Capítulo 9 - Solo teatro

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(2.533 palabras, desde luego este capítulo no es corto)

Lloyd Garmadon.

Me llevé las manos a la nariz y la boca para evitar respirar más humo, cerrando mis ojos con fuerza debido a que me empezaba a faltar el aire, no creo que Jay lo esté pasando mejor y creo que no aguantaremos mucho.

Zane se acercó al fuego, levantó ambas manos y empezó a echar nieva por encima de este. Al poco rato logró apagarlo, en verdad tuvimos suerte que no se extendiera, ya que el edificio entero era de madera. Jay y yo nos dirigimos a una ventana para coger algo de aire fresco.

- ¿Estáis bien? – Preguntaron preocupados Zane y Cole a la vez mientras se acercaban a nosotros –

- Si, estamos bien – Les contesté con algo de dificultad mientras empezaba a toser de nuevo, Jay hizo lo mismo – Pero, no podemos perder tiempo, tenemos que ir a por la espada del santuario – Dije mientras me dirigía a la puerta -.

Empecé a correr hacia el piso de abajo, detrás de mi podía escuchar perfectamente los pasos apurados de mis compañeros. En varios pisos casi me caí por la escalera de lo rápido que iba y ni siquiera Cole, Jay o Zane podían seguirme el ritmo.

Llegue al punto en el que me encontré con Morro bajando otra escalera, el cual nada más me vio me miró y frunció el ceño. Vi como miró la espada y aproveché que estaba distraído para lanzarle otra bola de energía como antes. Reaccionó rápido e hizo otra bola de fuego para parar la mía.

- ¿Es que no te vas a rendir nunca o qué? – Me preguntó entre dientes con un tonó de enfado, mientras fruncía el ceño –

- ¡Los ninjas nunca se rinden! – Le contesté mientras me ponía la capucha con el ceño fruncido también, a lo que el rió –

- No creo que pueda decir lo mismo de Kai (OH) – Dijo ahora en un tonó burlón, cambiando su expresión facial a una sonrisa maliciosa –.

Agarré mi katana y me lancé contra él. Puso la espada del santuario delante de él, impidiendo que le diera, intentó empujarme hacia atrás, pero seguía resistiendo para evitar que me moviera. Al ver que no podía, me dio una patada en el estómago, haciendo que dejará de hacer fuerza por el dolor, a lo que dio una vuelta para terminar dándome un codazo en el pecho.

Me logró tirar al suelo y solté la katana. Se acercó hasta mí, me intente levantar poniendo ambas manos en el suelo para darme impulso, pero caí de nuevo cuando puso su pie derecho en mi espalda y ejerció presión para evitar que me moviera. Chasqueó la lengua.

- Y se supone que tú fuiste el elegido para ser el ninja verde.... – Volvió hablar con un tonó burlón, apreté los dientes con tan solo escuchar su estúpida voz – Patético – Esto último lo dijo en un tonó de desprecio -.

Pude ver como levantaba la espada del santuario con sus dos manos.

- Es una pena manchar una espada tan bonita con la sangre de alguien como tú – Volvió a usar ese mismo tonó de desprecio que al decir patético -.

Intenté levantarme de nuevo, pero era inútil, ya que ejerció todavía más fuerza y los dos golpes de antes me dejaron sin fuerza. A lo que cerré los ojos con fuerza, esperando lo ya inevitable. Pude escuchar como Morro soltó una risa por lo bajo por mis reacciones.

Abrí los ojos cuando escuché un grito de dolor viniendo de él y notando como su pie ya no estaba en mi espalda. Una aeroblade de color azul giró por la habitación, volviendo a su dueño, el cual era Jay, quien agarró el arma con su mano derecha. Empecé a levantarme lo más rápido que pude y me aleje de Morro, el cual estaba de espaldas y con una mano en su cara.

The Green Ninja || Lego NinjagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora