Parte 30

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David

Despierto sintiendo mi cuerpo frío. Tallo mis ojos con pesadez, todo aquí huele a Natalie, hasta mi ropa, me toma un par de segundos recordar el motivo por el que me quedé aquí pero ella no está por ningún lado. Llevo mi vista alrededor de su habitación y llaman mi atención algunos dibujos colgados de la pared, frunzo mi entrecejo y me pongo de pie para ir hasta ellos, me sorprenden todos y cada uno, algunos a colores, otros en blanco y negro, paisajes, personas, por Dios. Cuando Natalie me dijo que le gustaba el arte nunca me imaginé que ella podía ser tan buena.

Miro el reloj de mi mano para ver la hora, es bastante temprano, me pregunto dónde estará a esta hora. Miro mi celular sobre su mesa de noche y voy hasta él para preguntarle donde está pero no dejo de ver la pared con todos esos dibujos y pinturas mientras tecleo su número en mi teléfono celular.

Salgo de su cuarto, voy a llamarla cuando un mensaje del caga-billetes invade mi pantalla, recorro el pasillo sin despegar la mirada del aparato hasta que llego a los escalones.

De: Caga-billetes

¿Al fin vendrás al cumpleaños de Alex?

Me hace detenerme a la mitad para escribir mi respuesta, por un momento que quedo pensando qué decir, el otro día me había preguntado si asistiría pero no dije nada al respecto, no supe cómo decirlo. Sigo mi camino a paso lento mientras deslizo mis pulgares por el teléfono.

Para: Caga-billetes.

Hay mucho trabajo en la oficina. Alguien tiene que estar por allá.

Eso es suficiente, justo al llegar al último escalón levanto la mirada, ahí está Natalie de espaldas a mí, frente a ella está un caballete que sostiene el dibujo de Alex mientras ella delicadamente le está haciendo un pequeño trazo.

Camino en su dirección, se ve tan concentrada que ni siquiera gira hacia mí como siempre lo hace, es hasta que estoy detrás de ella que se percata de mi presencia y se estremece tirando sus lápices al suelo.

—¿Tan mal estoy? —ironizo —cierto que acabo de despertar, pero puedo jurar que aún así me veo hermoso —no despego la mirada del dibujo, si ayer creí que era estupendo hoy es el doble, su risa me saca de concentración y miro sus ojos, lleva un poco de maquillaje y su cabello castaño cae en suaves ondas por su espalda. Su mirada no es igual a la de otros días, pero intenta ocultarlo, ayer me di cuenta que odio ver llorar a Natalie.

—Modestia debería ser tu segundo nombre.

—Suena mejor que Cristhian —bromeo, se ríe levemente mientras se inclina a recoger algunos de sus lápices.

—Quiero que me des tu opinión —me dice, le ayudo a recoger el resto de objetos suyos que están en el suelo —del uno al diez, quiero que seas sincero ¿Qué te parece ese dibujo?

Quisiera decirle mi respuesta con términos de pintor para sonar interesante, pero lo único que recuerdo es la palabra "vanguardista".

—Mil —contesto sin pensarlo, le entrego sus cosas —es una linda pintura vanguardista —ella suelta risota en lo que se pone de pie tomando la mano que le he extendido hace unos segundos.

—No es una pintura vanguardista, pero gracias —me río, supongo que no lo es pero quería saber cómo era hablar en términos de pintor.

Pasa su dedo anular suavemente sobre la comisura del labio del dibujo y sólo la observo a ella, la pose que toma cuando está meramente concentrada, como su entrecejo levemente se arruga y muerde el interior de su mejilla mientras analiza cada uno de los rincones del lienzo frente a ella.

Recién Cazados © (Borrador de la 1era edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora