Capítulo 27.

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Días después de mi beso con Jules, nuestra relación se había enfriado hasta el punto de que, cuando llegábamos de clase, no decía absolutamente nada. Simplemente subía a su habitación sin decir nada y se encerraba en ella.
Yo estaba confusa. Para mí el beso había sido algo bonito, y creí que para él también. Qué equivocada estaba.
-Sid, vamos. No puedes rayarte tanto por eso. Seguramente sea que está agobiado por el desafío.-Dijo mi mejor amiga sacándome de mis pensamientos.
Heather seguía insistiendo en que yo le gustaba a Jules, pero a mí cada vez me parecía menos creíble.
Habíamos dejado de sentarnos juntos en la cafetería del instituto, yo ahora iba con Julieth a todas partes dentro del instituto. Nos habíamos hecho amigas y teníamos gustos en común.
-Heather, Jules no me habla. Me lleva al instituto en el coche porque si lo hace en moto me agarraré a él, además, en el coche pone la música a tope para que no diga nada, y si lo hago, finge no oírme. El cabrón me odia.-Dije yo frustrada.
-Venga ya, Sid. No digas chorradas, probablemente no sepa cómo gestionar esto, o esté demasiado preocupado con el combate como para hablar contigo.
-Joder, pero solo serían cinco minutos. Sabes que yo no me enrollo. De todas formas, ni el combate ni "esto" son excusa para dejar de hablarme de un día a otro.-Heather bufó irritada.
-Mira, Sídney. Se acabó. Esta noche salimos tú y yo de fiesta. Sin chicos de por medio, ya los conoceremos.-Me guiñó un ojo y se llevó el vaso a los labios.
-Estás de la olla, tía. Yo contándote mis penas y tú pensando en salir por ahí y liarte con tíos.-Me quejé bromeando.
-Es por tu bien, idiota. A ver si dejas de pensar en el inútil de Williams.-Se encojió de hombros y llamó al camarero para pedir la cuenta.
***
Estaba en la habitación pensando en qué ponerme cuando encontré uno de los vestidos que Jules me había regalado cuando llegué aquí.
Era color granate oscuro. La parte de arriba era entallada con cuello de barco, que dejaba los hombros al aire, y la falda de tul tenía vuelo.
Era un vestido sencillo, y esos eran mis favoritos.
Lo dejé encima de la cama y cogí unos tacones más altos de lo normal de color negro y los puse al lado del vestido.
Fui a la ducha y dejé que el agua cayera por todo mi cuerpo mientras la voz de Jesse Rutherford de The Neighbourhood sonaba por todo el baño.
Me enjaboné bien el pelo y el cuerpo, me aclaré bien el champú, el gel y las ideas.
Me sequé el cuerpo con una toalla y me la enrollé en el cuerpo para después hacer lo mismo con otra en el pelo.
Salí del baño mirando Instagram en el móvil, y cuando miré hacia arriba, me encontré con los ojos brillantes de Jules.
-¿Qué haces aquí?-Pregunté extrañada, ya que rara vez entraba en mi habitación.
-¿Vas a alguna parte?-Se cruzó de brazos seriamente.
-Yo he preguntado antes.-Dije acomodándome la toalla para que no se cayera.
-Me la suda. Dime dónde vas.-Se levantó de la cama y se acercó a mí encarándose.
Subí mi cabeza y le miré fijamente a los ojos.
-No te importa a dónde vaya o a dónde dejé de ir. Ahora, si me disculpas, si no vas a responder a mí pregunta, vete para que me pueda vestir tranquila.-Vi hielo en su mirada. Su entrecejo se arrugó y tensó la mandíbula.
-No me hables así, gatita.-Se acercó aún más a mí, pegando nuestros cuerpos.
Su mano se posó en mi cintura y sus largos dedos comenzaron a trazar círculos sobre la tela de la toalla.
-O sino, ¿qué?-Le miré fijamente a los ojos, desafiándole.
-No quieras saberlo, preciosa.-Bajó su cabeza a mi cuello y dejó un beso en él para después lamer el mismo sitio.
Reprimí un pequeño suspiro y me alejé de él algo mareada.
Jules me miró de arriba a abajo antes de salir de la habitación cerrando la puerta con un pequeño portazo.
Una vez se fue suspiré.
Me dirigí a la cama y volví a poner la música que había quitado cuando encontré a Jules en la habitación.
Me quité la toalla que rodeaba mi cuerpo y me apliqué crema corporal de olor a coco. Heather me había convencido para comprarla, y la verdad, no me arrepentía de haberlo hecho. Olía extremadamente bien.
