No he sabido nada de ella después de ese día.
No recibí una llamada, tampoco un mensaje, ni nada de su parte. Yo tampoco intenté comunicarme con ella, entre más distancia mantenía, esto sería más llevadero, o eso creí porque hasta el momento eso no había funcionado. Todo lo que hice los últimos días fue completamente mecánico, trabajé más de la cuenta para mantener la mente ocupada en algo e intentar ahogar esa sensación que me embriaga por dentro al recordarla, esas ganas de querer devolver el tiempo para repetir todas aquellas cosas que hacíamos juntos.
Quiero sacarla de mi cabeza, frente a la ventana sobre mi sillón marrón y la laptop sobre las piernas, miro el espacio donde solía aparcar su auto mientras tomo vino para, de alguna forma, nublar su imagen de mi mente.
Escucho mi celular timbrar sobre la mesa a mi lado, lo tomo de inmediato con la esperanza que sea Nat, pero nada está más lejos que eso, la persona que muestra mi pantalla es a Brittany, quién me deja un mensaje que prefiero ignorar. No pasa mucho tiempo cuando envía otro mensaje y me pregunta sobre qué hice con Andi, pero no contesto de nuevo. Después me dice que encontró a Henry con ella en su despacho y me rio, por lo irónica que es la vida. Casi de inmediato, otro mensaje preguntando si puede hablar conmigo.
Respiro hondo cuando ni siquiera espera mi respuesta, en un instante me está llamando y me debato entre contestarle o no. No, no quiero hablar con ella, ni con nadie la verdad. Pero sus llamadas son tan insistentes y, en parte, le debo que me haya dado aquella información. Descuelgo y me llevo el celular a la oreja.
—Hola.
—Pensé que no contestarías —dice de inmediato, por el tono rasposo de su voz parece haber estado llorando —nunca lo haces, no pensé que ahora...
—¿Estás bien?
—No... la verdad que no —se queda en silencio un rato. Yo tampoco tengo mucho por decir. Sé que se debe a lo que me acaba de decir sobre Andi, pero no entiendo por qué específicamente me lo dice a mí.
—Bueno, pero fue la vida que elegiste ¿no? —no es mi intención sonar rudo, sin embargo ese tono digno de reproche es el que me acompaña y no puedo evitarlo.
—Fue por mi madre, David —me interrumpe a la defensiva —y lo sabes, sabes cómo era ella conmigo y me decía todo el tiempo que lo importante era la estabilidad económica. Hacía todo lo que ella me pedía, quería que se sintiera orgullosa de mí, ahora preferiría haber seguido mi corazón —hace una pausa y ante mi silencio agrega—: ¿Quieres salir un momento? —no contesto, miro mi reloj, como si en realidad la hora importara cuando no tienes a nadie que te espere en casa.
—Está bien —la verdad que ya ni siquiera me importa verla. Ya no hay nada que me haga odiarla o querer tenerla cerca, ya no siento nada. Ni odio, ni compasión, ni cariño. Solo quiero salir de aquí un rato.
Me dice el lugar y yo propongo uno bastante cerca de mi casa porque no tengo ganas de ir más lejos. Cuando llego al sitio lo primero que me viene a la mente es Natalie, con ella fue la última vez que vine aquí. Siento rabia de nuevo al recordar que ahora debe estar con alguien y hago lo posible porque eso no me afecte.
Diviso a Brittany desde el primer momento que pongo un pie adentro y me doy cuenta que no me siento afectado en lo absoluto, cuando la veo ahí en una mesa viendo por la ventana, con el gorro de su chaqueta puesto en la cabeza. Ya no queda nada dentro de mí para ella.
—Siento llegar tarde —le digo, en ese momento ella me mira. Tiene los ojos levemente hinchados y no me sorprendería que se suelte a llorar ahora mismo. Pero ella de cierta forma está pagado su propio karma y la verdad, no siento pena por ella, ni un poco.
ESTÁS LEYENDO
Recién Cazados © (Borrador de la 1era edición)
RomanceNovela en físico gracias a Nova Casa Editorial. Contáctame si quieres saber los puntos de venta en tu país. Definitivamente, no todo lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas y eso es algo que Natalie y David aprendieron muy bien. (Entra a la...