Capítulo 17.
Después de salir de casa, fui directa a Coogee Beach. Conseguí llegar a tiempo, justo a las seis en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos.
Jace y Heather ya estaban ahí, les saludé y fuimos hacia la zona surfista de la playa.
Había muy pocos surfistas, así que en principio no tendríamos ningún problema para coger las olas.
Nos pusimos los neoprenos, y fuimos al agua.
(...)
Después de surfear estábamos realmente cansados. Habíamos tenido unas olas estupendas y ya íbamos a volver a nuestros respectivos sitios.
Entramos en el coche de mi hermano, yo de copiloto y Heather en el asiento de atrás.
Dejamos a Heather en su casa y Jace me llevó a la casa de Jules.
El miércoles Williams me dio una copia de sus llaves, así que no tendría que llamar al timbre.
Besé a Jace en la mejilla y le di un abrazo.
Había echado muchísimo de menos a mi hermano, y solo había pasado una semana sin verlo.
-Nos vemos chiquitaja.-Susurró contra mi pelo.
-Hasta el próximo viernes, chavalote.-Le dije acariciando su mejilla.
Salí del coche y abrí la puerta de la casa de Jules.
-¿Se puede saber dónde cojones estabas?-Me reprendió una voz nada más entrar.
-¿Y a ti qué te importa?-Le respondí de mala manera.
-No me toques los huevos-Contestó Williams.-. ¿Se puede saber dónde coño estabas y por qué tienes el pelo mojado?
-No, no lo puedes saber. Ahora, si me disculpas, tengo que prepararme para una fiesta.-Dije y subí las escaleras para empezar a acicalarme para la fiesta de Porky.
Entré en mi habitación y cerré la puerta con un portazo.
Me metí en el baño y fui a ducharme.
Estuve veinte minutos dentro de la ducha, al salir, enrollé mi pelo y mi cuerpo en una toalla y salí del baño.
Cogí ropa interior de encaje negro a juego, y busqué en mi armario el vestido que me regaló Jace las Navidades pasadas.
Lo encontré y me quedé observándolo, era realmente precioso.
Era negro, la parte de arriba era ajustada de tirantes anchos, con la espalda de encaje translúcido negro, la parte de abajo era una falda que llegaba a la mitad del muslo con un poco de vuelo.
Me lo puse y me calcé mis tacones con plataforma negros.
Me hice el eyeliner, me apliqué rímel y pinté mis labios de un color burdeos que quedaba en precioso contraste con mi pálida piel. Quería resaltar sobretodo mis ojos, así que hice el ala del eyeliner un poco más pronunciada que de costumbre.
Sequé un poco mi pelo con el secador y dejé que cayera libre por mi espalda.
Bajé al salón, donde Williams me esperaba junto con Dylan y Julieth, que iban a ir juntos.
-Joder.-Dijo Dylan cuando aparecí por la puerta.-Estás guapísima, Sid.
Me ruboricé un poco y me acerqué a Julieth, quien llevaba un vestido blanco ajustado y unos tacones rojos a juego con su labial. Ella se había recogido el pelo en una coleta alta y se había maquillado los ojos con un ahumado.