Una vez mi cuerpo absorbió la crema, me puse la ropa interior.
Un sujetador granate de encaje sin tirantes y la parte de abajo a juego.
Me puse el vestido encima y, no es por sonar egocéntrica, pero dios mío.
Me quedaba precioso.
Hacía que las pocas curvas que tenía se viesen algo más pronunciadas, pero sin exagerar.
Me quedaba perfectamente entallado y la falda me llegaba tres dedos por encima de la mitad del muslo, y me veía preciosa.
Volví al baño a maquillarme.
No me eché base porque esta vez no la necesitaba.
Solamente me apliqué corrector en la zona de las ojeras, me apliqué unas sombras nude en los ojos y luego me hice el eyeliner con la wing algo más larga de lo normal para resaltar el verde de estos, máscara de pestañas y labial del mismo color que el vestido.
Me sequé la humedad del pelo con la toalla y dejé que fuese a su aire con mis rizos naturales.
Recibí un mensaje de Heather diciendo que estaba abajo justo en el momento en el que cogía una cazadora de cuero negra después de haberme puesto los zapatos.
Bajé al salón, donde estaba Williams viendo un programa en la tele mientras chateaba por el móvil.
-Me voy.-Dije yendo hacia la puerta.
-Espera, Sid.-Se levantó precipitadamente del sofá en el que estaba.-Esta noche tengo combate. Te necesito ahí.-Suplicó con la mirada.
-Jules, me voy de fiesta con Heather. No sé qué haremos. Necesito estar con ella sin pensar en ti, porque si sigo así terminaré volviéndome loca.
No fui consciente de que esas palabras salían de mi boca, pero cuando me di cuenta, abrí la puerta y salí corriendo tanto como mis tacones lo permitían hacia el coche de Heather.
Escuché cómo Jules me llamaba antes de entrar al coche.
-Vámonos, Heath.-Dije apresuradamente una vez dentro.
-Tía, estás guapísima.-Dijo mi amiga arrancando el coche.
La miré. Llevaba un vestido blanco de estilo griego que le llegaba un poco más abajo del culo. Tenía un hombro descubierto y eso la hacía ver muchísimo más sexy.
Llevaba un maquillaje discreto y unas sandalias blancas con plataforma.
-¿Perdona? Tía, ¿a quién te quieres tirar esta noche? Joder. Me presento voluntaria.-Dije bromeando y a la vez en serio.
Heather rió mientras conducía.
Durante el trayecto hablamos de cosas random, como grupos de música, famosos, y cosas por el estilo.
La casa de la fiesta era enorme y con piscina exterior.
Entramos a la casa, donde estaba sonando Downtown, de Anita y JBalvin. Agarré a Heather del brazo para no perderme entre la multitud y fuimos a por unas copas.
La "barra" era una mesa de madera enorme que estaba justo al lado de la mesa del DJ.
Nos sirvieron las copas y nos fuimos a bailar.
Tres copas después (lo sé, no eran muchas y Heather había bebido solo una copa y una cerveza sin alcohol porque después tendría que conducir. Somos chicas responsables), estábamos bailando con dos desconocidos.
El chico con el que Heather bailaba era alto, con pelo castaño y ojos azules, y el que bailaba conmigo era rubio con ojos marrones. Los dos estaban bastante bien, pero Jules Les superaba con creces.
Mierda.
Jules.
-Tía, me ha dicho el pavo este que va a haber una cosa guay y que si queremos ir.-Me dijo mi mejor amiga apartándome del rubio.
-Sí, claro. Está bien. Vamos.
Los chicos salieron de la casa hablando con nosotras de cosas normales, como el instituto, las clases y esas cosas. Eran simpáticos, a decir verdad.
Llegamos a una especie de taberna y Heather y yo hicimos la formación enredadera, que consistía en entrelazar nuestros brazos para sentirnos protegidas.
Los chicos abrieron el paso ante nosotras una vez dentro del lugar, donde hombres de todas las edades bebían cerveza o jugaban al billar.
Toda la gente se giraba a mirarnos, y lejos de sentirnos radiantes, estábamos incómodas e intimidadas.
Seguimos a los chicos hasta la barra, dónde le dijeron algo al oído y este nos miró asintiendo con la cabeza.
Caminó hacia una puerta y le seguimos.
Cuando abrió la puerta, que estaba cerrada con candado, nos dejó pasar hacia unas escaleras que daban a un sótano que estaba repleto de gente.
