Epilogo

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Scorpius esta vivo

Scorpius esta vivo

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Me siento malvada.

Ahora si, comencemos con el epilogo ji,ji,ji.

Siete años después. 

--Es un día muy difícil para ti, hermano--dijo la voz de James desde aquel estúpido aparato muggle al que Max llama teléfono--, pero estamos para ti. Jamas quieres que te acompañemos y respetamos eso, pero, recuerda, que si necesitas algo puedes venir a buscarnos...

--Quizás si deberías llamarlos--dijo Max, sonriendole desde el otro lado de la mesa una vez que el mensaje de voz de James acabo--. Se preocupan mucho por ti.

--No, contigo es mas que suficiente--suspiro Albus, levantándose de su silla. Rodeo la mesa y se sentó sobre sus piernas, siendo recibido con una gran sonrisa  y un apretón en la cintura. 

--¿Quien cuidara a nuestro Scorpius?--pregunto Max, comenzando a acariciar el cabello de su esposo. 

--Mi padre vendrá en una hora a por el--contesto Albus, acomodándose para que Max tenga mejor acceso a su cabello--. Se lo llevara a la madriguera.

Se mantuvieron así, en silencio, por un rato; podían escuchar, proviniendo del piso de arriba, los pasos de su hijo, Scorpius, que caminaba de un lado al otro, preparando el bolso que llevaría para irse con su abuelo. Cuando finalizo su tarea, bajo las escaleras a trote, corrió hacia sus padres, y, con una sonrisa, dejo caer el bolso al suelo. Albus le sonrió a su hijo y se incorporo un poco. Scorpius había crecido un montón en el ultimo año; aun tenia el incontrolable cabello castaño heredado de los Potter y los preciosos ojos azules heredados de su otro padre, Max, pero había creído varios centímetros y había dejado de ser un bebe, aunque siempre lo seria para Albus. 

--¿Todo listo, Scorpy?--pregunto Max, acariciando la mejilla de su hijo, este, casi al instante, hizo una adorable mueca de enfado.

--No soy un bebe--reclamo el niño, cruzándose de brazos--. ¿Has visto todo lo que crecí en el verano? Pronto los pasare. 

--Seguro--dijo Albus, sonriendo aun mas. El niño, que, apropósito, tiene diez años, apenas les llegaba a la cintura--. Estas muy grande.

En ese mismo instante, sonó el timbre de la casa. Harry Potter entro con una sonrisa, la cual se agrando casi al instante al ver a su nieto.

--¡Scorpius!

--Hola, abuelo--saludo Scorpius con educación, resistiéndose a abrazarlo. Parecía que la noticia de que sus padres no lo consideraban mayor lo había molestado. 

Harry frunció el ceño, pero saco del interior de su túnica una caja de chocolates Honeydukes y su rostro se ilumino cuando Scorpius se lanzo a abrazarlo. 

--No puedes darle tanta azúcar--regaño Albus, que, de ante mano, sabia lo imperativo que Scorpius era al volver de la casa de sus abuelos, debido a la cantidad de azúcar que estos le dan. 

--Papaaaa...--gimió Scorpius, haciéndole un puchero, mostrandole la caja de chocolates.

Albus rodó los ojos, pero sonrió. Max rió a su lado y Scorpius sonrió triunfante. Ya todos sabían que Albus jamas podría negarle algo a su hijo. 

--¿Todo bien?--pregunto Harry, mirando a Albus--. Se que es un día difícil...

Albus suspiro, cansado de escuchar siempre la misma frase; era obvio que aquel era un día difícil para el, pero eso no significaba que debían de recordarselo. Lo que Albus necesitaba era distraerse de la razón por la que se sentía tan deprimido, aunque, como todos los años, nada lo distraía.

--Hablando de eso--dijo Max, mirando el reloj de su muñeca--. Es hora de irnos.

Albus beso a su hijo en la frente, luego, se separo lentamente y sonrió.

--Nos veremos por la tarde, Scorp.

(...)

Albus miro la tumba a sus pies, con la inscripción "Scorpius Malfoy" grabada en ella e hizo un descomunal esfuerzo por tragar el nudo de su garganta. A su lado, Max tomaba su mano en silencio, observando también la tumba. 

Albus se detuvo a pensar en Max, su esposo, unos minutos; ¿Que habría echo si no lo hubiera conocido? Probablemente, se dijo con amargura, se hundiría aun mas en aquella depresión que lo embargo al morir su novio. 

Albus comenzó su ultimo año en Hogwarts, intentando aparentar que se encontraba bien, a pesar de todo, y hundiéndose cada vez mas en los deberes y los estudios para no tener que pensar en Scorpius, pero, cuando las vacaciones llegaron, la coraza en la que el había estado trabajando se quebró. En las vacaciones no tenia nada que hacer, ningún deber que terminar o algo que estudiar, por lo tanto, Albus se quedaba solo la mayor parte del tiempo, torturándose con sus pensamientos. Sabia que debía concentrarse en buscar que estudiar y comenzar a trabajar, pero, simplemente, no pudo hacerlo; había algo en su interior, algo que lo obligaba a tumbarse en la cama, día tras día, y que le prohibía comer, aunque Albus no sabia de que  se trataba. Cuando finalmente salio de su habitación, después de un mes de encierro, por insistencia de James, fue a uno de los parques cercanos a su casa, donde conoció a Max, un adorable chico muggle que lo sostuvo hasta en los momentos mas difíciles y que jamas se fue de su lado: Albus confió lo suficiente como para contarle la existencia de los magos y, en vez de correr despavorido como cualquier otro haría, se quedo junto a el. También, entendió cuando hablo sobre Scorpius, como ningún otro familiar lo hizo; lo consoló y, durante seis años, acompaño a Albus, sin falta, a visitarlo. Incluso, cuando tuvieron a su primer hijo, insistió ponerle el nombre de Scorpius Hyperon y Albus no podía estar mas agradecido por ello.

 Max, poco a poco, fue recuperando al antiguo Albus, sacándolo de aquella sofocante oscuridad.

Albus agradecía tener a Max junto a el, aunque, aveces, se sentía sumamente culpable. ¿Como se sentiría Scorpius si se enterara de que tenia otro novio? ¿Se enfadaría, se sentiría decepcionado? Albus lo comprendió, meses después de comenzar a salir con Max, cuando, desesperado por la culpa, le hablo a Lily sobre esto. Ella respondió;

--Scorpius te ama, tu lo amas--dijo Lily--. Pero, Albus, no puedes prohibirte ser feliz. Y estoy seguro de que, donde sea que este, el jamas se sentiría decepcionado de ti, por que has logrado salir adelante cuando pocas personas podrían hacerlo y que, después de tanto tiempo, sigues amándolo con intensidad como pocas personas podrían. 

Ese día, mientras observaba a Max dormir junto a el, Albus se quedo pensando que Lily tenia razón; algunas personas jamas nos dejan, nunca se van por completo, aunque ya no estén. Su esencia queda, su voz se escucha, los sentimos sonreír. Algunas personas jamas nos dejan. Son eternas.





EL RETORNO DEL MAL--ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora