Dolor

411 29 11
                                    

A Noodle se le había hecho costumbre el dolor, desde hace mucho tiempo que era así.

Pero este rebasaba los límites del que podía soportar.

No era un tipo de incomodidad externa, el seno de ésta se hallaba en su corazón, o eso suele pensar cuando su pecho llora en tortuoso silencio.

Quería hablar con el causante de todo esto, pero se prohibía a si misma hacerlo, lo que menos necesitaba eran problemas con una desconocida. Su novia para ser exactos.

La mujer que robaba sus sonrisas, la dueña de sus suspiros y la causante de su felicidad injustificada.

Quería odiarla, pero cuando veía a 2D tan sonriente, estos sentimientos de desprecio se convertían en agradecimiento. El problema no era Paula celando al hombre que ama, ni Stuart con su tierna amistad, el problema era Noodle, metiéndose en una relación seria entre dos adultos que se querían, pero no podía evitar ansiar los efectos que causaba su amigo en ella.

¿Por qué no puede ser feliz sin el?

Observa detenidamente la soledad de su cuarto, por primera vez en mucho tiempo decide quedarse en casa y no ir a la escuela. En la silenciosa tranquilidad que siempre habita ahí, se revuelca en su cama y nota su calendario a un lado de esta misma. Se cubre con sus cobijas hasta la cabeza y se encoge.

Recuerda que iba a invitar a su nuevo amigo a su pequeño recinto en esta fecha.

31 de octubre.

Durante todo el día solo desea morir.

...

Stuart mira por décima vez a Paula comer, lo hace con la lentitud de un anciano.

"¿Paula seria una anciana linda?" Piensa. Ríe imaginándola y asiente para si mismo.

Después por una razón desconocida piensa en Noodle como también una anciana, la parece adorable la imagen que se plantea y le entran unas enormes ganas de abrazar a la susodicha. Se siente mal cuando regresa a la realidad, frente a el la chica que proclama amar está comiendo.

Juega con sus dedos repetidas veces, y cuando el aburrimiento le gana comienza a tararear una de las canciones que vio disfrutar mas a Noodle. Cracker lo mira desaprobatoria.

-Callate Stu, es desesperante escuchar tus berridos mientras como - lleva a su boca unas cuantas cucharadas de su plato, en el fondo 2D sabe que a ella nunca le ha gustado del todo su voz y que de hecho esa fue una de las razones por las que el sueño de la banda jamás se realizó.

-A Noodle nunca le molesta cuando canto -se le escapa dolido. Escucha unos cubiertos ser azotados, las miradas de varias personas cercanas se dirigen a su mesa, el esconde su boca entre sus manos arrepentido.

-¡Maldita sea Stuart! -reclama -¡Siempre tienes que estar jodiendo con esa puta! -grita más alto y por primera vez en su vida la cabeza le duele cada que su acompañante lanza un chillido.

Quiere defender a su amiga por aquellos apodos tan grotescos que le son asignados por su ahora acompañante, una vez lo hizo y fue la peor de las discusiones que ha tenido. Sabe que esta diciendo improperios contra ella y le reclama a el, pero a este punto esos gritos en sus oídos son parecidos a un molesto pitido que poco a poco pierde importancia si solo lo ignoras.

-¡Vete con ella si quieres! ¡Estoy harta de esto! -se levanta a punto de irse y el agarra su mano deteniéndola, sus mejillas están rojas al igual que el resto de su cara, esta muy avergonzado.

-Por favor Paula, sabes que yo te amo -se lo ha dicho tantas veces que pierde sentido con el tiempo -Nunca podría dejarte por Noodle, ni por nadie más -jura, ella aun así no relaja el semblante.

Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora