Capítulo 20.
Me desperté con la cabeza sobre el pecho de Jules, con mis brazos abrazando su cuello y nuestras piernas enredadas, gracias al malito sonido de mi móvil.
-Joder, Sid. ¿Por qué tienes puesta la puta alarma un sábado?-Preguntó Jules mientras soltaba lentamente sus brazos de mi cintura -sí, habíamos dormido abrazados, y no, no había sido incómodo para nada-.
-No es la alarma, idiota.-Dije cogiendo el móvil de la mesita de noche. Mire la pantalla y gruñí al ver que quien llamaba no era ni más ni menos que mi madre.-Mierda, es mi madre.
Me levanté de la cama y contesté al teléfono.
-Hola mamá.
-¡Hola, cariño! ¿Qué tal estás? ¿Todo bien? ¡Me alegro!-Dijo ella sin dejarme responder a nada.
Suspiré cansada.
-¿Qué pasa, mamá?
-Oh, nada cielo. ¿Qué iba a pasar?-Soltó una risita nerviosa y la escuché coger aire.-Cariño, supongo que Jace te habrá dicho que íbamos a ir a Sídney en unas semanas, ¿no?
-Sí, me lo dijo.
-Bien, pues ayer nos encontramos con Chase, ¿te acuerdas de él?-Dejé de escuchar a mi madre nada más pronunció el nombre del chico con el que mis padres me querían juntar.
Nos conocíamos desde pequeños, pero nunca me había planteado tener nada con él. Ni siquiera éramos amigos. Pero según mi hermano y Logan, Chase estaba obsesionado conmigo. Decían que tenía un montón de fotos mías y que iba diciendo que de mayores nos casaríamos. Lo peor de todo es que lo último es verdad, lo de las fotos no lo sé, pero sí que iba diciendo que me enamoraría perdidamente de él y que nos casaríamos antes de tener una gran familia.
Son sus palabras no las mías.
-Hija, ¿sigues ahí?
-Sí, sí mamá. Me acuerdo de él, ¿por qué preguntas?-Me gire hacia la cama y vi a Jules levantándose de ella con el ceño fruncido para venir hacia mí.
-Le he invitado a ir y a quedarse unos días con nosotros. De hecho, estamos en el avión, llegaremos sobre las cuatro y media.-Dijo de sopetón.
-¿Qué? ¿No se suponía que veníais en unas semanas?-Dije levantando el tono a medida que lo decía. Jules puso su mano en mi cintura para tranquilizarme, pero solo logró erizarme todos los vellos de cuerpo.
-Sí, pero al final hemos decidido adelantar el vuelo.
Suspiré y me pellizqué el puente de la nariz. Me recosté en Jules casi sin darme cuenta y este pasó su brazo por mi cintura.
-¿Jace lo sabe?-Pregunté.
-No cariño, díselo tú, ¿vale? Nos vemos. ¡Chao!-Dijo y colgó.
Solté un quejido y me giré para quedarme cara a cara con Jules, quien me miraba con el ceño fruncido interrogante.
-Tengo que llamar a mi hermano. ¿Vamos a desayunar?-Le dije mirándole fijamente a los ojos.
-De acuerdo.-Dijo encogiéndose de hombros. De repente, algo brilló en sus ojos y una sonrisa maligna apareció en su cara.
-Jules ¿qué estás pensand...?-No me dejó terminar la frase. Me cogió como a un saco de patatas y salió corriendo de la habitación.
Yo iba gritando como una energúmena que me bajara, pero no me hacía caso. Él simplemente se reía de mí y e mis intentos porque me bajara.
Cuando salimos al jardín y vi que nos dirigíamos a la piscina, decidí que lo más seguro para mi móvil era que lo soltara antes de que entrase en contacto con el agua.