CAPÍTULO 29.

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YOUNG GOD | TWENTY NINE.

YOUNG GOD | TWENTY NINE

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Abigail se sentó frente a la chimenea y miró cómo las llamas hacían grandes sombras en las paredes. Su respiración profunda era casi inaudible ante el sonido de las llamas. No tenía ni idea de por qué estaba sentada al lado del fuego, a veces sufría migrañas por el humo.

Las nubes de humo creaban formas artísticas y juraba que una de ellas era una mujer. Quizás la presencia de la madre de Justin seguía en la casa.

Ellos no habían hablado desde su conversación en el dormitorio, pero era mejor así. Justin había desaparecido en la habitación con el pomo plateado y bloqueó la puerta detrás de él, sin darle ninguna información de si iba a salir o no. Se figuró que necesitaba tiempo para sí mismo y es lo que le iba a dar, ya que ella lo necesitaba también. Abigail miró la mantilla con diseños y vio muchas fotos de la madre de Justin. Un exquisito reloj antiguo estaba entre las fotos.

Habían hablado sobre eso por encima, pero, quizás, la adopción era lo más adecuado. Ella no había ni acabado el instituto y él, claramente, tenía muchos demonios que eliminar en su cabeza. Aunque ella pensaba en si iba a rendirse tan pronto y si iba a hacer lo mismo que hizo su madre y el padre de Justin. Lo último que quería era que el bebé fuese como ella y se sintiese despreciado porque sentía que sus padres no lo querían. Estaba indecisa. Ella sabía lo que quería en el fondo, pero debía de pensar en el bebé.

Había una línea de dolor que los atrapaba a ambos, pero no podían abrirse en ese sentido, sobre todo Justin. Él había sido afectado por alguien o algo y ella sabía que llevaba así desde hace tiempo. Si tan solo él estuviese dispuesto a abrirse tanto como Abigail lo estaba...

Ella necesitaba aire, empezaba a agobiarse con la chimenea. El atardecer estaba cayendo y ella pensó en que le daría paz mirar el sol en el horizonte. Comprobó si Justin había salido de la habitación, pero aún no. Con pasos rápidos y ligeros, abrió la puerta y la cerró detrás de ella, andando por el muelle con sus manos en los bolsillos.

Hacía frío fuera, pero a ella le encantaba. Le recordaba a cuando su padre solía llevarla a correr en el invierno. Era una extraña costumbre, pero era algo que siempre hacían.

El sol desprendía una serie de colores en el cielo mientras la oscuridad se llevaba los colores naranjas y rosas claros. Unos animales aparecieron y ella sonrió, pensando en cuanto miedo le daba de pequeña.
El lago era como un espejo. Miró hacia el agua y estaba, sorpresivamente, translúcida. Podía ver las plantas y algunos peces. Había dos rocas en el muelle, así que ella se sentó en una, aunque en el primer intento se resbaló. Volvió a probar y no pudo tampoco subirse, así que se apoyó y miró el agua y a su reflejo distorsionado. Todo lo que veía era el reflejo de su madre mirándola. El semblante era idéntico. La misma nariz, labios, ojos y pómulos. Abigail no estaba feliz pero tampoco triste; estaba entre ambas. Su mente estaba demasiado centrada en todos los problemas que tenía y no podía pensar en ningún plan que la mantuviese viva en un futuro.

─Siempre centrándote en lo malo ─sacudió la cabeza y miró el cielo, de nuevo. Una densa serenidad había cubierto todo y ella vio el colorido del cielo. Tiritó ante el viento helado.
Su piel estaba pálida y le recordó a Justin. Cerró la mano en un puño para devolver la sangre a su curso, debido al frío. Era estúpida por no haber cogido guantes o una chaqueta, pero la temperatura era incluso relajante.
─Hola. ─Se giró y vio a Justin parado con un chaquetón grande de invierno en sus manos.
─Hola. ─Sus labios formaron una sonrisa forzada. Él se veía cansado y emocionalmente ido.
─Me imaginé que necesitarías esto; está helando aquí fuera ─le puso la chaqueta sobre los hombros y ella se lo agradeció. Él se paró detrás de ella, frotando sus manos. Su piel estaba terriblemente pálida─. No sé ni por dónde empezar.

