo de profesiones-. ¿De qué quieres disfrazarte tú?

-Aún no lo sé.

Revolvió un par de prendas.

-Me gustaría verte con algo así -sacó un disfraz de policía.

-¿Me dejarías esposarte?

-Las veces que quieras, pero con la condición de que también me dejes hacerlo contigo.

Alcé una ceja.

-¿Hacer qué exactamente?

-Bueno... -esbozó una sonrisa cómplice.

Antes de que empezara la frase, un empleado se acercó para darnos asesoría. Dhasia le pidió que nos mostrara los disfraces más alquilados del local. Tras ratificar la información, el muchacho empezó a buscar entre los estantes. Nos contó que el disfraz de marinera era uno de los más pedidos y que de hecho sólo quedaba una copia en talla pequeña. De inmediato decidimos que ese sería el disfraz de Dhasia. Entonces, como si se tratara de una broma cósmica, el muchacho nos mostró un disfraz de espía en mi talla exacta.

-Muéstrame otro.

Mi novia me detuvo agarrándome del brazo.

-Se ve bonito. ¿No te gusta?

-No creo que me quede bien -me excusé.

-Apuesto que lo lucirías mejor que el maniquí.

-No lo sé...

Dhasia insistió hasta que hacerme ceder.

***

Al caer la noche, me puse el disfraz y me dirigí a la mansión para recogerla. Dhasia todavía no estaba lista, así que Efrén me pidió que esperara en la sala. Agarré el periódico, lo extendí hasta cubrir mi cara con él y fingí que estaba concentrada leyéndolo. En mi mente, rogaba por no encontrarme con alguno de sus padres. Para mi infortuna, me topé con el mismísimo Charles.

SERENDIPIA PARTE II: DHASIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora