El lugar en dónde se llevaría a cabo el evento era muy simple y casual, no muy rebuscado, era el patio de una bonita casa.
Una millonaría y famosa chica, que era cantante, residía allí, al menos lo hacía cuando se encontraba en New York porque cuando no estaba ahí, estaba de gira, o en su residencia permanente de Miami.
La chica portaba una sonrisa digamos, normal y un tanto engreída, según contaban los chicos de la prensa. Era bastante célebre, y se podría decir que adoraba serlo, pero en algunas ocasiones, ella simplemente lo odiaba.
Y lo detestaba porque a veces desearía se una persona un tanto... ¿Normal?De vez en cuando le gustaría poder salir a la calle sin tener que ocultarse, poder tener una relación pública sin ser acosada por fotógrafos todo el día.
A veces quisiera volver a su antigua vida, en donde ella podía hacer lo que quisiera sin tener que esperar una crítica por cada acto que hiciera, pero a pesar de éso, ella seguiría amando su vocación.Lo único que verdaderamente le molestaba de todo ésto en su nueva vida, eran los paparazzis. Más específicamente, odiaba esa forma suya de meterse siempre en lo que no les importa... ¿Es que acaso ésas personas no tenían vida propia?
Sí, ok, era su trabajo, pero, ¿Acaso su trabajo era meterse en toda su vida privada?, bien, realmente lo era, y ella los detestaba de vez en cuando, al igual que a la presa; un error y se la comían, literalmente viva.Ella era Karla Camila Cabello Estrabao, mejor conocida sólo como Camila Cabello, una chica de nacionalidad cubanomexicana que emigró a Miami, Florida con su familia desde muy pequeña, y que ahora era una de las cantantes más famosas y aclamadas del medio.
Por otra parte tenemos a la periodista.
Una chica cubanoamericana, que desde pequeña creció en Miami, Florida.
Casi lloró, de manera literal, cuándo tuvo que aceptar el trabajo en una revista, porque evidentemente, no era lo que esperaba, pero bueno, éso fue hace algunos meses.En éste preciso momento ella estaba en la casa de una millonaria cantante.
Tenía que entrevistarla, claro, si le dejaban la oportunidad, porque habían básicamente 20 desesperados periodistas a los que parecía que les salía espuma por la boca, que tenían el mismo propósito que ella.
Para la chica periodista, que ésa niña le concediera la entrevista, le importaba una mismísima mierda. Si no lo hacía, le darían otro trabajo y fin, todos contentos.
O al menos ella lo estaría.
Era más que claro que odiaba profundamente su trabajo, odiaba entrevistar famosos, su profesión la hacia sentir como cualquiera de esos parásitos acosadores de la prensa, y ella no era así.
A ella le gustaba escribir sobre cosas importantes, no sobre si habían arrestado a Justin Bieber, o si Ariana Grande había lamido donuts en una tienda.
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Camila salió de su casa y se colocó detrás de una mesa que fue colocada para su comodidad, Lauren la miró por un momento desde la parte trasera del jardín, levantó su cámara y comenzó con su trabajo, el primer flash cayó sobre el rostro de la cantante iluminándola de una manera casi majestuosa, fue entonces que Camila giró su vista hasta encontrase con aquella chica que vio antes en el aeropuerto.
Ella estaba ahí, seguía portando sus gafas obscuras y su chaqueta, seguía viéndose tan perfecta como la primera vez.
Lauren miró fijamente a Camila, e inmediatamente reconoció que la chica no estaba taaan mal, era atractiva, muy atractiva incluso para ser una chica de no más de 18 años, calculó.
Tenía una piel tersa y libre de imperfecciones, profundos y atrapantes ojos cafés, cabello castaño, largo y lacio.
Llevaba puesto un vestido azul, bastante casual, tacones blancos y un coqueto moño blanco adornaba su cabello.
Tenía una apariencia tierna, con un temperamento bastante sensual.La conferencia comenzó con las típicas preguntas acerca de su recién iniciada carrera musical.
Todos y cada uno de los entrevistadores presentes hicieron al menos una pregunta, todos, excepto Lauren, quien sólo se dedicó a seguir observando cada movimiento de Camila, cada sutil movimiento de dedo, cada pestañeo, cada respiración.
La sonrisa de la pequeña Camila, podría curar hasta a el más enfermo.
Las acosadoras preguntas, sobre la vida personal/amorosa de la cantante, comenzaron a llover, colocando a la joven en una posición bastante incómoda al mencionar a el joven con el que la habían relacionado recientemente, Austin Mahone.
Lauren seguía tomando nota de lo más importante, tomando las fotografías necesarias para la nota, y dejándose envolver por el hermoso tono de voz de la cantante.
Según lo que la periodista estuvo escuchando, la cantante tiene un año entero en el medio, ¿Cómo es que no la conoció antes?
A decir verdad nunca había escuchado hablar de la tal Camila Cabello que tenía enfrente, ni siquiera un comentario por parte de Lucy, o Normani, quien era una gran fanática de la música pop.
La tediosa conferencia de prensa estaba por llegar a su fin, los entrevistadores estaban prácticamente exprimiendo a la pobre cantante los últimos minutos que tenían con ella.
Los flashes llovían por todo el jardín, y entonces, Simon, el manager de Camila anuncio que era suficiente, la conferencia había llegado a su fin.Ahora como última cosa, la cantante debía elegir a la afortunada revista que tendría la exclusiva con ella.
La chica miró a los entrevistadores, pero la verdad es que ella no tenía a otra persona en mente más que al la mismísima Lauren.
La joven periodista casi muere cuando levantó la vista, encontrándose con la de Camila, quien tenía una extraña sonrisa en los labios, mientras la miraba con la misma fascinación con la que un niño ve un juguete nuevo, aquella chica no dejaba prácticamente de devorarla con la mirada, a la par que sus labios se movían para hablar.
-Teen Music Universal.- Dijo con aquel dulce y envolvente tono de voz que dejó a Lauren helada.