Capitulo 21

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El capítulo, como habrán visto en el "gif" de arriba, está inspirado en Proteccion para princesas. El otro dia estaba viendo esta pelicula y pues...

(...)

En el sueño, Scorpius se encontraba sobre una superficie negra y lisa. Sus ojos lo miraban fijamente, aun así, parecían no verlo en absoluto, traía puesto el pijama que Albus recordaba haberle prestado antes de que ambos fueran a dormir y su cabello peinado a la perfección. Su piel era mas palida y a sus tormentosos ojos grises lo rodeaban unas enormes bolsas oscuras.

A Albus le temblaron levemente las manos mientras caminaba hacia él, con el corazón latiendole en la garganta.

--¿Scorp?--preguntó con voz suave y tranquila, completamente lo contrario a su revuelto estómago--, ¿Estas bien? ¿Dónde estamos?

Los ojos de Scorpius comenzaron, lentamente, a ir hacia atrás de una forma tan terrorífica que Albus sabía que jamás se sacará aquello de la cabeza. El pijama se sacudió un poco cuando Scorpius alzó lentamente la mano hacia sus ojos. Pasaron unos minutos, Albus temblando, hasta que el rubio, finalmente, rompiera el tortuoso silencio.

--Mis ojos--dijo, su voz tan triste que Albus se preguntó si de verdad se trataba de el rubio que el conocía, aquel que hace momentos estaba acostado y dormido junto a él, con la respiración tranquila y una expresión calmada pintada en su rostro--. Ya es demasiado tarde--su voz fue un susurro que se perdió en la oscuridad, al igual que su cuerpo.

--¿¡Scorpius!?--llamo, sus ojos moviéndose de un lado al otro, una abrumadora desesperación inundando su pecho; no poder ver absolutamente nada era algo que lo frustraba y asustaba al mismo tiempo--. ¡Scorpius!--su voz se rompió, un sollozo salió de su pecho.

Cuando despertó, la oscuridad parecía haberse apoderado de su pecho y no pudo hacer más que llevar las rodillas al pecho y contemplar el pacífico rostro del chico a su lado.

(...)

El sueño le había dejado una sensación amarga en la boca, pero Albus fingió no notarlo, mientras cerraba la puerta principal detrás de él y se volvia hacia Scorpius, que bajaba la escalera del pórtico. Se apresuró a alcanzarlo y en menos de diez minutos ambos se encontraban caminando por las calles del barrio muggles en el cual Albus vivía. 

--Es un lindo lugar--comentó Scorpius--. Mucho más tranquilo que el callejón diagon.

--Pero mucho menos fascinante--replicó Albus con una sonrisa mientras ambos caminaban calle abajo, observando a una anciana malhumorada gritar a un gato que había intentado arañarla.

--No lo diría de esa forma--contestó Scorpius--. Me parece fascinante cómo las personas se la arreglan sin la magia.

Pasaron varios minutos caminando en silencio hasta que llegaron al centro, donde Scorpius comenzó a observar todo con verdadera emoción. Albus, a quien todo aquello se le hacía muy común, se rió un poco al ver su rostro.

--¿A dónde quieres ir primero?--preguntó, el sueño eliminado por completo de su mente y una nueva sensación instalada en su pecho y estomago, una sensacion que no podía describir.

--¡No tengo idea!--contestó Scorpius, Albus se decidió por él rápidamente.

--Es hora de la cena--dijo--, ¿Quieres ir por algo de comer?

Caminaron por entre la gente charlando y riendo, también, de vez en cuando, Albus contestaba las preguntas de su amigo. Era algo extraño y agradable, considerando el hecho de que hace menos de unas horas se había encontrado soñando algo desagradable sobre la persona junto a él con la cual estaba pasando un momento agradable.

Se detuvieron en un restaurante de comida rápida, Scorpius había elegido el lugar por los divertidos dibujos de la vidriera y se sentaron en una de las mesas más apartadas, para poder hablar de magia con más comodidad sin arriesgarse a que ningún muggle los escuchara.  

--Entonces--comenzó Scorpius mientras Albus le hacía señas a un empleado para que se acercara a tomar sus pedidos--, ¿Hay muchos lugares así en el mundo muggle?

--Sí--contestó el otro, observando al mesero caminar entre las mesas--. Es como el caldero chorreante, solo que aqui no te ofrecen habitación; la gente solo viene a comer.

El mesero les sonrió, con una pequeña libreta en sus manos y el bolígrafo en alto, preparado para tomar nota.

--Danos dos hamburguesas--pidió Albus, Scorpius, que no tenía ni la menor idea de que era eso, se encogió de hombros ante la mirada cuestionaria de su amigo.

--¿Qué quieren de beber?

--Jugo de calabaza--contestó Scorpius.

--¿Juego de...?

--Gaseosa--se apresuró a corregir Albus--, se refiere a gaseosa.

Cuando el hombre, dándole una mirada confusa a Scorpius, abandonó la mesa Albus comenzó a reírse.

--¿Qué es lo gracioso?--preguntó Scorpius cruzándose de brazos--, ¿Y que es "Gaseoza"?

--Es "Gaseosa"--corrigió Albus, aun sin parar de reir--. Y es una bebida muggle: aqui no se bebe jugo de calabaza.

--¡Oh!--contestó Scorpius, el mesero dejó la bebida en la mesa, alegando que pronto traería la comida y se retiró rápidamente--. Los muggle son extraños, ¿Has visto la tienda que pasamos hace unas calles? ¡No hacen la ropa a medida, ni mucho menos en el momento!

--No--contestó Albus, riendo aun mas por la alteración de su amigo--. La ropa viene echa a varios talles, tu debes encontrar la medida perfecta para ti.

--Que raro.

Las hamburguesas le resultaron aún más extrañas.

--¿Qué es esto?--el mesero, que se encontraba a mitad del camino a la cocina, se volteo con mirándolos con el ceño fruncido. Albus le sonrió algo incómodo y este se dio vuelta y continuó con su camino, murmurando algo entre dientes--. Parece..., parece...

--No lo digas--interrumpió mirando a su alrededor, algunas personas los estaban mirando--. Solo pruebalo, te encantara.

Lo mal pensé, we.

Scorpius lo miró, no muy convencido--No parece rico--contestó mirando la asquerosa hoja verde que acompañaba la carne circular. Además, pensó, tenía un líquido de color naranja algo extraño y de aspecto peligroso.

--Es queso cheddar--dijo Albus, observando su mueca de asco--. Pruébalo, creeme.

Scorpius lo miró unos segundos, antes de tomar la hamburguesa con las dos manos y llevársela a la boca. Bajo la atenta mirada de Albus, le dio un mordisco; no era para nada lo que había imaginado.

Soltó un gemido casi inconsciente.

--¡Esto es lo mejor que he probado!--grito, un poco de queso cayendo por la comisura de sus labios. Albus, completamente ajeno a las miradas de las otras personas en el lugar, se inclinó hacia delante y limpio el queso con su pulgar. Scorpius se puso completamente colorado y sonrió--. ¿Porque no tenemos de esto en el mundo mágico?

Se que es algo corto, sorry.

Comenzaré, poco a poco, a hacer que Albus y Scorpius comiencen a estar más unidos.

¡Atención!

Un beso se acerca...


EL RETORNO DEL MAL--ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora