Y efectivamente, al día siguiente, en todas y cada una de las revistas estaba la cara de Camila, en los programas de chismes, en todos lados la notices resonaba.
"La famosa cantante Camila Cabello, sale de el armario de una manera iconica"
Fue lo que la cantante leyó en algún artículo de por ahí.
Aquel día, Camila se reunió con todo el equipo, su manager y los representantes de la disquera, preparados para lo que viniera, estaban dispuestos a aceptar lo que sea que fuera que se decidiera.
Aunque en realidad no habían llegado a nada, hasta un mes después, en el que no se había dejado de hablar de la cantante, de su exitoso primer álbum y el próximo a salir, aumentando radicalmente las compras puras de sus singles, de el álbum y por supuesto los seguidores en redes sociales, si antes se creía que Camila estaba en la cima, era porque no se habrían imaginado el impacto que tendría su tan inesperada salida de el closet.Ése fue el mismo mes en el que la periodista no había recibido ninguna carta, lo cual de cierta forma, le preocupo.
¿Por qué?, ¿Por qué se sentía tan... abandonada?
Trataba cada día de convencerse de que si vida seguía normal, con o sin las cartas, con mucho trabajo, cada día tenía que escribir algo nuevo sobre la cantante.
A pesar de la presión, el nerviosismo y todos los extraños sentimientos que la invadían, había logrado dejar de fumar, sorprendente, ¿No es así?... aunque sólo fue por un tiempo, sí lo hacía, lo hacía en algún lugar apartado, en dónde probablemente estaría sola, en la oficina o de regreso a casa, tal vez fuera por su admiradora, o quizás no, en realidad, no lo sabía.
Aquella tarde se encontraba en su oficina, acomodando algunos papeles y fotografías para enviarlas a edición, y pudieran ser impresas, cuando de pronto una conocida voz la sacó de sus pensamientos.
-Pss, Lauren.- Le llamó desde la puerta.
-¿Sky?.- Era nada más y nada menos que su amiga italiana.- ¿Qué haces aquí?.- Preguntó sorprendida.- Ya sabes, en mi trabajo... y sobre todo en ésta maldita ciudad.
-Cosas personales.- Respondió con simpleza.
-Tus cosas personales se pueden ir directo a la mierda, ¿Puedes decirme de una vez?.- Preguntó irritada.
-¿En dónde está Vero?
-Vaya manera elegante de cambiar el tema Sky...
-Bien, bien, te lo diré, pero más tarde quizás, y en serio, ¿En dónde está Verónica?, tenía entendido que ahora también trabajaba aquí.
-Oh mi querida Sky, verás...- Una sonrisa se formó en los labios de la periodista a el recordarlo.- Pues en uno de ésos días en que Lucy vino de visita con el señor Vives, Vero la vio, y ya sabes como es ella, toda... rarita y bisexual, o lo que sea, quería demostrarme y demostrarles a todos, que podía voltear a nuestra querida Lucía, con éso de que estaba saliendo con ése chico, ¿Luis?, bueno cosa que lo logró.- Rió descaradamente sin poder evitarlo.- Estaba a punto de tirarse un polvo con Lucy, pero... en la oficina menos adecuada, y entró alguien...
-¿Qué?, ¿Las encontraron?.- La periodista asintió riendo.- ¡¿Quien?!.- Preguntó uniéndose a su risa.
-¡El jefe!
-¡Noooo!.- La italiana reía a todo pulmón acompañada de la periodista.
-¡Debiste ver la cara de el padre de Lucy!
-¿De verdad?.- Preguntó aún riendo.
-¿Crees que mentiría?.- Respondió entre carcajadas.- Y bueno, el resto es historia... Vero salió corriendo con Lucy y Carlos detrás.
-Pobre chica.- Rió animadamente.- Ah, hablando de chicas, una me dió ésto en la calle.- Dijo sacando un conocido paquete en caja negra de su mochila haciendo que la periodista inmediatamente cesara su risa.- Dijo que se lo diera a Lauren Jauregui, y... me preguntó si tu y yo éramos... pareja, ¿Puedes creerlo?.- Sky no dejaba de reír.
Mientras tanto, Lauren no reía, se había quedado en shock, Sky al notar ésto dejó de reír y tomó a Lauren de el brazo.
-¿Está todo bien?.- Preguntó mirando a la chica de ojos verdes.
-¿Cómo era ella?.- Le cuestionó ignorando su pregunta.
-¿Qué...?
-¡Qué me digas como era ella, joder!.- Gritó exasperada haciendo que la italiana retrocediera algunos pasos.
-Discúlpame Sky...- Se acercó a ella.- Es que de verdad necesito saber como es físicamente.
-Oh, ¿Tú paparazzi personal?.- Preguntó recordando lo que la periodista le había contado, a lo que ella sólo asintió efusivamente.- Lo lamento Laur, sería imposible describirtela, andaba con una gabardina gigante de piel color café, gafas obscuras y un sombrero, solo dejaba ver algunos mechones de cabello que...
-¿Que qué?.- Le preguntó.
-¡Era obscuro!
-¡Mierda!.- Exclamó.- Éso ya lo sabía, de todas maneras, gracias.
-No hay de que.- Respondió Sky antes de despedirse, tenía que llegar a su "asunto personal".
Lauren no dejó pasar ni un minuto cuando ya había abierto el paquete, ignorando las fotos, tomó la nota con algo de furia.
"Hey.
Dejaste el cigarrillo, ¿He?, ¿Lo hiciste porque yo lo dije, si es así no sabes lo feliz que me haces, no puedo dejar de sonreír mientras escribo ésta nota.
Aquí estoy de nuevo, soy tu fiel admiradora...
¿Lo has olvidado acaso?, lamento mucho no haber podido escribir antes, pero he tenido algunos problemas, y algo con respecto a ti.
Sí, a ti, mi querida ídola, me puso un poco triste... pero no es nada de que preocuparse, tu no debes de estar triste, porque entonces mis fotos se opacarían, y en realidad no es nada demasiado importante.¿Quisieras por favor mostrarme una señal de que lo que estoy haciendo, no es una pérdida de tiempo?, ¿Una pequeña esperanza?
Podrías sólo acariciar tu cabello seguido, ya sabes, bastante seguido, si lo haces entonces sabré que todo ésto no es sólo una ilusión.
Que tengo una oportunidad.Te amo.
Att, Tu paparazzi.
Cuándo terminó de leer la nota, miró las fotos, está vez no eran tan curiosas, sin embargo, había algo que definitivamente llamaba su atención, estaban rayadas de algunas partes, por ejemplo, aquella vez en la que el viento sopló y frunció el ceño para evitar se le metieran basuras a los ojos, tenía sus cejas encerradas en un círculo con marcador y a un lado decía: '¿Sabes qué ésto me atrae?, son las cejas más perfectas que nunca he visto en mi vida'.
Lo que para muchos eran defectos, para su seguidora, eran "Algunas cosas más para amarla".
Tomó la carta y las fotos, las guardó con cariño en su chaqueta, más tarde las podría en donde el resto.