Scorpius soltó el aire que estaba conteniendo y le sonrió a Albus.
Era un día hermoso y ambos habían decido ir a visitar Hogsmeade, el único pueblo mágico que queda en Gran Bretaña. Albus le había dicho a Scorpius, cuando este le pregunto si iría, que no le gustaba aquel pueblo aunque jamas especifico por que. Hale y Hanna estaban castigadas--al parecer, descubrieron que tirar bombas fétidas en la oficina de Filch no era la mejor opción para divertirse--y Scorpius le había insistido al azabache para ir al pueblo y no quedarse toda la tarde encerrados en el castillo.
Albus, a regañadientes, había aceptado.
--Podemos volver a dentro--anuncio temblando un poco debido al frío y observando a su alrededor. Scorpius puso los ojos--. Filch dejo la puerta abierta...
--No iremos de vuelta al castillo--no solo lo decía por no querer recorrer, nuevamente, el camino que los llevo a la entrada del pueblo, mas bien, lo decía por que quería pasar un rato a solas con Albus. Como amigos, claro--. Podemos ir a Honeydukes o a la Tres Escobas...
Albus se encogió de hombros y Scorpius, mirándole mal, soltó un suspiro.
Después de unos minutos en silencio, decidió que quizá no debería haber insistido tanto.
--No conozco ninguno de esos lugares--admitió Albus al ver el gesto cabizbajo del chico. Scorpius levanto la vista, confuso--. Quiero decir..., jamas eh venido. Jamas. Y no tengo idea de que Honeiduk o como sea que se llame.
Scorpius se echo a reír al escucharle y lo tomo del brazo con emoción.
--No tengo idea de por que no te gusta Hogsmeade, pero te mostrare lo que te has estado perdiendo todos estos años.
Y entonces, sin soltar su brazo, hecho a correr como un niño pequeño.
Por alguna razón, le emocionaba ser quien le mostrase todas aquellas cosas a Albus. Y quería hacerle pasar el mejor día.
Albus observo desde afuera al local, de simple vista, parecía sensacional. Muchísimas personas iban de aquí a allí y la mayoría de ellas gritaba emocionadas cuando encontraban el dulce que estaban buscando. En la vitrina, se exhibían un montón de dulces totalmente desconocidos para Albus--su madre no le dejaba comer demasiado de aquello--y Scorpius, al ver su rostro de sorpresa, abrio mucho los ojos.
--Dime que comes dulces--casi suplico su amigo, mirándole como si fuera un extraño.
--No, en realidad--contesto Albus ignorando el gesto de Scorpius--. Mi madre no me deja...
Antes de que Albus pudiera finalizar del todo la oración, el rubio lo tomo nuevamente del brazo y lo arrastro dentro de la tienda.
Por dentro era aun mas fascinante y Albus se tuvo que abrir paso por entre las personas que se amontonaban a montones. Scorpius parecía emocionadisimo a pesar de que, probablemente, haya estado allí mas de cien veces.
Scorpius le hizo una especie de tour, primero le llevo a ver todos los tipos de chocolate--incluyendo lo que ellos mismos, los vendedores de la tienda, creaban--y le hizo probar algunos de los que, según el, eran los mejores; también le enseño lo que eran las babosas de sangre: las ranas de chocolate--las cuales le habían encantado--, varitas de regaliz, moscas de café con leche...
--¡Tienes que probar esto!--Scorpius corrió hacia un estante y Albus se hecho a reír. A pesar de no querer venir a Hogsmeade, le divertía mucho ver a el rubio así de emocionado por mostrarle todo--. ¡Es increíble! Probablemente has oído hablar de ellas. Se llaman Grageas de todos los sabores.
Albus hizo una mueca de horror; había oído de ellas por parte de James y ya sabia lo que le esperaba.
--¡Oh vamos!
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EL RETORNO DEL MAL--Scorbus
FanfictionEl cielo se oscureció, como aquella vez. Las desapariciones comenzaron, como aquella vez. Muertes misteriosas sin resolver, como aquella vez. El pánico inundo el mundo mágico, como aquella vez. La cicatriz volvió a doler, como aquella vez.