Capítulo 1.
-Sid, vamos, despierta o llegarás tarde.
Era una mañana normal, en un día normal, y como todo era normal, mi madre entró a despertarme como todos los días normales para ir a un instituto normal, con algunos profesores menos normales que otros.
Me quité las sábanas de encima y me levanté a duras penas.
Me puse mis zapatillas de pingüinos y me pasé las manos por la cara antes de ir a mi baño.
Me duché, me peiné (o al menos hice el intento) y volví a mi habitación para vestirme.
Me decanté por unos jeans ajustados de tiro alto, una camiseta negra, y mis queridísimas superstar.
Una vez que estuve vestida, bajé a la cocina a desayunar.
Saludé a la asistenta y ella me sonrió antes de seguir con su labor, yo me senté en mi sitio de siempre y cinco minutos más tarde, alguien entró por la puerta inundando el aire de colonia masculina.
-Buenos días hermanita.
-Hola, Jace. Déjame que te recuerde que el hecho de hayas nacido doce minutos antes que yo, no te da el derecho para llamarme "hermanita".-Él clavó sus ojos en los míos y por un momento, me pareció ver un brillo maligno en ellos, luego me di cuenta de que era ternura.
Jace es mi hermano mellizo, y, por suerte o por desgracia es doce minutos mayor que yo.
Sí eso ya lo dijiste.
Y esa es mi conciencia, a veces es odiosa, pero se le coge cariño.
Aw qué tierna.
La verdad es que es mejor ignorarla.
Te escuché.
A lo que iba. Jace es mi hermano mellizo, y somos bastante parecidos en cuanto a físico se refiere.
Menos en estatura.
Sí, eso iba a decir conciencia, gracias de todas formas. Como ha dicho mi conciencia, somos muy parecidos, menos en estatura, él me saca tres cabezas.
En serio, no exagero.
Me saca tres malditas cabezas.
Por lo demás, somos muy parecidos. Pelo rubio rizado, ojos verde "esmeralda" (como dice mi madre) y tez clara.
Él es todo un playboy en el instituto, siempre acaba enrollándose con una chica diferente, y la verdad es que no me molesta.
No me malinterpretéis, no es que piense que está bien jugar con las chicas, sino que todo el mundo en la escuela sabe que mi hermano no busca un amor para toda la vida, sino que solo tiene líos de una noche.
-Sid, ¿estás ahí?- Jace debió de seguir hablando mientras yo estaba en mi mundo, y obviamente no le había hecho ni caso.
-¿Eh? ¿Qué?
-Ay Sid -dijo molesto- a veces eres desesperante. Dije que esta noche habrá una fiesta en casa de Nate, nos invitó, ¿te quieres venir?-dijo, y al terminar puso cara de cachorrito.
-No sé Jace, es jueves, mamá y papá no nos dejan salir en días de diario.
Él sonrió de manera arrogante.
-Peque, mañana no hay clase, es fiesta.-fruncí el entrecejo, ¿en serio? ¿Y por qué no habían dicho nada?
Sí lo dijeron, pero tú estabas en tu mundo de yupi. Como siempre.
-Eh, bueno, supongo que si no hay clase mañana podríamos ir un rato. Se lo diré a Heather para que me traiga a casa.-Jace frunció el ceño.
-Sid, no hace falta que Heather te traiga a casa de la fiesta, si me lo dices yo...
-Tú siempre estás ocupado con tu polvo de buenas noches-le sonreí-. No te preocupes, estoy segura de que a Heath no le importará. De hecho, se alegrará de tener plan.
Jace me sonrió.
-¿Te he dicho ya lo buenísima hermana que eres?-dijo abrazándome, por lo que yo me reí.
-Nop.-dije sacándole la lengua.
-Pues eres la mejor hermana del mundo.