Capítulo 41

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La clase no resultó ser tan terrible; la profesora les hablo toda la hora sobre las artes oscuras y cómo combatirlas (la mueca de disgusto jamás abandonó su rostro), y luego, al final de la clase, les envió a escribir dos pergaminos sobre las maldiciones imperdonables. Albus, que esperaba algo distinto, salió del aula, junto a Scorpius, en silencio. Ambos esperaban para hablar hasta estar, como mínimo, dos pisos de distancia de la nueva profesora.

--Bueno--dijo Albus, cuando ambos comprobaron que nadie los oía--, no fue tan terrible.

--¿Escuchaste como habla sobre las artes oscuras? Es como si las admirara, como si estar enseñándonos la defensa contra estas es una pérdida de tiempo.

--Si...--Albus se callo cuando un chico de Hufflepuff paso junto a ellos--. De todas formas, esperaba algo peor, sabiendo que está del lado de Voldemort y todo eso, esperaba que nos haga practicar Cruciatus con niños de primero o algo parecido.

--¿Quien haria algo asi?--pregunto Scorpius, incapaz de imaginarse dañando a un niño.

--Los Carrow lo hicieron--contestó Albus--. Cuando Voldemort tomó el control de Hogwarts.

Dejaron el tema al entrar al Gran Comedor, donde, inmediatamente, vieron que James, Lily y Rose les hacían señas. Se acercaron hacia la mesa de Gryffindor y ocuparon asientos entre James y Rose, los cuales no tardaron en preguntar sobre la clase de Defensa.

--Qué horror--dijo Lily frunciendo el ceño--. Me dan ganas de enviar un vociferador al ministerio y decirles lo idiotas que son.

Albus, recordando que Lily y su abuela Molly pueden ser igual de aterradoras cuando se enojan, se estremeció, pensando en que, si Voldemort recibía un vociferador de Lily, huiría.

--Harry nos dijo que no debemos llamar la atención--contestó Rose.

--¿A quién le importa? Tuve clase con esa ayer por la mañana, casi no podía resistir la tentación de tirarle algo a la cara.

--Mucho menos debemos ocasionar problemas, James--le dijo Rose.

--¿Recuerdas lo que nos contó papa?

--¿Qué, exactamente?--preguntó Albus, mirando a su hermano, con expresión dudosa.

--Lo de los gemelos Weasley--contestó--. Sobre cómo se fueron de Hogwarts, montados en escobas, sobre los fuegos artificiales...

--¿Cual es el punto?--preguntó Rose irritada, al parecer, la perspectiva de romper las reglas no le gustaba nada.

--¿No les gustaría hacer algo así? ¿No les gustaría demostrarles al ministerio y a Voldemort que la historia de Harry no se volverá a repetir?

--No se volverá a repetir--repitió Albus.

--Si--contesto--. No volveremos a tener miedo de Voldemort, de sus seguidores o de mencionar su maldito nombre. Osea, no somos como la generación anterior, que no sabia que demonios pasaba, sabes que podemos hacerlo.

--Apenas sabemos hechizos defensivos, James--replicó Albus, no se atrevía a admitir que las palabras de su hermano lo habían llamado un poco--. Y con esta nueva profesora...

James asintió--Tienes razón, lo siento. Fui un tonto.

Albus lo miró. Su idea no había sido tonta en absoluto, pero sí muy arriesgada; tenía miedo, mucho miedo de lo que le podría pasar a su familia por su culpa.

(...)

El partido de Gryffindor contra Slytherin estaba cada vez mas cerca y la tensión en los pasillos, entre los miembros de ambas casas, era insoportable. Albus, que ya era conocido como el "Novio del buscador", recibía insultos y empujones por parte de los Gryffindor, aunque estos se detuvieron una vez que James hechizo a uno que, mientras Albus salia de Encantamientos, le había gritado unas palabras no muy agradables. Scorpius también lo había defendido en varias ocasiones, pero la mayoría de las veces no se encontraba junto a él; el equipo de Slytherin comenzó a entrenar todas las tarde y Albus apenas pudo verlo aquella semana. Desde que Harry Potter había llegado a Hogwarts, no había ganado la copa, y los Slytherin estaban dispuestos a todo para conseguirla. 

EL RETORNO DEL MAL--ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora