The Green Ninja || Lego Ninjago

Capítulo 18 - Aun hay esperanza

A Morro se le empezaba a acabar la paciencia y estar en el cuerpo de alguien que no tenía esa virtud no ayudaba en nada. Miro a una columna que aun no había destruido y comenzó a acercarse hasta ella, levantado un poco la katana.

Al estar a unos pocos centímetros de ella, se percató de que Lloyd se encontraba detrás de está. Sonrió para sí. Al estar frente con la columna, de un golpe la rompió, haciendo que el rubio jadeará de sorpresa y mirase para atrás.

Al ver al fantasma, comenzó a echarse para atrás sin levantarse del suelo. El maestro del viento empezó a acercarse a él a medida que este se echaba para atrás. Sus latidos se alborotaron al notar como su espalda chocaba contra una pared.

Miró de nuevo al pelinegro, el cual comenzó a levantar el arma a medida que se acercaba con una sonrisa. Al estar frente de él, miró el rostro del menor, el cual en sus ojos se notaba que había estado llorando, junto con las mejillas humedecidas aun.

La sonrisa de Morro y Kai comenzó a desaparecer por una mueca de tristeza y más cuando el de verde cerró los parpados fuertemente, esperando su impacto. Su esclerótica se volvió en un tono blanco, mientras que sus pupilas verdes neón, volvían a unos verdes oscuros.

Gimió en frustración, para después clavar la katana cerca de la cabeza del contrario en la pared de hielo. Al escuchar el golpe, Lloyd abrió los ojos, para darse cuenta de la hoja afilada tan cerca de su rostro. Dirigió su mirada a ambos, una mirada llena de terror y ahora confusión.

- N-no... ¡puedo hacerlo! – Se escuchó la voz de Kai, el cual cerraba los ojos adolorido e incluso sus ojos se volvieron algo cristalinos. El rubio se quedo en silencio y más cuando vio como sacudía la cabeza –

- ¡Llevamos esperando esto durante mucho tiempo! – Al decir esto, sacó la katana de la pared y dirigió una mirada fría al de ojos rojos – Le tenemos en la palma de la mano, no podemos desaprovechar esta oportunidad – Al decir esto, cerró de nuevo los ojos, mientras bajaba la cabeza –

Se comenzó a echar hacia atrás, a lo que Lloyd comenzó a levantarse con rapidez y a correr hacia la salida. Iba seguir, pero notó una gran corriente de aire que le impedía moverse. Intentó luchar contra ella, yendo a pasos lentos.

Pero todo esfuerzo al final fue inútil, ya que fue arrastrado por la ráfaga, hasta que se chocó violentamente contra una columna destruida anteriormente. Al aterrizar y apoyar las manos, se corto con algunos trozos de hielo, por ello soltó un quejido, pero tampoco las heridas llegaron a ser para tanto.

Una bola de fuego derritió el agua congelada al impacto. Rápidamente, sacó la espada del santuario y miró en su reflejo, para lograr ver como Morro lo atacaba con su katana por la espalda.

Al terminar de ver el reflejo, se levantó con prisa para mirar hacia atrás, viendo lo que había visto en el arma. Miró una corriente de agua y comenzó a correr hacia ella. El pelinegro apretó los dientes y le siguió.

Kai no sabía nadar y los fantasmas no podían tocar el agua. Era algo de lo que pensaba aprovecharse. Al llegar a la corriente, guardo la espada en la funda de su espalda y con su mano izquierda sacó el cristal. Miró al fantasma.

- ¿Lo quieres? – Le preguntó mientras lo zarandeaba - ¡Pues cógelo! – Al decir esto, lo lanzo al agua -.

[...]

- Bueno, hechicémosla también y acabemos con esto – Dijo sin paciencia alguna por su compañera el arquero mientras seguía cruzado de brazos –

- Mejor para todos... - Miró al maestro de la guadaña – Ghoultar, el libro – AL decir esto, el fantasma asintió y se lo entregó. Nya al ver esto tragó saliva mientras una mueca de disgusto aparecía en su rostro -.