Una suave risa se escapó de los labios de ella.
─Yo sí. Quiero decir, yo... ─se mordió el labio y suspiró─ ¿Y si... y si la adopción no es algo permanente?
─ ¿Qué quieres decir? ─Levantó la cabeza y sus cejas se fruncieron en confusión.

Ella temía su reacción a lo que iba a decir.
─Quiero decir que y si el bebé no es adoptado permanentemente. Pienso que tu amiga debería de cuidar de nuestro bebé hasta que estemos un cien por cien seguros. Seguimos siendo sus padres biológicos y yo...
─No puedo creerlo ─gruñó y sacudió la cabeza, alejándose─. ¿Estabas de acuerdo no hace mucho y ahora has cambiado de opinión? Nunca seremos lo suficientemente buenos. No seremos buenos padres, ¡lo sé! ─Su voz se alzó gradualmente y ella vio el color volver a sus mejillas.
─ ¿De qué tienes miedo, Justin? ¡No me cuentas nada! Pretendes que esté aquí, escuchando tu aviso y siguiendo tus instrucciones, pero no me cuentas qué coño está pasando en tu puta cabeza. Estoy harta de mentiras y omisiones, ¡solo cuéntamelo, joder!  ─Empezó a gritarle, permitiéndose a sí misma que la frustración saliese.

Él golpeó la roca varias veces, gritando y hacienda sonidos incoherentes. Todo lo que hizo Abigail fue quedarse ahí y ver al hombre que le importaba, volverse loco delante de ella. Quizás era él quien necesitaba ayuda y no ella.

Finalmente, él paró y se dirigió a la casa. Abigail le siguió.
─ ¡Déjame en paz, joder! ¡Dijimos que haríamos esto juntos y has cambiado de opinión! ¿Qué no entiendes? ¿Cómo va a disfrutar un niño de su vida si estamos constantemente mirando por encima de nuestros hombros? ¿Cómo va a vivir su infancia un niño cuando no podrá ni jugar fuera por miedo a que puedan secuestrarle o matarle? Explícamelo, Abi.

El corazón de ella latió más fuerte por ese sobrenombre.
─Mira, no tengo ni puta idea, pero lo intentaremos.
─ ¿Por qué deberíamos? ─Su voz descendió, pero era audible─. Nuestros padres nunca lo hicieron.
─Ese es exactamente mi punto. Nuestro hijo se merece algo más que lo que tuvimos nosotros ─alcanzó su brazo y lo apretó fuertemente, parándole─. Tu padre te echó egoístamente y mi madre planeó mi aniquilamiento por dinero y su libertad; esa es la razón por la que estamos rotos. Imagínate el dolor de nuestro hijo si no lo intentamos.

Él se liberó de mi agarre y continuó andando al lado del coche, esta vez mirándola.
─Sí, pero nuestro hijo no tiene por qué conocernos, ese es mi punto.

Ella paró de andar.
─ ¿Cómo... cómo puedes decir eso? ─su voz se rompió, mientras aguantaba las lágrimas─. ¿Quién eres realmente? ¿Dónde está el hombre que conocí, el que estaba decidido a que no me rindiese? ¿Dónde se ha ido? Tráelo de nuevo. Quiero que vuelva mi Justin.

Los labios de Justin sonrieron sádicamente mientras cogía un cigarro y un mechero. Encendió el cigarrillo e inhaló, soltó el humo y habló fría y duramente.
─Que le den a ese Justin.

Con eso, dejó a Abigail, con el corazón roto, en el muelle de la casa del lago y condujo hacia Dios sabe dónde.


——

Buuuuuf, soy consciente de lo intenso que es el capítulo, pero no sabéis la que se viene.

Quedan cuatro partes más para acabar YOUNG GOD. Así que de vosotres depende lo que tardemos en subir.

Dejad vuestras opiniones y nos vemos pronto;)

Anny xx
@heavenlybiebs

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