Cap. [29]

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La cantante se descontroló al escuchar que la periodista la había llamado "Paparazzi", en el momento en que sus labios se conectaron de nuevo, no lo pensó dos veces y comenzó a sacar la chaqueta de la ojiverde lanzándola lejos.

-Cada vez que... no ibas a una entevista conmigo, cada día libre de tu vida...- Le decía sobre sus labios.- Sentía que moría...

-Y tu...- Le respondió entre besos sintiendo que cada roce de su cuerpo con el de la chica era especial, mágico.- Me volvías loca con tus malditas cartas.- Comenzó a esparcir besos en el cuello de ésta, bajando hasta su hombro.- Y cuando dejab... ahh.- Gimió al sentir la rodilla de la más chica presionar contra su centro.- Dejabas de mandarlas...

Lauren levantó a Camila con las manos para poder bajar lentamente el cierre de su vestido, dejándolo caer a el suelo, se detuvo un momento para admirar el cuerpo de la latina, quien aprovechó para invertir las posiciones, y de un empujón hacer que la periodista se sentara al borde de la cama para colocarse entre sus piernas y besar suavemente sus labios.

-Estoy tan enamorada de ti Laur...- Dijo al separar sus labios y con la mano, hacer que se recostara apoyándose en sus codos para no perder de vista a la latina ni un minuto, quien se hincó y la miró provocativamente.- desde que te conocí, quise tenerte...- Dejó un beso en su abdomen, levantando lentamente su camisa para subir con ella sus besos.- desde que te conocí te amo.- Terminó de sacar su camisa, dejándola en sujetador.- Eres la primera persona que me logró enamorar y obsesionar de ésta manera...- Dijo sobre sus pechos, besando lentamente cada uno.

Lauren la atrajo a su cuerpo, ambas jadeando al sentir el contacto de sus pieles juntas.

Aún besándose, Camila soltó rápidamente el sujetador negro de la periodista, liberando sus apetecibles pechos, aquellos con los que la cantante había fantaseado un par de veces.

Sin poder contenerse, se llevó uno a la boca, arrancado un ronco gemido de la pelinegra que disfrutaba de el contacto de la caliente lengua  de Camila haciendo presión sobre su pezón que en poco estaba demasiado sensible, tanto que podía sentir que se correría si la dejaba seguir.

Se levantó para ella misma quitar sus pantalones, ya no soportaba no sentir la suave textura de la piel de la morena.

Camila mordió su labio inferior al apreciar aquella imagen de Lauren en bragas, como aquella vez que la fotografió en el baño.

Un nuevo beso las unió, más húmedo y apasionado. Camila enredó sus dedos en el sedoso cabello negro de Lauren, quien ocupó sus manos en sacar el sujetador de la morena.

Un gemido de la cantante resonó en la boca de la pelinegra al sentir que sus pezones se tocaban.

La castaña volvió a tomar el control de la situación cuando recostó a Lauren para bajar lentamente dejando besos por su cuerpo hasta llegar a él borde de sus húmedas bragas, que no duraron un minuto más en el cuerpo de la periodista.

No perdió tiempo y besó sus muslos para luego, con agilidad, besar directamente el centro de Lauren, comenzó a mover su lengua lentamente y luego rápido, pero con sutileza.

-¡Ahhg!.- Gruñó Lauren ante el contacto.

Nunca nadie la había tocado así, había estado con tantos chicos, y sin embargo ninguno la había excitado tanto como lo hacía aquella niña.

¿Quién diría que detrás de ésa máscara de niña buena, se escondería la más insaciable de las fieras en el sexo?

-¡DIOS!.- Lauren no dejaba de jadear y gruñir, inundando aquella habitación de gemidos que seguramente se escucharían en todo Miami, pero que sólo Camila tenía el placer de arrancar.- Camz... me voy, ahh...

Camila se separó rápidamente para levantarse, y sacarse las bragas, si Lauren se iba a correr, ella lo haría a la par.
Levantó una de las piernas de la periodista colocándose entre estas haciendo que sus centros se tocaran directamente.

Empezó a mover las caderas lento, pero aumentando la velocidad a medida que su excitación le pedía más, un par de estocadas más y ambas se habían corrido, tirándose al colchón, agotadas.

-No me imaginaba que fueras tan buena para esto...- Dijo Lauren aún jadeando.

-Ni yo.- Soltó una leve risita.- Fue mi primera vez Laur...- Susurró mirándola a los ojos.

-¿Hmm?.- Preguntó sorprendida, si ella no lo hubiera dicho, no lo sabría.

-Sí Michelle, eres mi primera vez...

-Aún no, pero éso se puede arreglar.- Le dijo con una sonrosa lasciva, volviendo a besarla.

El beso se torno húmedo de inmediato, las manos de la periodista viajaban sin vergüenza por el cuerpo de la latina que comenzaba a gemir excitada por el suave toque de la mayor.

Sin dejar de besarla, la pelinegra dejó que su mano derecha bajara hasta el centro palpitante de la más chica. Comenzó a acariciar su punto de placer con el pulgar, haciendo que su excitación la lubricara lo suficiente para poder dar el siguiente paso.

Un dedo se adentro despacio en la menor, quien apretó los ojos al sentir la invasión con un poco de dolor, que rápidamente fue desapareciendo a medida que pasaron los minutos y se sumó otro dedo.

-M..más rápido.- Pidió la menor entre jadeos.

Lauren obedeció, y aumentó la velocidad, sin dejar de besar y acariciar con dulzura el cuerpo de la morena.

Poco después, las paredes internas de Camila apretaron los dedos de la pelinegra avisando que llegaría a el orgásmo, mismo que Lauren se acercó a probar directamente de el cuerpo de Camila.

-Ahora sí, tu primera vez.- Le susurró sobre sus labios, dándole un beso más calmando, haciendo que la menor probara su propio sabor.

"Hacer el amor", era el único pensamiento que invadía a ambas chicas al finalizar la noche.

Sin decir nada más, se tumbaron en la cama, felices de haber compartido ésa noche juntas.

Lauren las cubrió con las sábanas blancas, de su cama, y abrazó a Camila, pegándola a su cuerpo, quien comenzó a jugar con las perfectas cejas de la mayor, que la apartó con un manotazo, después de todo, seguía siendo Lauren Jauregui.

Ambas cayeron rendidas.

Sus suaves y calmadas respiraciones, serían un deleite para cualquier ser que pudiese escucharlas, pero afortunadamente, no había nadie más ahí.

Paparazzi. [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora