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EPÍLOGO.

YOUNG GOD | EPÍLOGO.

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[ DIEZ MESES DESPUÉS ]

Abigail miró el sobre que había estado en su mesa desde hace tiempo. Era de la familia de Courtney y no estaba segura de leerlo o no. Han pasado diez meses desde los eventos transcurridos en la casa del lago y ella había seguido con su vida. Dio a luz a su hija, Briar, sacó sus estudios y se mudó con Justin. Había muchas cosas positivas en su vida y temía que, al leer la carta, todo fuese cuesta abajo.

Justin había estado recibiendo órdenes de visitas a la celda donde estaba Nate. Se figuraba que quería romperle o joderle, pero no iba a averiguarlo. Aunque Justin estaba agradecido de que no hubiese dicho nada a la policía, Nate se las había ingeniado para dañarlo severamente y ahora tenía que ir a sesiones de psicología.

─Tengo otra orden de visita ─Justin informó a Abigail mientras ponía la carta en la encimera y bebía de su café caliente.

Abigail bajó el volumen de la radio y lo encaró. Se sentó en una banqueta y cogió la carta.

─Es tu decisión el verle o no. No te odiaré si lo haces, de hecho, entendería por qué, pero, como he dicho, es completamente decisión tuya.

Él suspiró y sacudió la cabeza, cogiendo el monitor de bebés para ver si estaba encendido. Briar estaba sospechosamente callada hoy y no era bueno. A su hija parecía gustarle liarla, especialmente cuando estaban comiendo.

─ ¿No crees que nuestra hija ha estado demasiado silenciosa hoy? ─Se acercó el monitor al oído.

─Estará dormida. Aparentemente, es tan perezosa como yo, así que eso quiere decir que no se despertará aún ─Abigail rio y fue hacia el frigorífico a por una botella de agua. Él asintió, pero seguía sin estar completamente de acuerdo con ella.

─Es una plausible explicación.

─Es la más acertada explicación ─le corrigió, bebiendo agua.

Él murmuró algo y continuó preguntándose sobre la visita a Nate. La parte racional de su mente (la mayoría) le decía que no lo visitase, pero había una pequeña parte que quería. Quizás era el Nate joven lo que echaba de menos. El Nate que lo acogió con amabilidad y le enseñó lo que era una familia. Ese era el Nate que él quería ver y no el monstruo que se había convertido.

Justin no estaba seguro de si había sido culpa suya al haberle dejado solo o de si es que Nate había nacido así. Quizás había una oportunidad para devolverlo al que era, pero, ¿era la responsabilidad de Nate o de Justin?

Él suspiró y dejó la taza en la mesa, frotándose sus ojos cansados. Durante las pasadas dos semanas, había sido privado de dormir, o bien por los llantos de Briar, o bien por los recuerdos de lo que pasó en la casa del lago. A veces podía seguir sintiendo el dolor físico que experimentó ese día y era profundamente molesto.

Abigail le miró y sabía que estaba pensando en el pasado.

─Tienes pesadillas también, ¿verdad? Yo las tengo a veces, parecen tan...

─...Reales ─finalizó la oración por ella. Lo eran. Se sentían como una simulación, en vez de como un sueño. Podía seguir oyendo los sorbidos de Abigail altos y claros, y podía seguir sintiendo el dolor de los puñetazos de Nate.

Abigail se acercó a él y lo envolvió en sus brazos.

─Estaremos bien, tenemos a Briar y nos tenemos a nosotros; eso es todo lo que importa.

FIN.

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Aquí tenéis el epílogo. ¡Espero que os haya gustado! Muchas gracias por todo.

¡Os quiero!

Anny xx

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