En el centro de la enorme sala había un ring, y a cada extremo, había un pequeño espacio rodeado por cortinas.
-Está a punto de empezar, preciosas.-Nos dijo el moreno.-Vamos a apostar, tío.-Le dijo al rubio y les seguimos hasta una mesa donde había un montón de gente amotinada.
Me separé de allí porque me estaba agobiando y fui al único lugar medianamente despejado de todo el sótano.
Segundos más tarde, Heather se unió a mí.
Iba a decirle algo, pero un chico con megáfono me interrumpió.
-¡BUENAS NOCHES SÍDNEY!-Dijo refiriéndose a la ciudad.-ESTO EMPEZARÁ EN UNOS BREVES INSTANTES, PERO ANTES, DEJAD QUE OS PRESENTE A LOS DOS HOMBRES QUE COMPETIRÁN HOY.-Hizo una pausa dramática y continuó-POR UN LADO, TENEMOS AL EXTRANJERO, LEWIS RONALD, RECIÉN LLEGADO DE MIAMI. PURO MÚSCULO. BUEN GANCHO IZQUIERDO. BUENA CARA, Y, SEGÚN DICEN MUCHAS, BUENA HERRAMIENTA INFERIOR. Pero no mejor que la mía. -Se aclaró la garganta mientras el tal Lewis salía de detrás de las cortinas llevándose una ovación por parte del público.-Y POR OTRO LADO, EL HOMBRE AL QUE TODAS QUIEREN ENTRE SUS PIERNAS Y TODOS QUIEREN EN SUS VIDAS. PURO MÚSCULO, PURA FIBRA, PURA TINTA, LA BESTIA, LA FIERA, EL TIGRE, EL GUEPARDO, EL FELINO QUE USTEDES QUIEREN. ¡FUERTE ESE RUIDO PARA JULES WILLIAMS!-Un pitido se instaló en mis oídos y sentí miedo.
Jules salió de las cortinas del otro lado con la seguridad de siempre. Buscaba a alguien con la mirada, y había una pizca de decepción en sus ojos, pero el resto era adrenalina pura.
Entró en el ring mientras todo el mundo gritaba su nombre.
El chico del megáfono dio una señal y los chicos comenzaron a pelear.
Estaba nerviosa por Jules. Esto era importante para él por algún motivo que desconocía.
Lo estaba haciendo bien, Lewis tenía algún que otro moratón floreciéndole en la cara, en cambio, Jules estaba intacto.
En un momento dado, Lewis se agachó y le pegó un puñetazo a Jules que este habría podido esquivar perfectamente.
Jules se fue hacia atrás por el impacto y se quedó algo aturdido. Lewis aprovechó para pegarle.
Me llevé las manos a la cara y me tapé los ojos.
-Tranquila, muñeca, está dejando que le pegue.-Me dijo el rubio al ver mi reacción.
Aparté las manos de mis ojos cuando la gente volvió a gritar eufórica.
Jules estaba dándole a Lewis muchísimos puñetazos con una rapidez impresionante.
Lewis comenzó a perder el color de la cara, y le costaba mantenerse en pie.
Con un rápido gancho, Jules lo derribó haciendo que el público estallara en un fuerte grito de euforia.
Cuando el chico del megáfono levantó el brazo de Jules en señal de victoria, nuestras miradas se encontraron.
La felicidad se reflejaba en sus ojos, e instintivamente caminé hasta él.
Él también se acercó a mí, y cuando estuvimos lo suficientemente cerca como para que me oyera, le dije:
-¿Se puede saber por qué coño has dejado que te pegase?-Le pregunté cabreada.
Jules se acercó peligrosamente a mí cogiéndome de la cadera atrayéndome a él y susurró en mi oído:
-Cuestión de estrategia, gatita.
Su voz ronca provocó que mi piel se erizara y subí mis manos a su nuca.
-Eres gilipollas. Casi me matas de un susto.-Le dije tratando de no sonar angustiada, pero fracasé haciendo que soltara una carcajada.
Y joder, escuchar la risa del chico que te gusta a tan solo unos centímetros de ti, es precioso.
-Eres adorablemente preciosa, pequeña.-Juntó nuestras frentes y subió mi barbilla con su dedo para que nuestros labios se encontraran.

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TACHAAAAAAAÁN
Espero que os guste este capítulo, porque a mí me encanta aww :3
Os quiero mucho bonitxs míxs💙💙💙💙
Hasta la próxima 🦄

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