Cap. [8]

90 4 0
                                    

Pov Lauren.

Odiaba muchas cosas de tener que ser la sombra de ésa mocosa, pero lo que más me daba rabia era que me estaba volviendo famosa a costillas de aquella niñita.

Sí, así es, mis seguidores en redes sociales habían aumentado radicalmente en pocos días, y cada vez eran más, siempre etiquetándome en twits que mencionaban también a Cabello, diciendo que mis artículos sobre la cantante eran exponencialmente los mejores que se habían leído antes, y lo peor, ya se habían creado varios grupos de fans llamados 'Jauregirls/Jaureboys' o 'Laurengirls/Laurenboys' era algo sumamente estúpido, al menos lo era para mí.

Me daba repulsión toda la situación, estuve a punto de renunciar más de una vez, ya estaba a unos días de cumplir 23 años, y no pensaba seguir progresando a costa de una niña cantante.

Hoy había tenido un día más que pesado, pues Cabello había estado paseándose por las calles de Miami, TODO el día, y seguirla a todos lados no siempre era fácil.

Aparqué mi auto en el estacionamiento de el edificio en el que vivo, subí por el elevador hasta el último piso en donde se encontraba mi penthouse que recientemente por fin había terminado de pagar. Mi padre insistió en pagarlo el en varias ocasiones, pero yo no iba a dejarlo, decidí que era algo que quería lograr sola, y finalmente lo hice.

Caminé hasta mi departamento, molida, cansada, frustrada, y con los pensamientos de renunciar de nuevo en mi cabeza, lo único que quería era dormir, pero una pequeña cajita de regalo en color negro con un moño morado esperaba en mi puerta.

-¿Qué demonios es ésto?.- Pensé al levantar el paquete en mis manos.

Por un momento creí que estaba dirigido a otra persona en el piso, hasta que vi a un lado la etiqueta con mi nombre plasmado con una delicada y fina escritura con tinta de color morado. 

Abrí la puerta, arrojé mi chaqueta a el sofá y me senté en el, estudiando con detenimiento el paquete para finalmente abrirlo.

Casi me ahogo con mi propia saliva cuando me encontré que el contenido de aquel misterioso paquete, eran fotos, fotos mías.

Al rededor de 15 fotografías, en donde la protagonista era yo; en la cafetería desayunando, fumando en el balcón de mi oficina, durmiendo en en auto, leyendo un periódico, mirando a la nada, caminando, comprando sushi, ¡Ebria!, por dios ésa fotografía era de hace una semana cuando salí con Lucy, poniéndome la chaqueta, con cara de enferma, ¡Con cara de pervertida!

¡¿Qué verga era ésto?!

Era un atentado en contra de mi puta privacidad.

Debajo de la última fotografía había un papelito doblado por la mitad, era una nota, una nota que, debo admitirlo, tenía miedo de leer.

Tomé una respiración profunda, y me animé a leer.

'Hola Lauren.

Me parece que éste es algo así como nuestro primer contacto, ¿No es así?
Dime, ¿Lo sientes tu también?
No sé, pero me gustaría saberlo, me encantaría enmarcar con una foto tu expresión...

La expresión de tu cara al descubrir que hay una persona que está locamente enamorada de ti, alguien que te ama con pasión.

Sí, yo, tu gran admiradora, tu seguidora. Quiero saber todo de ti, y lo haré...

Me detuvé en seco por un momento, tragué saliva con dificultad.

¿Qué es ésto?, primero las fotos... ¿Cómo las consiguió?, y ahora, se suponía que me amaba, ¿Quién me amaba?, su forma de escribir tan delicada, que aunque no hubiera dicho 'admiradora', sabría que era una chica.
Una chica, ¿Una chica está detrás de mí?, ¿¡POR QUÉ?!

En otras ocasiones me llegaban cartas de otr@s 'admiradores', pero ésto era demasiado.

¿Era mucho pedir que se fijaran chicos en mi?, y además, ¿Qué tanto sabía ella de mi?, suspiré y continúe leyendo.

Seguramente te estás preguntando muchas cosas en éste momento, pero tranquila... todo a su tiempo, pronto sabrás más acerca de mi. Por ahora sólo te puedo decir que sé que hermoso nombre es Lauren Michelle Jauregui Morgado, eres cubanoamericana, estudiaste periodismo, se que amo tus hermosos ojos verdes, también aquella manera tuya tan cínica de ser.
Me vuelve loca tu acento cuando hablas en español.
Muchas personas me irritan normalmente, pero tu no, tu eres diferente, a ti... creo que a ti te amo.

Att, tu paparazzi.'

Suspiré pesadamente, miré a mi al rededor con nerviosismo, y sí, aquella chica sabía un poco MUCHO de mi vida, para mí gusto. 

Jadeé en un tono casi inaudible, mientras un extraño escalofrío me recorría... era un chica, no es que tuviera algo en contra de las personas homosexuales, de hecho alguna vez me he liado con alguna chica, pero éso no le quitaba lo extraño y escalofriante a la situación.

-Le encantan mis ojos, mi forma de ser y mi acento cuando hablo en español.- Pensé perdida, aquellas palabras de alguna manera me hicieron sentir... un poco bien.

Pero no dejaba de ser raro.

Cerré la nota y le dí la vuelta encontrándome con otra pequeña escritura.

'PS: Por cierto, encontrarte no fue tan difícil como creí que lo sería, es muy cercano a tu trabajo, besos.'

-¡MIERDA!.- Grité a el aire solitario de mi apartamento.

Sabía mi dirección, mi nombre, mi nacionalidad, en donde trabajaba, ¡Sabía que hablo español!, éso es algo que pocas personas saben realmente.

Ésa chica debe tener un maldito problema mental, ¿Qué diablos es lo que vió en mi?

Respiré una y otra vez tratando de regular mi respiración agitada, con suerte lo haría en un par de años.

Ésta maldita situación está acabando con mi paciencia, primero, ser la paparazzi de ésa mocosa mal criada, y ahora tener que lidiar yo misma con una...

¿Qué le hice yo a dios para merecer ésto?

¡Nada!, digo, nunca fui una persona muy devota, pero creo que éso no era justificación para tan cruel castigo.

No es así, ¿Dios?

Claro que dios no me respondió, además, creo que estaba siendo un poco sarcástica.

Arrojé el paquete a un lado y me dirigí a mi habitación, me di una dicha rápida, me sequé, coloqué una bata de dormir, y me metí a la cama, aunque...

Definitivamente después de ésto, no creo que pueda dormir mucho hoy, ni hoy, ni mañana, ni nunca más.

Paparazzi. [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora